Hablar de Michael Fullan es hablar de uno de los personajes más influyentes a nivel mundial en materia de cambio educacional y liderazgo dentro de las saladas de clases. El doctor en Sociología de la Universidad de Toronto, Canadá ha recorrido el mundo en las últimas tres décadas ayudando a distintos países a superar las crisis en materia educativa.
Razón por la cual el canadiense ha escrito más de veinte libros, ha sido declarado doctor honorario de varias casas de estudios a nivel mundial, y hoy dirige "Liderazgo Global, Nuevas Pedagogías para el Aprendizaje Profundo (Ndpl en inglés), red mundial de apoyo a establecimientos educativos.
Fullan llegó a Concepción esta semana para encabezar los festejos de la Agencia de Calidad de la Educación, que celebró su sexto aniversario por primera vez fuera de Santiago, con un seminario para más de 1.400 directivos y docentes del sur del país.
En entrevista con este medio, recordó haber estado hace varios años en nuestro país y reconoció los avances que han liderado instituciones como la propia agencia que "ha crecido y hace un trabajo parecido a lo que nosotros realizamos, que es apoyar a las escuelas y ser un aliado para que ellas crezcan. Tratamos de no juzgarlos tanto y motivarlos a que sean reales agentes de cambio. Cuando vine sólo era una idea que se debía ejecutar, y hoy es una realidad".
-Me alegró mucho ver tanta convocatoria, más de 1.400 personas, algunas que viajaron hasta seis horas para estar aquí y escucharme. Mi mensaje para el día de hoy es por un lado desarrollar la confianza, pero también cambiar la cultura interna a una más colaborativa y contar con soluciones más focalizadas para que los estudiantes aprendan de mejor forma. También hice énfasis en que los próximos dos o tres años serán claves para el sistema chileno, ya que hoy se está hablando de cambios y pasos a seguir, pero estos se tienen que ejecutar.
-Hay dos. Por un lado los problemas que existen hoy en el mundo son mucho más serios que antes, y la necesidad de tener una educación de calidad se vuelve cada vez más latente en los distintos países, con una mejor enseñanza para que la sociedad pueda incidir con cambios. Esto se refleja, como lo discutimos en Ontario, Canadá, en cambiar las formas de enseñanza a cómo eran antes; hoy necesitamos a los estudiantes mucho más activos en las salas de clases, más enfocados en las habilidades del mundo real como el sentido de colaboración y ciudadanía. La necesidad es enorme y por eso es tan relevante.
-Chile por si solo se movió al punto de hacer estos cambios, con una serie de reformas. Pero aún existen inequidades en el sistema educativo, y la propia sociedad, por lo que el objetivo ahora está trabajar en eso. Ahí es clave implementar las buenas ideas, más que juzgarlas, hay que ponerlas en marcha y ver cómo pueden facilitar los cambios.
COHERENCIA Y CONFIANZA
-La coherencia la definimos como los focos similares que tienen los docentes para enseñar en el mismo establecimiento. Si existe un trabajo en la misma dirección, estamos por el buen camino, pero si no ocurre tenemos un problema bastante serio.
-No necesariamente es peligroso para el sistema. Podría serlo si esta situación atenta contra el sistema, pero hablamos de iniciativas que buscan mejorar la educación de los países. La clave es que los profesores trabajen en conjunto, como líderes, con una agenda que permita que todos los estudiantes aprendan, y que los mismos profesores aprendan de sus alumnos. El peligro es cuando se toman caminos separados y no existe la coherencia en lo que se está enseñando.
-Hablé de eso, señalando que si los profesores no confían en sus estudiantes, eso debe cambiar por medio de nuevas experiencias en que los propios profesores en donde puedan aprender en conjunto con los alumnos. Cuando ven que estos nuevos métodos funcionan, con alumnos más participativos, ellos confían en sus alumnos y tenemos un círculo virtuoso.