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Buen dormir puede prevenir síntomas de patologías mentales

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Al hablar de salud mental, son múltiples los factores que se asocian para protegerla y favorecerla, pero también para afectarla y terminar gatillando alguna patología.

Y es que las enfermedades psiquiátricas son de causales multifactoriales y su prevalencia está en estrecha relación con determinantes sociales de la salud. Así lo afirma José Ignacio Martínez, académico de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, y según su planteamiento de la misma manera opera la prevención de estas patologías, así como su manejo y control de los síntomas.

Es en esta esfera donde se detiene para destacar el papel que el buen dormir tiene para cuidar la salud mental y evitar síntomas no deseados en el ámbito de la salud mental, precisando que "un sueño reponedor ayuda a controlar el estrés y a mantener un estado de ánimo equilibrado. Esto es clave".

Asimismo, un rol relevante tiene que ver con la inserción social, que generalmente se ve mermada por los prejuicios, donde no volver a involucrarse a la sociedad como antes de padecer una patología tiene un gran impacto negativo. "Las personas con patologías de salud mental que no logran adaptación o reinserción social, son aquellas que más afectadas se observa en estos tiempos, netamente por estigma social", sostiene.

Otro punto relevante, de manera evidente, es la adherencia al tratamiento y que éste sea adecuado. Algo que puede ser complejo y, de hecho, según la Sociedad Chilena de Salud Mental, de las personas que viven con alguna patología psiquiátrica, sólo 20% tiene acceso a un tratamiento formal. En este sentido, para finalizar, el experto advierte que "la no adherencia al tratamiento de las personas con patologías psiquiátricas trae como consecuencia costos físicos, sociales, familiares, económicos, entre otros. En consecuencia, podemos señalar que el abandono de tratamientos farmacológicos como no farmacológicos trae consecuencias variables en la persona".

Incidencia en Chile

El 23% de la población tiene un trastorno mental evidenciable y ciertos estudios indican que el 80% tiene síntomas de enfermedades mentales que no han sido diagnosticados.

Una técnica adecuada permite una lactancia materna exitosa

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Desde hace algunos años la lactancia materna es objeto de estudios e investigaciones a nivel nacional e internacional, por los múltiples beneficios a corto y largo plazo que genera tanto al bebé como a su madre. Según la Organización Mundial de la Salud, la lactancia materna debe ser exclusiva antes de los seis meses y luego se complementa con otros alimentos, siendo recomendada mínimo hasta los dos años.

Mantener una adecuada nutrición en la primera infancia es de vital relevancia, pues permite que los niños desarrollen todo su potencial en sus funciones cognitivas y psicomotoras, evitando la desnutrición y la obesidad infantil. Asimismo los avances de la tecnología, han elevado el porcentaje de bebés prematuros o nacidos antes de las 38 semanas de gestación. En estos casos, la lactancia se puede adaptar a las necesidades de los bebés o niños pequeños, que viven circunstancias excepcionalmente difíciles y/o situaciones de emergencia.

Dentro de las investigaciones se ha comprobado que la lactancia materna garantiza la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo adecuado. Se trata de una forma de nutrición natural, fisiológica, segura para los bebés y de bajo costo implementarla. Además, estimula adecuadamente los sistemas sensoriales y motores orofaciales, ya que la succión involucrada en la extracción de leche requiere de fuerza muscular, aumentando el tono muscular, estimula la respiración, la deglución y el desarrollo de estructuras orales y de la cara, además de promover beneficios para la salud física y emocional en el apego materno.

Para lograr una lactancia materna exitosa se debe procurar un adecuado acoplamiento o posicionamiento entre la madre y el bebé. Esto quiere decir que la unión de la boca del recién nacido con el seno materno deben generar un adecuado selle, permitiendo la extracción de la leche. Para esto la cabeza del bebé debe estar a la altura del pecho en línea media, cara frente al seno, donde la nariz y el mentón deben estar en contacto con la mama, quedando la boca a la altura del pezón-areola y la posición de los labios evertidos, la lengua se encuentra adelantada apoyada en el labio inferior, generando un cierre hermético.

Cuando no se logra el posicionamiento adecuado entre el lactante y la madre, se pueden generar efectos adversos como daño en el pezón, dificultad en la extracción y vaciamiento del pecho, dolor, irritabilidad en el bebé y otras múltiples alteraciones. Por ello, la indicación es que las madres que quieren alimentar a sus hijos con pecho materno, pero han presentado dificultades para realizarlo, consulten a los profesionales de salud, incluido el fonoaudiólogo, especialista en evaluación e intervención de la motricidad orofacial. De esta manera, se puede establecer un plan de intervención en el caso de que el bebé lo requiera descartando alteraciones como disminución en la fuerza de succión o descoordinación de los movimientos orales, que son necesarios para generar el proceso de alimentación.

académica de

Fonoaudiología, USS