En un mundo que avanza y se transforma vertiginosamente, es trascendental innovar. Como concepto es pensar y hacer las cosas de manera distinta; en lo concreto es generar nuevas soluciones, técnicas y procedimientos, aprovechando las herramientas tecnológicas disponibles o creándolas para así lograr mejores resultados.
De este modo, la innovación ocurre en todo ámbito y es tan útil como necesaria, por tanto un reto por el que se debe trabajar con urgencia en áreas como la salud. "Se ha innovado mucho en aspectos de la industria como energía o recursos naturales. Y aunque hoy no esperas más de dos o tres minutos para hacer una transferencia electrónica, esperas tres años para tener una cirugía. Eso no puede ser, entonces necesitamos innovar, por ejemplo, en los procesos en salud", manifiesta la doctora Emma Chávez, directora de Innovación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, siendo éste uno de los motivos por los que cree que aún hace falta poner el tema sobre la mesa y fomentar iniciativas, tal como fue el seminario "Desafíos de Innovación en Salud", organizado por la Dirección de Innovación de la casa de estudios, Corfo Biobío y Everis.
La actividad contó con la participación de actores de diversos sectores para exponer experiencias e identificar potenciales problemáticas, reconocer logros y posibles vías de solución, y comenta que se relaciona con un trabajo en alianza que han venido realizando también con representantes de distintas áreas, donde uno de los hitos fue la creación del Nodo Salud+Desarrollo en 2016, parte del Comité de Transformación Digital de Corfo.
TRABAJO COLABORATIVO
big data
En este sentido, cuenta que en Chile se ha introducido mucha tecnología en salud y generado avances, pero la falencia ha estado en que no siempre ha sido colaborativamente, esencial para que todo el país avance a la misma meta. "Si decidimos sólo con gobierno o sólo son iniciativas de privados no va a andar, y si no incorporamos a los ciudadanos tampoco", enfatiza.
Los resultados que han tenido con iniciativas que han propiciado en Corfo demuestran lo anterior, como el mismo Salud+Desarrollo y el proyecto "Cuenta Médica Interoperable", "donde trabajamos con 4 clínicas del sector privado y 6 servicios de salud pública. A fin de año, junto al director de Fonasa, por primera vez vamos a dar una salida y marcha de la conexión interoperable sin intervención de personas de todas las cuentas de Fonasa del sector público-privado", adelanta con emoción.
CINCO HABILITANTES
Para los logros fue esencial mirar las experiencias de éxito de países desarrollados en esta materia, donde la punta de lanza para que la transformación digital ocurra en cualquier institución es identificar y trabajar en cinco habilitantes, cuenta Orellana.
El primero que menciona es la infraestructura digital, que implica mejorar la conectividad. "El segundo son los estándares e interoperabilidad, acordar el lenguaje que usaremos, porque necesitamos que los datos converjan en una plataforma y conversen. Son el gran activo y los que permitirán tomar decisiones", explica, pero esto no ocurre si hablan o usan códigos distintos.
data governance
En este sentido, Marcelo Lopetegui, médico jefe del Servicio de Informática Biomédica de la Clínica Alemana, también expositor del seminario, opina que se debe trabajar con urgencia en la fluidez de datos e interoperabilidad entre todos los actores (que hablen el mismo idioma), contar con más capital humano formado, enfatizando que "la tecnología está resuelta y tenemos la ventaja de ir 20 o 30 años después que los países más desarrollados, que ya pasaron por el proceso y nuestra responsabilidad es no cometer los mismos errores".
ACEPTAR EL CAMBIO
Lopetegui cree que también es importante que el país genere cambios acorde a los tiempos en el ámbito legal, sobre todo, porque lo que más falta es aceptación de la sociedad. "Porque, por ejemplo, compartir datos va a traer muchos beneficios, pero se asocia a ciertos riesgos y eso hay que reconocerlo, como una posible filtración de datos. Entonces, hay que saber cómo mitigar y disminuir el impacto que esto tenga", comenta. Asimismo, puede existir cierta resistencia de un médico a que una máquina tome decisiones por él o porque crea que la telemedicina hace que se pierda la relación con el paciente.
Por ello, tanto él como Orellana coinciden que el reto que se debe superar primero es lograr una transformación sociocultural que permita el cambio, donde la punta de lanza será concientizar que esto es beneficioso para todos, que todos ganan, desde quienes están innovando y creando soluciones, los que las utilizan y favorecen su quehacer, hasta los pacientes que recibirán una mejor atención.