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Cáncer de pulmón es el con mayor mortalidad

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El pasado 17 de noviembre se conmemoró el Día Mundial del Cáncer del Pulmón, posicionándose como una fecha para sensibilizar respecto a la patología oncológica que tiene mayor incidencia y mortalidad en el mundo.

Y así queda claro al conocer las cifras y proyecciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que pronostica 53.365 nuevos casos de cáncer este año en Chile, de los cuales 3.873 corresponden a cáncer de pulmón, lo que corresponde al 7.54%. Además, es el responsable de 3.581 muertes, es decir 13.35%, lo que lo convierte en el primero en mortalidad en el país.

Pero, ¿qué es el cáncer al pulmón? El mismo organismo internacional describe esta enfermedad como "un crecimiento de células anormales dentro de este órgano del sistema respiratorio, las que se dividen y crecen a un ritmo mucho más rápido que las células normales. Las células cancerosas se unen para formar un grupo y este conjunto anormal de células se denomina tumor".

Sobre esto, detalla que existen dos tipos, el de células pequeñas y el no pequeñas, siendo este último el que representa el 85% de los casos de cáncer y el principal subtipo de éste es el adenocarcinoma, afectando al 40% de los pacientes.

A partir de lo anterior, vale la pena precisar cuándo es necesario acudir a un especialista ante la sospecha de que esté padeciendo esta enfermedad. Al respecto, el Centro de Investigación del Cáncer del Reino Unido, dice que los síntomas a los que prestar atención son quedarse sin aliento al hacer aquello que antes solía sin un problema, presencia de sangre en la flema o expectorar sangre, tener tos la mayor parte del tiempo o cambios en ésta, sensación de cansancio permanente, pérdida de apetito o peso, dolor en el pecho u hombro, o padecer infecciones de pecho continuas o una infección de pecho que no mejora.

Laboratorio de Química UdeC tendrá tecnología de punta

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La felicidad del bioquímico Carlos Peña luego de haberse adjudicado recientemente un Fondo del Programa de Equipamiento Científico y Tecnológico (Fondequip) por $230 millones es innegable. Es fácil entender el sentimiento que invade al investigador y académico del Departamento de Química Analítica e Inorgánica de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción (UdeC), pues este financiamiento permitirá concretar el proyecto del grupo que lidera y que parecía un sueño difícil de alcanzar, ya que fueron cuatro años de intentos que no tuvieron una respuesta favorable hasta ahora lograr financiar la iniciativa "Espectrómetro de Masas por Plasma Acoplado Inductivamente integrado a Cromatógrafo Iónico (IC-ICP/MS), con impacto real en las regiones del sur de Chile".

Se trata de dos equipos, los primeros en su tipo en Chile y que espera estén instalados en un plazo de cuatro a seis meses, que estando acoplados, "sirven para medir simultáneamente muchos elementos, en particular metales pesados, y/o para realizar un estudio de especiación", precisa.

Fue la certeza de la magnitud de los beneficios para la población, en distintos ámbitos, que los resultados de contar con este equipamiento de primer nivel pueden tener lo que lejos de mermar la motivación le dio más ímpetu para continuar los intentos, ya que según explica, este instrumental permitirá potenciar el área de Espectroscopía Atómica, que si bien estaba desarrollada en la casa de estudios no era con tecnología de punta y que detalla que "consiste en medir en las matrices o muestras que uno quiera casi todos los elementos (del sistema periódico) y la gracia de la instrumentración que adquiriremos es que permite llegar a niveles muy bajos de detección, es decir, es capaz de detectar cantidades trazas o ultra trazas (partes por millón o billón)". Algo que no era posible hasta ahora con los métodos clásicos o el equipamiento que existe en la zona.

DISTINTOS USOS Y APORTES

Lo trascendente de esto, destaca, es que así como existen distintos elementos que pueden estar presentes en alimentos o en el medioambiente, muchos de los cuales pueden llegar al ser humano, también varían sus efectos, y así como hay algunos que pueden ser beneficiosos, otros tienen potencial tóxico o contaminante.

Con estos equipos, será posible medir la presencia de elementos en las más diversas matrices, como alimentos, sedimentos o sangre, y por ello Carlos Peña vislumbra que su uso contribuya a a tópicos como el control de calidad y seguridad alimentaria, pero sobre todo al bienestar y salud de la población en general.

Para cuantificar el potencial de esto el bioquímico recuerda cuando hace un tiempo se detectó la presencia de metales pesados en el organismo de niños de Coronel y precisa que "hay alguna instrumentación y servicios que prestan este análisis, pero no con el acoplamiento que tendremos nosotros", además de que en casos como éste muchas veces se requiere enviar las muestras a la Región Metropolitana a organismos como el Instituto de Salud Pública para su análisis, y si bien tienen la capacidad técnica, por el nivel de colapso los resultados tardan en llegar más que la urgencia que muchas veces se requiere para actuar.

Pero, con este instrumental esto puede cambiar y en opinión del experto el primordial aporte que quieren hacer, con el desarrollo de ciencia como base, es entregar información para tomar decisiones. "Aquellas críticas que tienen que ver con aspectos como la salud de la gente tienen que ser tomadas rápido. Si tomas una muestra para medir presencia de metales pesados en la sangre de personas que habitan una comuna y los resultados tardan dos meses, puede pasar el tiempo para tomar una decisión crítica. Pero, si hay un instrumento acá, todo se agiliza", manifiesta.

CIENCIA BÁSICA Y APLICADA

Un punto relevante del proyecto es que no es sólo para la Región del Biobío, pues si bien el Espectrómetro de Masas y el Cromatógrafo Iónico estarán en la Facultad de Ciencias Químicas de la UdeC, Peña cuenta que involucra a otras facultades de la casa de estudios y a grupos de las universidades Católica de la Santísima Concepción, Católica del Maule, Católica de Temuco y Austral, estando a disposición quienes lo requieran, por lo que se desarrollarán líneas de estudio en las más variadas áreas.

Así, el líder del proyecto plantea que se podrán potenciar las investigaciones que cada equipo está desarrollando, como en el caso de su facultad una sobre biodisponibilidad de metales en fórmulas infantiles (colados y picados) y otro en vinos para ver si se puede considerar un alimento funcional. Además, se podrán abrir otras, como la especiación de elementos. "Hay algunos elementos como metales cuya nocividad depende de la forma en la que se encuentre. Por ejemplo, pescados azules, mariscos y algas suelen acumular arsénico, y al hacer un análisis en bruto se encuentra que tienen una cantidad enorme, pero muchas veces está en una forma que no es tóxica. En este momento este tipo de análisis no se puede hacer y con el cromatógrafo es posible diferenciar y decir 'este producto tiene harto arsénico, pero no tóxico'", manifiesta.

Por tanto, es evidente el impacto científico, y a la vez social y hasta económico de tener este instrumental y Carlos Peña dice que con éste se desarrollará ciencia básica, es decir generar conocimiento, pero su mayor interés está en la ciencia aplicada, es decir, ejecutar investigaciones sobre problemas existentes con los que se logren soluciones reales y que se traduzcan en beneficio para la población en los más variados aspectos.