Secciones

Buscan fortalecer competitividad de emprendedores locales

E-mail Compartir

Una vez más, la Municipalidad de San Pedro de la Paz y la Cámara de Producción, Comercio y Turismo han firmado un nuevo convenio de colaboración de tal modo de fortalecer el desarrollo económico de los emprendedores sampedrinos.

Ambas entidades acordaron poder potenciar la competitividad de los emprendedores de San Pedro de la Paz, a través de diversas actividades, entre esas, desarrollar un seminario semestral para la formación de emprendedores y empresarios sampedrinos con el Departamento de Desarrollo Económico Local.

Humberto Miguel, presidente de la Cámara de Producción, Comercio y Turismo de San Pedro de la Paz, indicó que "este convenio tienen varios objetivos, entre esos aportar a la competitividad de las empresas y desarrollar el turismo en la zona".

Agregó que "nos interesa el desarrollo de San Pedro de la Paz y que nos conozcan como Cámara en donde podamos trabajar no sólo con las empresas, sino que también con los emprendedores. Este acuerdo tiene como fin el desarrollo y el crecimiento de nuestra comuna".

Algunas de las actividades a desarrollar son, organizar al menos 2 ferias de empleos en conjunto, con entes asociados a la Cámara y empresas que estén en la cartera de la Oficina Municipal de Información Laboral (Omil) del Departamento de Desarrollo Económico Local.

El alcalde Audito Retamal señaló que "el destino de la ciudad no sólo está centrado en la actividad del municipio, ya que también tiene sus organizaciones que construyen la ciudad y la Cámara de Producción y Comercio ha hecho un muy buen aporte por lo que estamos formando una alianza para lograr los propósitos que queremos".

Turismo gastronómico

En temas productivos y de turismo ambos estamentos ya trabajan para aportar a la competitividad del sector público y gastronómico de San Pedro de la Paz.

Core explica destino de $30 mil millones de los "fondos espejo" en el Biobío

E-mail Compartir

Para la presidenta del Consejo Regional, Flor Weisse, las cuentas son claras cuando detalla punto por punto el destino de unos $30 mil millones que desde el 2010 llegan anualmente a Biobío provenientes de los Fondos de Apoyo Regional (FAR), a modo de compensación por lo que el Estado subsidia el Transantiago, tal como estableció la Ley 20. 378, también llamada Ley Espejo promulgada el 1º de septiembre de 2009.

Dichos fondos deben destinarse fundamentalmente a modernización y reposición de buses del transporte público e iniciativas, en general relacionadas con infraestructura pública y para la gestión de los sistemas de transporte, explica la ingeniera comercial. Pero, aclara que también, en la letra E de dicho cuerpo legal, se explicita que es posible destinar parte de esos recursos a "cualquier otro apoyo fundado en la relevancia de dichas inversiones para la región".

De este modo, a través de glosas presupuestarias se establecieron criterios que han permitido hacer en los últimos ejercicios presupuestarios FAR- Subdere, inversiones en salud. "Así fue que se financió por ejemplo, el estudio de preinversión el hospital de Lebu, por un monto cercano a los $755 millones. Igual estaba la clínica de diálisis del hospital de Curanilahue y tenemos un diseño del hospital de Santa Bárbara", explica la presidenta del Core, mientras hojea un extenso listado que incluye una serie de proyectos relacionados con proyectos de renovación de taxis colectivos y buses, infraestructura para la movilización de las personas sea a través de buses, carreteras, calles, veredas, aceras, ciclovías, barandas y refugios peatonales,y en algunos casos iluminación.

Otros proyectos

Mencionó diversos puentes principalmente rurales, como Las Canoas, a los que se han destinado $1.200 millones, mejoramiento de la avenida Pedro Hurtado en Los Ángeles, ( $9 mil millones), el mejoramiento de la avenida Orompello, también en Los Ángeles, donde fueron más de $200 millones, la ciclovía de la avenida Brasil y Prat en Chillán, la construcción y el mejoramiento de la Ruta 114 en Dichato.

En Arauco, se consideran el camino Curapaillaco, mejoramiento camino Punilla, mejoramiento diversas calles sector urbano Charrúa en Cabrero, mejoramiento los Sauces, Esmeralda y Pedro Aguirre Cerda en Huépil, reposición aceras en las calles Chacabuco, mejoramiento integral aeródromo Las Misiones (Cañete),conservación camino 350 a Tomé, ciclovía Contulmo-Valle Elicura y continuó.

Con todo, recuerda que los recursos del Fondo dependen del Presupuesto nacional, pero entre 2017-2018, son en promedio unos $30.600 millones y para este año y a ejecutar ya en buena parte de 2019, la cifra será similar.

"Al primer semestre de este año teníamos ejecutados $10 mil millones y los $22.600 durante el segundo semestre. En todo caso son iniciativas que en más de un 80% están asociadas a transporte. Este año solo en salud tenemos el estudio de preinversión del hospital de Santa Bárbara".

Se ha cumplido

y se cumple

Es en base a estos y otros antecedentes la ex gobernadora de Arauco y presidenta del Core, Flor Weisse, defiende la gestión realizada en estos últimos años. Esto, dijo, ratifica que en esta región se ha cumplido y se cumple con el espíritu de este fondo, que es progresar en las condiciones de los ciudadanos de la región a través del mejoramiento no solo de los medios de transporte sino de las rutas o las vías por las cuales la gente se moviliza. Eso significa también carreteras, ciclovías, veredas, aeródromos y también las condiciones anexas a la vía; en algunos casos será la iluminación en otras serán las veredas".

