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La necesaria humanización de la ciencia

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Cuando hablamos de la actividad científica, podemos poner el énfasis en el producto, como artículos, patentes y proyectos, o en el productor, es decir el científico como ser humano.

Hoy en día, el sistema científico mundial es un tanto maquiavélico, ya que su énfasis está en el producto, y lo asocia al éxito y finalmente a la supervivencia del investigador.

El sistema promete al científico que será exitoso mientras más artículos tenga, más citaciones, más proyectos y más colaboraciones, es decir mientras más productos genere. Más aún, si un investigador no cumple un mínimo de éstos, podría correr el riesgo de perder su fuente de trabajo. Los números están asociados a seguridad laboral, una mejor remuneración, pero no necesariamente a una mejor calidad de vida. Es posible que quien gaste 100% de su tiempo trabajando y produciendo en ciencia no tenga finalmente tiempo para vivir.

Esta mirada pierde de vista nuestra riqueza humana, la cual se expresa en la capacidad de reflexionar, aprender diferentes cosas y generar lazos con nuestros semejantes a través de la socialización, por ejemplo. Estas actividades precisan de tiempo y es justamente esto lo que el sistema basado en la producción nos demanda.

Muchos investigadores se llevan trabajo para la casa e incluso para los fines de semana. En esta carrera corremos el riesgo de perder nuestra humanidad, o parte esencial de ella y metafóricamente "reventarnos" trabajando.

Chile es uno de los países en que las personas pasan la mayor parte del tiempo en el trabajo. Sin embargo, estamos lejos de ser un país eficiente. Otras naciones tienen rutinas que permiten ir a casa temprano, para tener una vida complementaria fuera del trabajo. Esto significa tiempo para hacer deporte, leer, aprender nuevas cosas, socializar, pasar tiempo con la familia, etc. Menos tiempo en el trabajo pero de mejor calidad puede llevar a más eficiencia.

Entonces ¿qué significa humanizar la ciencia? Significa reconocer que el científico es un ser humano cuya felicidad radica en gran medida en su desarrollo integral. La felicidad es algo complejo y sin duda tiene que ver con múltiples áreas de nuestra vida. Los psicólogos reconocen la importancia de no centrarse en uno mismo, sino de tener una correcta relación con otros. También se acepta la importancia de hacer deporte y de mantener una alimentación saludable y de plantearse metas realistas en la vida. Está demostrado que el desarrollo de una red de amistades sólida, es garantía de una mejor vejez.

Reconociendo que somos parte del proceso, podemos elegir caer bajo la demanda de la híper-productividad y asumirla como nuestra identidad, o administrar nuestro tiempo vital incluyendo una mirada equilibrada del trabajo.

Ser cada vez mejores en lo que hacemos es una sana y deseable aspiración, pero también lo es, a mi parecer, no monopolizar la vida en torno a la productividad.

Ronald Mennickent,

Director de

Inv. y Creación

Artística

U. de Concepción

multitasking

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Tradicionalmente, las secretarias han sido un cargo clave dentro de cualquier organización. No obstante, los perfiles que se requieren han variado con el tiempo y, hoy, en un mundo donde se requiere mayor especialización, este puesto no se mantiene ajeno e incluso es ocupado por profesionales de otras carreras, pues también han alcanzado altas rentas.

En este sentido, Diego Oliva, branch manager de Randstad, afirma que las compañías buscan mucho más que una persona que se enfoque en agendar reuniones de forma sistemática, sino que sea capaz de organizar jornadas de gerentes y directivos de manera estratégica, tome resoluciones y tengan orientación al negocio. Así, afirma que lo mejor define al perfil de las secretarias es multitasking. "Armar la logística completa de los viajes de sus jefes, involucrarse en áreas financieras y contables, conocer el proceso de facturación, prestar asistencia en la organización de eventos e incluso saber usar planillas de cálculo y softwares o programas de gestión, son solo algunos aspectos deben gestionar", asegura.

Agrega que por la constante necesidad de atender aspectos relacionados a la comunicación con personal interno y público externo, son fundamentales las habilidades interpersonales y de relacionamiento, con atributos como comunicación efectiva y alto nivel de expresión oral.

Sobre la edad de los perfiles, Diego Oliva comenta que en la mayoría son personas por sobre los 30 años y que si bien la tendencia apunta a que comúnmente la posición sea ocupada por mujeres, actualmente el perfil masculino no está descartado. "Existe la creencia cultural de que las mujeres tienen más competencias blandas, como capacidad de organización, planificación y trabajo en equipo, no obstante este pensamiento poco a poco se está desarraigando y hoy vemos a muchos hombres que comparten estas cualidades, por lo tanto, podrían desempeñar perfectamente este rol", concluye.