Bosques: grandes aliados para combatir el cambio climático
Décadas atrás, cuando comenzó a hablarse sobre calentamiento global, cambio climático y sus consecuencias, muchos no creyeron que fuera real. Y aunque algunos siguen en dicha posición, la consciencia fue cambiando porque la evidencia científica ha sido cada vez más contundente y los efectos notorios.
Así, negar que estos fenómenos son una realidad sería tapar el sol con un dedo y no hacer frente a lo que está ocurriendo puede tener impactos negativos inimaginables para el planeta y la vida en éste, ya que tal como sostiene Fernando Santibáñez, doctor en Bioclimatología, "el cambio climático se percibe como una amenaza importante para el patrimonio viviente de todos los países del mundo, porque está cambiando el contexto en el cual todas las especies han vivido en los últimos miles de años y requerirán un proceso de adaptación que muchas veces no van a conseguir".
El también director del Centro de Agricultura y Medio Ambiente (Agrimed) de la Universidad de Chile, detalla que la disminución de las precipitaciones y aumento de la temperatura son parte de los efectos conocidos y visibles que el fenómeno tiene, los que se traducen en una menor disponibilidad del recurso hídrico y cambios en los suelos, entre otros. Asimismo, pueden surgir nuevas amenazas biológicas como insectos o enfermedades. Todo esto, recalca, puede significar que ciertas especies de flora y fauna vean amenazada su conservación al comenzar a vivir procesos que les impidan crecer o reproducirse. "Y en muchos casos va a ser necesaria la intervención humana para la conservación asistida de muchas especies que no nos interesa perder de vista", asevera.
Sobre lo anterior, el doctor advierte que "en Chile las evidencias de cambio climático son notables, principalmente en la disminución de la pluviometría en zonas costeras, donde en algunos sitios se ha reducido la precipitación en el orden del 20 a 30% y una disminución de esa dimensión es suficiente para poner en situación de crisis a los ecosistemas costeros, como el bosque valdiviano".
FUENTE DE PROTECCIÓN
Precisamente, está en los bosques uno de los principales focos de preocupación en Chile y el mundo en relación a la problemática global, y abordar dicha temática fue el motivo de la visita reciente de Santibáñez a la capital penquista, como invitado al seminario "Bosques y cambio climático: ¿nos estamos preparando?", organizado por la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción junto al Colegio de Ingenieros Forestales Biobío.
Es que el vínculo que existe entre los bosques y el fenómeno es uno más que significativo. Primero, por los efectos que el cambio climático tiene en los ecosistemas, acarreando un impacto medioambiental que puede afectar significativamente la conservación de la flora y fauna, y además porque puede derivar en consecuencias sociales de grandes proporciones.
El doctor en Bioclimatología asevera que "no nos imaginamos un mundo sin bosques, sería absolutamente hostil", y manifiesta que son muchas las poblaciones que dependen económicamente de los bosques, pues brindan materias primas, pero más relevante es que son fuente de vida y hábitat de plantas, animales y organismos vivos benéficos; de bienestar, de agua, de regulación climática, de protección para la vida humana.
Un aspecto de importancia invaluable, ya que explica que muchos entornos se ven protegidos por los bosques frente a fenómenos amenazantes como los incendios forestales, que pueden ser mucho más devastadores si hay mayor sequedad de los suelos, más alta temperatura y vientos (parte de los efectos del cambio climático); pero sobre todo, enfatiza que "están conteniendo el cambio climático". Esto, porque los árboles capturan el dióxido de carbono (CO2), uno de los gases responsables del efecto invernadero y del calentamiento global.
PLANTAR MÁS
Por lo expuesto, Roberto Cornejo, presidente nacional del Colegio de Ingenieros Forestales, quien asistió al seminario, manifiesta que "plantar árboles es lo que se necesita", por lo que afirma que el sector forestal juega un rol clave para enfrentar el problema, paliar los daños visibles y evitar otros peores, y aminorar el efecto invernadero.
El problema, no obstante, es que la realidad nacional estaría yendo hacia otro camino. "Lamentablemente, no se está plantando: de 70 mil hectáreas que se plantaban hace unos años, el año pasado no se plantaron más de 3 mil. Esto no ayuda", recalca, lo que se puede explicar porque los cambios en las condiciones climáticas han ido acotando las zonas donde se puede plantar y sobre todo el fin de la ley de fomento para plantaciones forestales, dice.
Por ello, cree que uno de los desafíos para el país es propiciar medidas que apunten a incentivar la plantación de especies vegetales y manejo de bosques, "porque mientras más extensiones hayan, más posibilidades tendremos de enfrentar este flagelo", destaca, en esfuerzos que, finalmente, traerán beneficios para todos.