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Adulto mayor: Aportar desde lo privado a una problemática pública

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Parece una paradoja, pero lo cierto es que Chile es un país joven al pensar en su nacimiento e historia, pero en términos de población somos el más longevo de la región. Según el Censo de 2017, se estima que en la actualidad los adultos mayores superan los 2 millones 800 mil personas y todas las proyecciones apuntan a que esta cifra aumentará significativamente con el paso del tiempo.

Hoy vivimos más, pero no necesariamente mejor. Y eso es lo que debe ocuparnos, porque así como la expectativa de vida de los chilenos creció siete veces en sólo dos décadas -siendo incluso superior a la de Estados Unidos- también aumentaron las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Esto nos plantea un enorme desafío como nación: ¿cómo aseguramos el cuidado y la protección de nuestros adultos mayores, especialmente en lo que a estas enfermedades se refiere?

En el caso del Parkinson, se estima que entre un 1,5% y un 2% de la población mayor de 65 años vive con esta enfermedad, y de la propia experiencia que tenemos como CENPAR, (Centro clínico neurológico especializado en Parkinson), hemos constatado que no todos lo hacen con los tratamientos y cuidados que debieran. Y no porque no quieran, sino porque o no tienen acceso a ellos o bien desconocen cuáles son esos tratamientos.

Estudios actualizados han comprobado que la enfermedad de Parkinson debe ser tratado en un 50% con fármacos y un 50% con rehabilitación, y ese apoyo integral y multidisciplinario no siempre se da. Entonces, ¿cómo saldamos esta "deuda" con nuestros adultos mayores?

Las maneras van desde robustecer la canasta GES, también educar en la enfermedad, crear centros que acojan a pacientes para evitar que sus cuidadores abandonen sus trabajos y promover políticas de envejecimiento saludable, hasta comprometer la voluntad público-privada para potenciar el acceso a diagnósticos y tratamientos. Todas son medidas necesarias.

Desde el mundo privado, tenemos la energía y capacidad profesional para aportar soluciones concretas a esta problemática pública y social que aumenta con el envejecimiento progresivo de la población, porque nuestros adultos mayores merecen que se generen estos espacios de colaboración.

Directora

ejecutiva de CENPAR

Colaboración y aceptación son la base para innovar en salud

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En un mundo que avanza y se transforma vertiginosamente, es trascendental innovar. Como concepto es pensar y hacer las cosas de manera distinta; en lo concreto es generar nuevas soluciones, técnicas y procedimientos, aprovechando las herramientas tecnológicas disponibles o creándolas para así lograr mejores resultados.

De este modo, la innovación ocurre en todo ámbito y es tan útil como necesaria, por tanto un reto por el que se debe trabajar con urgencia en áreas como la salud. "Se ha innovado mucho en aspectos de la industria como energía o recursos naturales. Y aunque hoy no esperas más de dos o tres minutos para hacer una transferencia electrónica, esperas tres años para tener una cirugía. Eso no puede ser, entonces necesitamos innovar, por ejemplo, en los procesos en salud", manifiesta la doctora Emma Chávez, directora de Innovación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, siendo éste uno de los motivos por los que cree que aún hace falta poner el tema sobre la mesa y fomentar iniciativas, tal como fue el seminario "Desafíos de Innovación en Salud", organizado por la Dirección de Innovación de la casa de estudios, Corfo Biobío y Everis.

La actividad contó con la participación de actores de diversos sectores para exponer experiencias e identificar potenciales problemáticas, reconocer logros y posibles vías de solución, y comenta que se relaciona con un trabajo en alianza que han venido realizando también con representantes de distintas áreas, donde uno de los hitos fue la creación del Nodo Salud+Desarrollo en 2016, parte del Comité de Transformación Digital de Corfo.

TRABAJO COLABORATIVO

big data

En este sentido, cuenta que en Chile se ha introducido mucha tecnología en salud y generado avances, pero la falencia ha estado en que no siempre ha sido colaborativamente, esencial para que todo el país avance a la misma meta. "Si decidimos sólo con gobierno o sólo son iniciativas de privados no va a andar, y si no incorporamos a los ciudadanos tampoco", enfatiza.

Los resultados que han tenido con iniciativas que han propiciado en Corfo demuestran lo anterior, como el mismo Salud+Desarrollo y el proyecto "Cuenta Médica Interoperable", "donde trabajamos con 4 clínicas del sector privado y 6 servicios de salud pública. A fin de año, junto al director de Fonasa, por primera vez vamos a dar una salida y marcha de la conexión interoperable sin intervención de personas de todas las cuentas de Fonasa del sector público-privado", adelanta con emoción.

