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Clave de la buena salud es priorizar alimentarse y evitar comer

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Aunque las palabras comer y alimentarse por muchas personas son utilizadas como sinónimos, en lo esencial de los conceptos tienen grandes diferencias.

Así lo sostiene la doctora Eliana Reyes, nutrióloga e integrante del programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, por lo que cree pertinente hacer ciertas aclaraciones, aprovechando la reciente conmemoración del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre).

Como base para distinguir lo que el acto de alimentarse y de comer significan, es preciso saber que así como hay productos que aportan diferentes sustancias que son beneficiosas para la salud como nutrientes, vitaminas y minerales, algunos necesarios para el funcionamiento del organismo y otros atribuidos a propiedades que se traducen en efectos positivos, hay otros que sólo entregan calorías y no tienen ningún valor nutricional, explica.

Y entre esos últimos el azúcar tiene un papel protagónico. Este componente esencial de los más diversos productos comestibles que tientan a muchos, puede generar grandes daños a la salud, asevera. "El azúcar entrega calorías vacías, que no aportan nutrientes fundamentales para la salud, por lo tanto, debemos ser cuidadosos con su consumo. Una manera saludable de ingerirla es en frutas, que además entregan vitaminas y minerales que benefician el organismo", aconseja Reyes.

Lo que expone la profesional, de preferir consumir azúcar desde las frutas, tiene estrecha relación con lo que se denomina alimentación consciente, que dice relación con elegir de manera inteligente aquellos alimentos que serán parte de la dieta y, por tanto, una forma de beneficiar el estado de salud, haciendo hincapié en que lo que se debe hacer es alimentarse y lo que se debe evitar es comer.

ALGUNOS CONSEJOS

La doctora Reyes dice que como resultado de esto está el control de peso y mantención de uno en rangos saludables, pero también cuenta que "fortalece el sistema inmunológico y se reducen los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo II, que se produce por resistencia a la insulina. Eso ocurre por altos niveles de azúcar en la sangre y quienes tienen esta patología generalmente son personas con sobrepeso u obesidad, o que tienen el hígado graso".

Para una buena alimentación, la profesional llama a priorizar frutas y verduras, pues aportan vitaminas y minerales, que cumplen distintas funciones en el organismo, y también fibra, que mejora la digestión y baja el colesterol.

También aconseja evitar productos altos en grasas, como las frituras, y consumir aquellos que la aportan en baja cantidad, como las carnes magras, y preferir las de tipo saludable, presentes en la palta, frutos secos, aceite de oliva y pescados como el salmón.

Por otro lado, recalca que se debe evitar al máximo la ingesta de sal, pues perjudica la salud cardiovascular, y también moderar el consumo de carbohidratos, pues se transforman en azúcar.

"Quienes tienen acceso a la naturaleza tienen mejor calidad de vida"

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Con más de tres décadas de experiencia en el área de la arquitectura del paisaje, la paisajista Teresa Moller es una convencida de que el valor de un diseño no está la construcción de situaciones artificiales; para ella aprovechar el potencial natural de los entornos es la llave maestra del desarrollo sociocultural de un proyecto, lo que hace único y vuelve bello lo que se crea, construye y entrega.

Es evidente lo fundamental que como paisajista tiene preservar y promover la armonía entre las características de la naturaleza de un entorno y aquello que se incorpora, sea una casa, un centro comercial o una plaza, pero para la experta esta importancia va más allá de tener un sello que la destaque, sino que tiene que ver con un cambio de consciencia urgente en la realidad actual. "Hoy la estética no es suficiente y la belleza es el resultado de haber respondido a muchas cosas, como la necesidad de las personas, de la naturaleza, del planeta, y si tiene sentido, porque debe tener un fundamento, no debe ser porque sí", sostiene la paisajista, siendo éste uno de los mensajes con los que quiso inspirar en la charla magistral "Develando el Paisaje", mismo título que tiene su libro, que ofreció la semana pasada en Concepción como invitada de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío-Bío.

Y en un mundo con elevados índices de contaminación, repleto de ciudades colapsadas que están llevando a urbanizar lugares hasta antes impensados y mermando la riqueza natural de los entornos más recónditos pensando que ahí está el progreso, para Moller no cualquier proyecto tiene sentido.

BIENESTAR Y SALVACIÓN

La paisajista plantea que lo que se debe propiciar es intervenir lo menos posible un espacio, aprovechar los elementos naturales presentes y enriquecer con otros que se puedan incorporar. De esta forma se resguarda la naturaleza tan mermada y amenazada en todo el planeta, a la vez que se permite la interacción de las personas con ésta y se contribuye al bienestar. "Quienes tienen acceso a la naturaleza, un parque, cerro o mar, por ejemplo, tienen una medición de la calidad de vida mejor que quien vive en un departamento donde no ve ni una hoja", afirma la especialista, con una mezcla de emoción y preocupación, pues si bien cree que se está avanzando en el país, todavía no hay plena consciencia del beneficio que trae la relación entre el hombre y la naturaleza para la sanidad física, mental y emocional. Por ello, no sólo se trata de fomentar que se realicen actividades al aire libre, sean caminatas por parques o trekking, sino que de brindar opciones de vínculos con la naturaleza en las mismas ciudades, prácticamente como un derecho de todas las personas que se debe resguardar.

Asimismo, como hoy son metas globales el desarrollo sustentable y sostenible, o en otras palabras un crecimiento basado en una relación respetuosa y consciente con el medioambiente, la misma naturaleza es también una herramienta que puede ayudar al hombre a enmendar o mitigar tanto daño causado y trabajar por este desafío. En este contexto, Moller se detiene en lo relevante de la arborización urbana. "Hace poco, tras unos seminarios realizados por unas ONG, se dio a conocer un informe que reveló que no se había considerado la importancia que tiene la arborización en la salvación del planeta: puede recuperar el 30% de la contaminación, lo que es un valor enorme. Los árboles toman el CO2 y lo transforman en oxígeno, es demasiado importante y no se había tomado en cuenta", manifiesta la paisajista. "Entonces, tenemos que plantar más árboles para limpiar el planeta y arreglar todo lo que lo hemos destruido, es simple, pero aún no se entiende bien que es fundamental", comenta.

Desde su punto de vista, esta falta de entendimiento, en general, tiene que ver con que "se nos olvida que somos naturaleza, somos agua, movimiento y energía; somos parte de un proceso, un ecosistema, un todo, algo mucho mayor y que no controlamos", lo que hace recalcar a Moller que una de las formas de tomar consciencia es estar cerca y expuestos a la naturaleza. Por tanto, otra razón de la importancia de que las personas tengan sean parte de este circuito de vida día a día es que así pueden valorarlo y protegerlo.

Por lo expuesto, para los profesionales del diseño y construcción y las propias autoridades, esto conlleva la responsabilidad de visitar y estar en un lugar para encontrar su esencia y saber qué se puede desarrollar para entregar a los usuarios, preservar sus elementos naturales y, sobre todo, "donde no haya naturaleza, llevarla", finaliza Moller.