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Chilenos investigan cómo hacer frente al Parkinson

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Científicos del Instituto de Neurociencias Biomédicas (BNI) de la Universidad de Chile están trabajando en un proyecto con cultivos neuronales in vitro, con la idea de llegar a construir un cyborg para combatir enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.

La investigación, en la que trabajan tres laboratorios del BNI, ha logrado desarrollar cultivos neuronales que, a través de electrodos, pueden dirigir los movimientos de un vehículo en un ambiente virtual, explicó Rodrigo Vergara, quien lidera la investigación.

Sobre esto, explicó que los cultivos neuronales son un circuito en el que las neuronas están sumergidas en un líquido ubicado sobre una parrilla de electrodos, que a su vez está conectado a un ambiente virtual alojado en un computador. En este campo, las células son capaces de controlar un carrito gracias a la estimulación de los electrodos, aprendiendo a evitar los golpes contra obstáculos, añadió. Se define como cyborg la mezcla de elementos cibernéticos con redes neuronales como único organismo vivo.

"El principal desafío del proyecto es desarrollar lo que llamamos un protocolo de conducta in vitro. Esto significa que estas conductas no son contenidas por un ser vivo, sino que están sembradas en cultivos neuronales conectados a un aparato mecánico", precisó Vergara. Lo anterior supone, "literalmente, construir un cyborg para generar conductas, prestándole a las neuronas un cuerpo para que exista un desplazamiento", indicó.

El científico agregó que a diferencia de la inteligencia artificial, donde no hay tejido vivo involucrado y es un computador el que aprende un protocolo, el cyborg representa la interacción entre un tejido vivo y la tecnología.

Así, las implicaciones particulares de esta investigación están relacionadas "con el uso aplicado de la interfaz cerebro-máquina y su transferencia a estudios que buscan terapias para enfermedades neurodegenerativas", explicó.

Edulcorantes: crece polémica respecto de su consumo

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De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (2014), en Chile el 24 por ciento de la población ingiere edulcorantes en una cantidad aproximada de 0,2 ml/día, siendo las mujeres las principales consumidoras. Según el grupo etario, la ingesta aumenta con la edad, llegando al 37 por ciento en los adultos mayores, pero en cantidades más bajas. Además, entre los 30 y los 49 años se percibe un mayor consumo en cantidades más altas, alcanzando los 0,4 ml/día. También se observa una proporción de 2,6 veces más en el consumo de edulcorantes en grupos de ingresos altos, comparado con niveles en grupos socioeconómicos bajos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS,) los edulcorantes son una categoría de aditivos alimentarios los cuales corresponden a sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar su inocuidad, frescura, sabor, textura o aspecto, con el objetivo de satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Así lo afirma la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, máster en Ciencias Biológicas y Médicas mención Nutrición, Claudia Vega Soto, quien agrega que de manera específica los edulcorantes se utilizan en la industria alimentaria con el fin de sustituir el azúcar, puesto que estos añaden pocas o ninguna caloría a los distintos alimentos. Podemos clasificar a los edulcorantes según su origen (artificial o natural) o según su contenido calórico (nutritivos EN o no nutritivos ENN).

Tal como lo explica la académica, en Chile los edulcorantes permitidos son acesulfamo K, aspartamo, ciclamato, sacarina, sucralosa, alitamo, neotamo y glucósidos de esteviol. Esta normativa se rige por el Reglamento Sanitario de los Alimentos, el cual recopila las normativas determinadas por el Codex Alimentarius sobre la ingesta diaria admisible (IDA), en base a investigaciones desarrolladas por el organismo mixto de expertos de la OMS y la FAO en aditivos denominados JECFA y que determina los riesgos para la salud humana de los aditivos alimentarios. Además, estas sustancias se incorporaron recientemente (en el año 2016) al listado de nutrientes críticos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo que las mantiene en supervisión e investigación constante debido a sus posibles efectos adversos.

AMPLIA PRESENCIA

Una problemática actual respecto a la seguridad en el consumo de edulcorantes es su presencia en una amplia gama de productos alimenticios. "La industria alimentaria, con el fin de eliminar los sellos de advertencia, está incorporando cantidades importantes de edulcorantes en los alimentos procesados. Para los adultos es muy difícil alcanzar la ingesta diaria admitida (IDA, valor que mide el grado de peligrosidad de un compuesto alimentario), sin embargo para los niños es más fácil. Algunos ejemplos: un yogurt light de 125 gramos aporta 37,5 mg de estevia, por lo tanto dos unidades alcanzan el IDA de un niño de 18 kilos. Una lata de bebida cola light aporta 84 mg de aspartamo y 56 mg de acesulfamo, por lo tanto ocho vasos de bebida light alcanzan la ingesta diaria admitida para un niño de 18 kilos.