CINCO HABILITANTES

Para los logros fue esencial mirar las experiencias de éxito de países desarrollados en esta materia, donde la punta de lanza para que la transformación digital ocurra en cualquier institución es identificar y trabajar en cinco habilitantes, cuenta Orellana.

El primero que menciona es la infraestructura digital, que implica mejorar la conectividad. "El segundo son los estándares e interoperabilidad, acordar el lenguaje que usaremos, porque necesitamos que los datos converjan en una plataforma y conversen. Son el gran activo y los que permitirán tomar decisiones", explica, pero esto no ocurre si hablan o usan códigos distintos.

data governance

En este sentido, Marcelo Lopetegui, médico jefe del Servicio de Informática Biomédica de la Clínica Alemana, también expositor del seminario, opina que se debe trabajar con urgencia en la fluidez de datos e interoperabilidad entre todos los actores (que hablen el mismo idioma), contar con más capital humano formado, enfatizando que "la tecnología está resuelta y tenemos la ventaja de ir 20 o 30 años después que los países más desarrollados, que ya pasaron por el proceso y nuestra responsabilidad es no cometer los mismos errores".

ACEPTAR EL CAMBIO

Lopetegui cree que también es importante que el país genere cambios acorde a los tiempos en el ámbito legal, sobre todo, porque lo que más falta es aceptación de la sociedad. "Porque, por ejemplo, compartir datos va a traer muchos beneficios, pero se asocia a ciertos riesgos y eso hay que reconocerlo, como una posible filtración de datos. Entonces, hay que saber cómo mitigar y disminuir el impacto que esto tenga", comenta. Asimismo, puede existir cierta resistencia de un médico a que una máquina tome decisiones por él o porque crea que la telemedicina hace que se pierda la relación con el paciente.

Por ello, tanto él como Orellana coinciden que el reto que se debe superar primero es lograr una transformación sociocultural que permita el cambio, donde la punta de lanza será concientizar que esto es beneficioso para todos, que todos ganan, desde quienes están innovando y creando soluciones, los que las utilizan y favorecen su quehacer, hasta los pacientes que recibirán una mejor atención.

Invitan a asistir a seminario sobre cambio climático

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Una invitación a la comunidad es la que hace la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción en conjunto con el Colegio de Ingenieros Forestales Biobío, que hoy realizarán el seminario "Bosques y cambio climático: ¿nos estamos preparando?". En éste se contará con la participación de varios expertos para abordar un fenómeno global, y por tanto cuyo impacto pueden afectar a todos en los más diversos puntos del planeta.

La actividad es gratuita y se desarrollará desde las 9 de la mañana en el auditorio de la Facultad de Ciencias Forestales.

Luz azul natural y artificial tiene efectos nocivos

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Con el paso del tiempo y la gran penetración de diversos dispositivos tecnológicos en la vida de las personas, se está conociendo más sobre los efectos nocivos que tiene en órganos como los ojos la luz azul presente en pantallas de computadores, teléfonos inteligentes, tabletas y televisores.

No obstante, no sólo por aparatos artificiales se emite, pues una fuente natural como el sol, con una amplia gama de colores en su radiación, también produce luz azul, lo que deja de manifiesto que a diario y en distintas circunstancias es primordial cuidarse de potenciales daños. "La luz azul tanto natural como artificial, puede afectar en el sistema nervioso autónomo, en los desempeños cognitivos, en la actividad motora, causar insomnio, aumento de riesgo de cataratas, afectar el reloj biológico e incluso repercutir en la memoria", advierte al respecto José Pablo Pérez, experto óptico de Rodenstock.

En este sentido, comenta que la mayor del riesgo que se asocia a las fuentes de luz se mitiga con respuestas biológicas como el parpadeo, la concentración de la pupila o el movimiento de la cabeza a la fuente de luz, no es infalible. Ante esto, cuenta que distintos fabricantes han decidido innovar para crear soluciones especiales, como incorporar ciertos filtros a los anteojos que tienen por objetivo reducir la cantidad excesiva de luz, pero sin tener impacto en la percepción del color para quienes los utilicen.

Desde lo anterior, José Pablo Pérez aclara que contar con este tipo de tecnologías, "es útil tanto para quienes trabajan frente a computadores en espacios cerrados, como para quienes lo hacen en exterior", y desde su planteamiento las innovaciones que existen y que se generen en el ámbito de la óptica se traducirán en avances que cada vez tengan mejores resultados e impacto positivo en la salud y calidad de vida, pues las mejoras a nivel del campo visual repercuten directamente en el bienestar de las personas, "traduciéndose en más energía, buen humor, un mejor dormir, una buena calidad visual y mayor percepción a los colores", concluye.