No fue hace mucho tiempo que todavía pensábamos que las novelas futuristas de Isaac Asimov eran pura fantasía: autos voladores, robots con inteligencia al mismo nivel que los humanos o colonias con familias habitando en Marte. Esas ideas cada vez suenan menos descabelladas, e incluso algunas de ellas han avanzado tan rápido que hoy cualquiera puede tener un drone o un asistente virtual dentro de un reloj que puede agendar visitas al médico o encargar comida a un restaurante.
De esta realidad se hace cargo el Congreso Futuro, iniciativa que desde 2010 organiza encuentros para debatir acerca de los desafíos que debe enfrentar nuestro país para disminuir la brecha tecnológica y de innovación que existe con países del primer mundo.
Para el senador Guido Girardi, presidente de la comisión Desafíos del Futuro en el Senado -y uno de los impulsores de la iniciativa-, estos encuentros ayudan a entender una disrupción tecnológica provocada por la falta de entendimiento que existe respecto de los nuevos procesos de cambios que enfrenta la sociedad actual.
Para el congresista, "la era digital está modelando una nueva sociedad, una nueva economía, una manera de relacionarse entre las personas, y por lo tanto esto requiere de una reflexión. Estamos en una frontera tan avanzada que el ser humano hoy está discutiendo la posibilidad de ser inmortal o que, producto de la evolución, sea él el motor de la evolución".
Agregó que "el Congreso Futuro nació como una iniciativa de democratizar la ciencia, la tecnología y los cambios que están ocurriendo en el mundo. Lo que está viviendo la humanidad es una verdadera metamorfosis, está emergiendo una nueva civilización digital y está quedando atrás y totalmente obsoleta la era analógica del siglo XX".
Para el legislador, los gigantes como Google, Apple, Facebook, Amazon y otras firmas de Silicon Valley, las más importantes a nivel mundial, son las que concentran la atención en términos de innovación.
-Para eso es el Congreso Futuro. Creemos que en Chile el debate de la política está en la temporalidad del Siglo XIX y XX, pero el mundo está en el Siglo XXI, por lo tanto, el desafío es que Chile pueda pasar al nuevo siglo. Un país que no invierte en ciencia, que invierte un 0,38% del PIB en ciencia, está condenado a quedarse en el pasado. Lo que señalas es lo que queremos cambiar, estamos totalmente atrasados, vivimos en un país donde las empresas no invierten en ciencia, a los políticos tampoco les interesa la ciencia. En cambio, la sociedad está abriéndose a estos temas y creo que si logramos instalar estos temas desde la ciudadanía, puede que la política y las empresas cambien.
-Hay una falta de ambición y de visión de nuestras autoridades, por lo tanto, eso es lo que quiere cambiar el Congreso Futuro. Por eso también lo hacemos en las regiones e invitamos a las universidades, al intendente, a los senadores, a los parlamentarios y a la sociedad civil, porque cada región tiene que decidir la vocación en el uso de su territorio, generar un consenso y formar a gente desde el jardín infantil hasta las universidades en relación a esas vocaciones. Tú no necesitas los mismos profesionales en Atacama o en Punta Arenas, porque son mundos distintos.
-Esto es la descentralización, que cada región haga sus definiciones con sus científicos, sus comunidades y sus centros tecnológicos, que deberían tenerlos todas las regiones. Que estén abocados no a pensar desde Biobío qué va a pasar en el desierto de Atacama, ni tampoco desde Santiago lo que va a pasar en Biobío, sino que ustedes, como región, puedan pensar con sus propias capacidades cómo van a caminar en el Siglo XXI, aprovechando las propias bondades que tiene el territorio. Eso es descentralización, lo demás es una descentralización mentirosa; no basta con elegir un intendente democráticamente, el desarrollo de la Región debe estar pensada desde sí misma y la educación que ustedes elijan pueda ser distinta a la de otras regiones, porque tienen prioridades distintas. Hay que recuperar la especificidad que tiene cada territorio y sus comunidades.
-Tenemos que entender que la política tiene la capacidad de generar los cambios, pero la política es ciega. Además, un parlamentario no tiene por qué ser experto en temas de ciencias, de cambios climáticos o de tecnología; pero si actúa solo es totalmente ciego y analfabeto. Por eso, si juntamos al parlamentario, al consejero regional, al alcalde y al intendente con las universidades, podríamos avanzar. Ustedes tienen unas universidades potentísimas de calidad a nivel nacional e internacional, pero que no están siendo incorporadas en la conversación científica. Ustedes tienen centros científicos de muy buen nivel, pero no los incorporan a la definición de las políticas que tienen que ver con el desarrollo de la Región y eso es un crimen.