Como la necesidad de conectividad e infraestructura es mucha, para una región con una alta ruralidad además, hay una batería de proyectos para financiar con este tipo de recursos. "El FAR, para la región no es menor, porque estamos hablando de $30 mil millones de un presupuesto de $111.000 millones, es decir, aproximadamente un 30%, del total nacional", puntualiza Flor Weisse.

División regional

La presidenta del Core, ingeniera comercial, dice respecto a cómo se repartirán los recursos del FAR tras la separación de Ñuble de la Región del Biobío, que habrá que esperar lo que ocurra con el Presupuesto nacional, pero el criterio de distribución de los fondos FAR se basa en la cantidad de territorio y de población del país, que es el mismo criterio del Fndr.

Y, dentro de la población están los indicadores de pobreza, de mujeres jefas de hogar, de vulnerabilidad, etc. Creemos que ese mismo criterio debe orientar su distribución, puesto que "al haber disminuido nosotros población y territorio tendríamos que tener una disminución proporcional, en ningún caso superior a la proporción. Nosotros esperamos que la disminución sea inferior a la proporción que teníamos. O sea, requeriríamos que en términos absolutos nuestro fondo FAR aumente".

Ello a pesar de que los indicadores de rentabilidad social (RS) e inversión pública a veces juegan en contra al haber un per capita muy alto. Explica que igual hay que hacer todo el camino sean que vivan 20 familias o vivan 100, el pavimento tiene que ser el mismo, de la misma calidad, lo mismo ocurre con el agua potable rural, si no qué se le puede decir a esa gente?, que no puede tener agua porque no le da el RS? ¡Qué les importa a ellos el RS!, lo que les importa es tener acceso a esos servicios.

"Esa es la lucha cuando hablamos del trato a las regiones, cuando se tiene que mirar distinto y no pasar por el mismo coladero que se pasa a la Región Metropolitana incluso ya dentro de ella hay diferencias", precisó.

Weisse sostiene que lo se ha pensado es que se cambie la evaluación de proyectos de inversión. "Que haya una metodología distinta cuando de trata de regiones que todas tiene realidades diferentes, sobre todo cuando son proyectos que están dentro del ámbito rural. Hay que buscar otras figuras", recalcó.

Mayor seriedad en el uso de los recursos

E-mail Compartir

El país tiene un manifiesto déficit de infraestructura de transporte, tanto para la carga, como para pasajeros. Es evidente, por ejemplo, la insuficiencia del transporte ferroviario de carga, el que durante los últimos años ha visto disminuir su participación como consecuencia de la falta de una infraestructura que le permita acceder de mejor manera a los centros de generación. Esto ha contribuido a atochar cada vez más nuestras carreteras por el tráfico de camiones. En el caso de los pasajeros, basta hacer referencia a la congestión que se enfrenta día a día en nuestras principales ciudades y cada fin de semana largo en nuestras carreteras, para constatar la insuficiencia de nuestra infraestructura vial.

Una de las razones de este déficit, muy manifiesto en la Región del Biobío, sería la falta de recursos. El Estado tiene un presupuesto acotado y no puede destinar a gastos más de lo que recauda. Entre los gastos más relevantes se encuentra la infraestructura de transporte, aunque no sea considerada la de mayor urgencia. Las pensiones, la salud y la educación concentran, en buena hora, la mayor parte del gasto público. Es por ello que, como CPI, hemos sostenido que los siempre escasos recursos para invertir en el sector del transporte debieran ser aprovechados en forma óptima.

En ese contexto, llama la atención lo que sucede cuando se evalúa el nivel cumplimiento de algunos programas destinados a fortalecer la inversión en infraestructura de transporte, especialmente relevantes para las regiones. Es el caso del destino de los recursos de los Fondos Espejo del Transantiago, ideados para compensar en regiones las obras de infraestructura que se hacen en Santiago para mejorar el transporte público.

En efecto, de los 930 millones de dólares que se destinan a este propósito, un tercio aproximadamente es administrado por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones en actividades relacionadas con el transporte, aunque no siempre en infraestructura. Se incluye entre los gastos asignados por esta institución, además de mejoras en la conectividad, subsidios para el transporte en zonas extremas, renovación del parque de vehículos para el transporte de personas y otros subsidios.

Los dos tercios restantes de los recursos son asignados por los gobiernos regionales (Core) a través del Fondo de Apoyo Regional a proyectos diversos, entre los que, además de inversiones en el sector transportes, se incluyen estudios diversos, retenes de carabineros o mejoramiento de hospitales.

Si bien es posible coincidir que esas otras necesidades sean probablemente muy apremiantes, también urge un mayor rigor en el uso de los recursos destinados a inversiones en infraestructura, fundamental para mejorar los niveles de vida de los habitantes de la región, pero también, para aumentar los niveles de productividad y desarrollo del territorio. Esto es especialmente importante en estos momentos, en los que el país debiera estar discutiendo acerca de las nuevas funciones que deberán asumir los gobiernos regionales luego de que los gobernadores sean elegidos democráticamente en octubre del 2020.

Las tareas del desarrollo regional deberían ser asumidas por las nuevas autoridades y ello requiere, desde ahora, una adecuada planificación y un esfuerzo importante de priorización en la asignación de recursos, de acuerdo a los aspectos de mayor importancia para el desarrollo y no necesariamente de acuerdo a lo que permite un mayor impacto en el corto plazo. El destino de los recursos provenientes de los fondos espejo del Transantiago debiera ser una buena vara de medición de la seriedad con la que los gobiernos regionales asumen el desarrollo de su región con una mirada de largo plazo.

Carlos Cruz

Secretario

ejecutivo

Consejo de

Políticas de

Infraestructura