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Necesidad de agua varía según el clima, etapa vital e incluso el tipo de actividad

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Que el agua sea denominada el "vital elemento" es precisamente esencial porque es esencial para que exista vida. En el caso del humano, el rol de este líquido tiene directa relación con el correcto desempeño del organismo en todas sus funciones biológicas y mantención de un estado de salud óptimo.

Edizon Hormazábal, coordinador de Nutrición y Ejercicio de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo (UDD) de Concepción, afirma que el papel del agua es tan importante, que las necesidades se comparan con la de nutrientes y de energía por parte de cada célula. "Estructuralmente, nuestro cuerpo en la vida adulta es 65% agua, la cual está principalmente almacenada en la masa muscular (unida a las moléculas de glucógeno almacenado en nuestros músculos). Además, el agua y también varios minerales, de los cuales el sodio es el más importante, constituyente del plasma sanguíneo", detalla.

Al profundizar en los múltiples papeles del agua, los primeros que menciona son la regulación de la temperatura corporal, de la presión arterial y de la volemia y osmolaridad para transportar oxígeno. Agrega que también aumenta el flujo de sangre hacia la piel y participa en la remoción de desechos y toxinas. Al centrarse en la realización de ejercicio físico, el profesional cuenta que la hidratación contribuye de manera significativa a la recuperación posterior, ya que repone el glucógeno muscular.

DISTINTOS GRADOS

Por lo mencionado por Hormazábal, es evidente que cuando el organismo no cuenta con niveles de agua óptimos, es decir, experimenta deshidratación, los efectos negativos pueden ser varios y así también los riesgos para la salud. El principal riesgo, apunta, "es el golpe de calor, sobre todo en climas calurosos y más aún al realizar actividad física. Esto pasa cuando el organismo no es capaz de disipar en forma eficiente todo el calor que absorbe y que produce por efecto metabólico".

Al respecto, advierte que las manifestaciones en el organismo según el grado de deshidratación y mientras más elevado, más severas las consecuencias y peligros.

Así, el profesional apunta que cuando se presenta 2%, se genera un descenso de la capacidad termorreguladora, mientras que al 3% se pueden producir mareos, incremento de la temperatura corporal y disminución de la resistencia al ejercicio. Entre 4 y 6% se experimenta "disminución de la fuerza muscular, contracturas, cefaleas y mayor aumento de la temperatura del cuerpo", mientras que entre 7 y8% las contracturas son más graves, hay agotamiento, un posible fallo orgánico y golpe de calor. Cuando la deshidratación supera al 10%, recalca, "hay serio riesgo vital".

SEGÚN ETAPA VITAL

Por lo expuesto, es importante siempre mantener al organismo en sus niveles de hidratación adecuado, aspecto desde el cual Hormazábal sostiene que "las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, en promedio, son consumir de 2 a 3 litros de agua en la población adulta. Eso en forma normal, dado que 20 a 30% del agua incorporada proviene de alimentos y el 80% restante debe ser agua directa", siendo siempre lo ideal elegirla en su estado natural, de la llave, aunque también es posible incorporarla con otras bebidas como infusiones.

Pero, lo anterior es la recomendación general y no se debe perder de vista que las necesidades hídricas varían según la etapa vital, la dieta, las condiciones climáticas o nivel de actividad física, Considerando esta variabilidad, que depende de cada individuo, la nutricionista Victoria Halabí, directora de Nutrición y Dietética, afirma que se pueden establecer ingestas recomendadas según grupos de edad específicos.

Sobre esto, precisa que entre los 0 y 6 meses de vida se requieren cerca de 680 ml de agua diarios, que son aportados por la leche materna, mientras que entre los 6 y 12 meses la necesidad puede llegar a 1 litro, recibidos desde la leche materna, alimentos y bebidas complementarias. En los menores de 2 años, la nutricionista cuenta que la ingesta que se recomienda es cerca de 1.2 litros diarios y esto aumenta a 1.3 entre hasta los 3 años, mientras que llega a 1.6 litros por día en los escolares (hasta 8 años). Añade que en la adolescencia la ingesta aumenta, llegando incluso hasta los 2 litros y más (varía en hombres y mujeres), para que en la edad adulta y hasta la vejez esto llegue y se mantenga en la recomendación general.

Desde allí, Halabí comenta que la etapa del ciclo vital importa, y que las necesidades de agua se incrementan durante el embarazo y más aún en la lactancia.

Lo mismo sucede cuando se está realizando actividad física, ya que existe más pérdida de líquido a través del sudor y aconseja "ingerir la cantidad proporcional a la pérdida de agua que la actividad conlleva", contando que si se va a salir a correr o pasear al aire libre, es ideal beber medio litro de agua (2 vasos) media hora antes de comenzar la actividad, para asegurar un nivel hídrico adecuado al momento de llevarla a cabo.

Las condiciones climáticas como humedad y el calor también son un factor a tener en cuenta sobre la pérdida de agua a través de la transpiración y también por el rol de este líquido en la termorregulación, recomendándose beber más agua y con mayor frecuencia cuando la temperatura ambiental es elevada.

Otro punto en el que se detiene la nutricionista es que "el cuerpo tiende a deshidratarse al viajar, especialmente en avión, ya que el aire en cabina normalmente es mucho más seco que el exterior. Al viajar, los niveles de hidratación se pueden mantener bebiendo 250 ml adicionales por hora".

Mismo peligro que se da en casos de vómitos y/o diarreas graves, donde parte del tratamiento es beber muchos líquidos.

NO HAY SIGNO CONFIABLE

Teniendo en cuenta la variabilidad en las necesidades de hidratación, pero lo importante que es siempre estar hidratado, lo importante es mantener el hábito de beber agua regularmente en el día, ya que si bien la sed puede ser el primer signo de alerta de una inminente deshidratación, Victoria Halabí plantea que "no siempre existe un indicador temprano confiable de la necesidad de agua del organismo. Muchas personas, en especial los adultos mayores, no sienten sed hasta que están deshidratados. Por eso es importante aumentar la ingesta de agua cuando hace calor o se está enfermo".

No sólo el corte ayuda a tener un pelo saludable

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Mantener un cabello saludable a veces es todo un desafío, pues suele estar sometido a distintos factores que lo dañan, tanto naturales e inevitables como también artificiales. Romina González, Directora de Beauty Art Studio (BAS), explica que "las puntas partidas o abiertas se producen por un déficit en la hidratación del cabello. Éste puede ser provocado por el uso excesivo de herramientas térmicas (secadores o planchas), por una prolongada exposición al sol y también producto de los químicos utilizados para la decoloración".

Ante esto, existe la creencia que sólo un corte puede reparar los daños, pero según afirma existen otros métodos que se pueden seguir. Uno es mantener el pelo hidratado, para lo que existen diversos productos en el mercado, como máscaras de hidratación intensiva. Cuenta que también es fundamental usar un champú adecuado al de cabello como medida básica y es recomendable el uso de cremas capilares con queratina y vitamina B, y usar loción protectora de calor. Aclara que también hay mascarillas capilares para pelo dañado que son efectivas y se aplican varias veces al día. "Cambiar la forma de peinarse y el peinado son una buena opción que ayuda a revitalizar el aspecto del cabello", apunta, y aconseja llevar el pelo suelto y peinarlo con peines de púas suaves y separadas.

Si así no se consigue reparar el cabello, la opción es el corte el que dice que "debe ser hasta la zona sana del cabello, no sirve de nada cortar 2 centímetros si todavía quedan puntas rotas".