"Esta fotografía fue tomada en Tucapel, en la salida del Colegio San Agustín. A mitad del poste, no muy lejos del alcance de un niño curioso o de alguien con malas intenciones, hay una especie de medidor expuesto a manipulaciones o inclemencias climáticas, además de la ya habitual maraña de cables presente en tantos postes de nuestra ciudad. Aprovechando el término de las actividades escolares, las empresas encargadas de estos dispositivos deben limpiarlos, ordenarlos y asegurarlos, para no seguir confiando en que la suerte mantendrá a nuestros niños a salvo", dice el lector Rodrigo Valenzuela S.