Agua, sopas e infusiones son alternativas para hidratarse
Para muchos mencionar al agua como el vital elemento es un cliché, pero no existe otra forma de definirle. Y es que es esencial para la vida, constituye el 80% del cuerpo humano, la reacción bioquímica del organismo ocurre en medio acuoso y por tanto es fundamental para que se desarrollen las funciones fisiológicas y metabólicas.
He ahí lo importante de mantener el equilibrio hídrico bebiendo agua, sobre todo porque son diversos los factores que llevan a que se pierda, como la sudoración o la orina, según plantea la nutricionista Alejandra Sánchez, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás de Concepción. Aunque dependiendo de la edad, tipo de actividad física y las condiciones climáticas puede variar la cantidad de agua que una persona requiere, son entre 1,5 y 2 litros (8 vasos) diarios los que un adulto necesita.
Según explica la profesional, cuando no se mantiene una hidratación adecuada, la evidente y principal consecuencia es la deshidratación, la que sostiene que "es considerada como una patología aguda que puede provocar serios daños a nivel renal e incluso la muerte. Se produce un desequilibrio en la temperatura corporal aumentando el calor, lo que puede causar serios trastornos a nivel del sistema nervioso", siendo los niños y los adultos mayores los grupos que están en mayor riesgo de deshidratarse. "Estos últimos porque pierden la sensación de sed y no toman agua", apunta.
DISTINTAS VÍAS
Y considerando lo importante que es hidratarse para aportar el agua que requiere el organismo para su funcionamiento, junto al también notorio y relevante efecto refrescante que esto tiene ante el calor, ¿cuál es la mejor forma de hacerlo?
Victoria Halabí y Paula Fuenzalida, directora y coordinadora clínica de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo de Concepción, respectivamente, afirman que la forma básica y mejor de hidratarse es ingerir la propia agua en su estado natural, por lo que ésta siempre debe ser la primera opción.
Pero, no es la única vía ni tampoco alternativa que se podría recomendar, sobre todo reconociendo que hay muchas personas a las que no les gusta beber agua.
En este sentido, cuentan que existen bebidas o preparaciones que también hidratan, siendo una buena idea elaborar refrescos caseros a los que se añadan gotas de limón o naranja, o un poco de canela, para hacer más grata la ingesta de agua.
"Las infusiones de hierba también son una alternativa más para hidratarse. Aunque es cierto que algunas tienen un cierto efecto diurético (que aumentan la producción de orina), esto no es algo negativo, ya que una recomendación de la Organización Mundial de la Salud es reducir la ingesta de sodio e incrementar la de potasio, lo que favorece la diuresis y reduce el riesgo cardiovascular", explican.
Al consumirse sopas, cremas o caldos también se está aportando agua al organismo, y el mismo efecto tienen las hortalizas, verduras y frutas. Sobre estos últimos alimentos, aclaran que deben ser consumidos frescos y naturales, destacando al melón y sandía como las frutas con más aporte de agua.
TENER EN CUENTA
Halabí y Fuenzalida también reconocen que hay bebidas azucaradas que hidratan, pero al tener sacarosa añadida se dispara la ingesta de calorías, lo que incrementa el riesgo de sobrepeso y obesidad, y por tanto el riesgo metabólico y cardiovascular, por lo que no son recomendables como medio de hidratación.
Tampoco lo es con este fin beber té y café, ya que la cafeína es diurética, al igual que ciertas hierbas y la cerveza. Al respecto, advierten el papel que puede tener el alcohol en una más rápida deshidratación."Se puede estimar que por cada 50 gramos de alcohol en 250 mililitros de agua, el cuerpo elimina de 600 a 1.000 mililitros de agua en forma de orina y el motivo es que alcohol es una sustancia que provoca una inhibición en la glándula pituitaria de la producción de la Hormona Antidurética, lo cual provoca que los riñones aumenten la producción de orina", explican.
A mayor ingesta de alcohol, más deshidratación y las bebidas alcohólicas con mayor graduación son las más perjudiciales. "Otras con menos graduación y un contenido muy elevado en agua no provocarían un desequilibrio hídrico", concluyen.