Idioma es el desafío de primera haitiana con visa humanitaria
Ella no habla español y él, con 10 meses en Chile, hace lo posible por hacerse entender. Por eso, cada vez quiere decir algo, se toma la cabeza y medita un par de segundos como tratando de procesar la pregunta y al mismo tiempo formulando su respuesta. Cuando termina, la mira a ella y sonríe.
Es que los despertares de Gens Jean Joseph (30) son distintos desde el domingo 28 de octubre, cuando Nativitita Jean Joseph Paulon (32), su esposa haitiana, llegó a Chile para vivir con él después de un año sin estar juntos, convirtiéndose en la primera pareja de extranjeros en beneficiarse por la visa de reunificación humanitaria que está impulsando el gobierno a través de la reforma migratoria.
La escena es custodiada en todo momento por Jean Enock (34), amigo del matrimonio haitiano, quien hace de intérprete cuando a Gens no le alcanzan las palabras para expresarse. También ayuda a Nativitita cuando se le pregunta cómo se ha sentido en Concepción durante su primera semana.
"En Haití yo tenía muchos problemas, pero ahora me he sentido bien porque estoy viviendo con mi esposo", dice.
Después de eso añade, que con Gens tienen intenciones de quedarse en Concepción y formar una familia. "Quieren que sean hijos chilenos", explica Jean Enock y bromea con la cantidad: "podrían ser tres o cuatro", a lo que Gens corrige "no, que sean dos no más" y estallan en carcajadas.
Tras explicarle a Nativitita el motivo de las risas, ésta confirma con la mano que sólo quiere tener dos hijos. Como no entiende la conversación, vuelve a guardar sus manos en los bolsillos y a perder su mirada en otras cosas. "Tiene que aprender a hablar español", advierte su esposo.
LA NUEVA VIDA
Gens y Nativitita se conocieron en 2005, empezaron a pololear en 2013 y al año siguiente se casaron. "Él la miraba desde siempre, y ella se paseaba para que la saludara", cuenta Jean Enock. Sin embargo, la pareja dejó de verse hace cerca de un año, cuando Gens decidió venirse a Chile a probar suerte.
La compleja situación política de Haití fue uno de los gatillantes para que Gens decidiera buscar nuevas oportunidades. Dejó su trabajo como supervisor en una fábrica textil para viajar hasta Santiago y luego a Concepción, guiado por las buenas referencias de la ciudad que le dio su amigo Jean Enock. Acá encontró trabajo en una empresa que vende cubiertas para cocina.
"Hablé con mi señora, le dije que me gustaba el país y que me quería venir. Ella estuvo de acuerdo, pero me dijo que después tenía que traerla también. Busqué trabajo y ahí mi jefe me ayudó con los trámites para poder traer a mi señora", explicó.
"Ahora la situación en Haití está un poco mejor, pero en Chile estamos bien. Acá podemos caminar en la noche sin miedo, y en el día también, eso nos da tranquilidad. Nos gusta Chile y nos gusta Concepción", agregó Jean Enock.
Hoy viven en el sector de Santa Sabina, en Concepción, en una habitación que arriendan por $140 mil y que les permite acceder también a ducha, baño y cocina. En la misma casa viven otros tres haitianos y en el mismo terreno hay otra vivienda con condiciones similares. Lo mismo se replica en otras casas del sector.
El dormitorio, forrado en madera, les deja espacio suficiente para un par de sillas, una cama de dos plazas, un velador pequeño en donde tienen un televisor y otro donde guardan artefactos eléctricos como una juguera y una plancha. En una repisa los enseres de aseo y de un fierro improvisado en una de las esquinas de la habitación, ganchos con la ropa de ambos.
La habitación de Jean Enock es similar, salvo que la comparte con un compatriota y entre ambos costean el arriendo.
"NO SOMOS POBRES"
Dejando de lado las risas, los amigos haitianos reflexionan acerca de su situación y el fenómeno migratorio de sus compatriotas. "Muchos compatriotas vienen a Chile no porque estén mal en mi país, sino porque están buscando oportunidades mejores", dice Gens.
Jean Enock agrega que "muchos chilenos piensan que los haitianos somos pobres, pero eso es pura discriminación por color. Chile es un buen país, pero el presidente dice que los haitianos tienen que firmar un papel y volver a Haití".
Gens explica que "yo no tengo problema de volver a mi país, porque allá no vivía mal. El problema es la situación política de allá, en que todos los días hay manifestaciones. Por eso nosotros nos vinimos a Chile, para vivir más tranquilos. Acá estamos trabajando y tenemos nuestros papeles al día, queremos quedarnos aquí".
Aunque manifiesta que tiene intenciones de volver a Haití el próximo año, Gens y Nativitita aseguran que en Concepción está su futuro. Sus gestos y miradas cómplices dan cuenta de eso.