"A partir del 3 de diciembre debiera darse vuelta la página y el primer desafío es que las tensiones que provoca una disputa eleccionaria interna se calmen y como partido tengamos el foco puesto en los desafíos futuros", dijo el nuevo presidente regional de la UDI, Alejandro Reyes, quien accedió al cargo por consenso interno en el Biobío.
Acuerdo que no existe en la elección de la presidencia nacional del partido, que disputan la senadora Jacqueline van Rysselberghe, quien va a reelección, y el diputado por O'Higgins, Javier Macaya. Cuya contienda entre ambos se resuelve el próximo 2 de diciembre y que en la región ha dividido también a los militantes gremialistas.
Pese a los resquemores que puedan quedar, Reyes señaló que "hay que mirar hacia adelante y empezar a dejar de mirar al interior. En ese sentido, comenzamos a planificar los desafíos electorales que vienen, que son las elecciones municipales y de gobernador regional. También, para el año subsiguiente, hay que preparar lo que son las elecciones parlamentarias y presidenciales".
Reyes es jefe de división de Análisis y Control del Gobierno Regional y en el primer gobierno de Sebastián Piñera se desempeñó como gobernador de Concepción. Fue elegido por consenso en una lista directiva regional que además integrarán Jaime Vásquez y Claudio Parra, como vicepresidentes regionales. A ellos se suman, Patricio Kuhn como secretario general, Claudia Hurtado como tesorera regional y Julio Rodríguez como prosecretario.
-Creo que la UDI tiene una estructura de representación que está bien posicionada. Creo que la directiva saliente ha tenido una gestión positiva. Uno siempre agradece lo que se ha obrado en ese sentido. Los análisis más en detalles lo haremos con Jorge Fuentes en las conversaciones que tengamos que tener para entregar la posta. Evidentemente, hay cosas que faltan por realizar, eso hay que conversarlo, pero en general creemos que la UDI tiene representación aceptable dentro de la estructura de gobierno.
-A estas alturas del año, cuando estamos ad portas de la elección interna nacional, no hay nadie dentro del partido que esté en una posición neutra. Todos han tomado postura por una u otra candidatura. En lo personal, no tengo ni he tenido ningún quiebre y no he peleado con la senadora Jacqueline van Rysselberghe, si no simplemente son posturas políticas que se ven enfrentadas. Creo que Javier Macaya representa de mejor manera el ADN de la UDI y por eso he tomado la decisión de inclinar mis esfuerzos porque él sea el próximo presidente del partido.
-Creo que no debiera afectar, porque precisamente, bajo esa lógica llegamos a un consenso a nivel regional. Me he caracterizado toda la vida por ser una persona dialogante y no por ser alguien que va al choque y ese estilo es el que precisamente permitió concentrar el consenso de todas las sensibilidades regionales de la UDI. La directiva incorpora a personas que representan a todos en la UDI del Biobío. La directiva regional no la compone solo Alejandro Reyes. Por lo tanto, no debiera ser un obstáculo el que gane uno u otro respecto de cómo vamos a trabajar con la directiva regional. Este esquema se va a replicar en todas las regiones, independiente de que existan directivas de una sensibilidad u otra. Espero que, gane quien gane, no se vaya a trabajar solo con las regiones afines, ya que eso no ha sido nunca el esquema de trabajo de la UDI.
instructivo y evaluación
-No es que no se haya aplicado, lo que pasa es que nosotros realizamos la consulta correspondiente y eso llega al nivel de autoridades. En mi caso no soy autoridad pública, sino que soy un funcionario de gobierno, que tengo un cargo más alto que otro, pero no formo parte del protocolo de autoridades de gobierno.
-Ese análisis le corresponde al intendente. Imagino que los cargos de confianza están permanentemente en evaluación y todos los que entramos, seremis, jefes de servicio y otros de todas las capas de la estructura, estamos en permanente evaluación. Quien no lo entiende así, no entiende el servicio público. Por lo tanto, evidentemente a fin de año hay este tipo de evaluaciones, particularmente, en los cargos que tienen exposición pública, como seremis y jefes de servicio.