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El camino de un poeta que se ha hecho con esfuerzo, gran convicción y una reconocida obra editada

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Nicolás Barría se inició en la poesía a los 11 años, de una forma bien directa, puesto que su padre también escribía y estudiaba literatura. Pero no fue hasta los 13, cuando escribió su primer poemario, titulado "Las dos mitades del sol" (2003). "Lo lancé en Chillán, y fue uno de los momentos más importantes de mi vida, porque recibí el apoyo de muchos poetas", detalló, refiriéndose a la presencia de Pedro Lastra, Gonzalo Rojas o Mario Rodríguez, este último, incluso, le hizo una reseña a su libro.

"Era un poeta totalmente desconocido, pero desde ahí comencé a viajar por Chile, a distintas ferias literarias. Pude conversar con otros poetas, hablar con ellos y comprender también lo diferente de sus obras", contó acerca de lo crucial que fue para su vida conocer a la famosa poetisa de la década de los 50, Stella Díaz Varín.

La poesía siempre llamó mucho más la atención de Barría, en comparación a la literatura, porque le parecía más desafiante. "Era un intento por siempre lograr estados de sorpresa y extrañamiento. Me parecía que era un actor con la capacidad de nombrar los misterios de la vida, con sus emociones y sensaciones", detalló.

Así se fue delineando su camino, el que cada vez se volvía más personal. En 2007, tenía más que claro lo que quería estudiar y donde. "Mi papá estudió en la UdeC, y mi hermano estaba en Derecho en ese tiempo. Personalmente, era un camino muy claro, venía desde mi infancia preparándome para eso", sostuvo, sobre la opción de estudiar Pedagogía en Español, momento en que comenzó a formarse teóricamente de una forma más rigurosa.

En 2016 lanzó su segundo libro de poemas "Debido proceso". Época en que ya estaba recibiendo buenas críticas de sus escritos en Holanda. Le generaron una retroalimentación que le ha permitido trabajar su poesía en nuevos niveles. "Todo este proceso ha sido súper importante, porque me ha permitido una corrección de mis textos, desde la parte fonética, fonológica y de corrección vocálica, que eran intereses que antes no concebía", señaló, respecto a los descubrimientos que le inyectan una propuesta más de poesía oral, ligada al canto popular y hasta el hip hop.

Por 12 años ha estado vinculado a la UdeC, alumno y luego como profesor, donde actualmente se dedica a ofrecer talleres literarios, cursos de oralidad, comunicación y filosofía del lenguaje en la facultad de Ingeniería. "Hay un escaso desarrollo de la lógica abstracta en nuestro país, y de modos más complejos respecto a la generación de hipótesis", señala.