Nobel de Química 2018 premió dominio al poder de la evolución
La aplicación del poder del proceso evolutivo natural para el rediseño de las proteínas fue lo que este 2018 reconoció y galardonó el Premio Nobel de Química, otorgado a la doctora Frances H. Arnold y el doctor George P. Smith, de Estados Unidos; y al doctor Sir Gregory Winter, de Inglaterra.
Cada uno con largos años dedicados a la investigación en sus respectivos laboratorios, se han traducido en un resultado tan trascendente como lo es dominar los principios de la evolución, cambios genéticos y selección, para desarrollar proteínas que resuelven problemas químicos de la humanidad, según destacó la Real Academia de Ciencias de Suecia, contribuyendo internacionalmente a "promover una industria química más verde, producir nuevos materiales, producir biocombustibles sostenibles, mitigar enfermedades y salvar vidas", manifestaron desde el comité que entrega el galardón.
phage display
DESCONOCIDO, PERO
ENORME POTENCIAL
Los avances científicos logrados por los expertos son evidentes, tanto por la generación de conocimiento y por su aplicación a distintos campos, por lo que no hace falta demasiada profundización para reconocer la trascendencia que estos estudios tienen. Pero, lo cierto es que el enorme potencial de impacto es desconocido, pues es naciente, sostiene Eduardo Pereira, presidente de la Sociedad Chilena de Química y decano de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción (UdeC), asegurando con entusiasmo y convicción que "se están sentando las bases para intervenir la evolución, para modificar la producción natural de algunas biomoléculas que hoy sólo se pueden producir por organismos biológicos, seres vivos, de tal manera de obtener proteínas o biomoléculas que no existen y por tanto son nuevas para la humanidad".
En opinión del doctor de Ciencias Químicas, aunque es todavía difícil dimensionar el alcance que esto podría tener en el futuro, espera que se logre al menos vislumbrar al afirmar que "esto significa producir las biomoléculas que a nosotros (los científicos) nos interesan (en sus estudios particulares), de tal manera de incluso poder modificar organismos vivos" y dice que lo que se comenta en el mundo científico a raíz del trabajo de los tres galardonados, es que así como se cultivan los alimentos según el propio interés de las personas, "en este caso sería cultivar las biomoléculas que queremos obtener para una aplicación particular".
LOS AVANCES
Para especificar, sobre el trabajo de la doctora Frances Arnold, Pereira califica a "la evolución dirigida de enzima" como una técnica muy poderosa, aclarando que "las enzimas se producen de manera natural en nuestro organismo (y otros seres vivos) y el organismo dirige la enzima que se produce y para qué se va a usar. La técnica que desarrolló permite intervenir el proceso natural para obtener la enzima que quiero, con las propiedades que necesito para una aplicación determinada". Así, destaca que "el gran desarrollo e impacto es intervenir la evolución natural y transformarla en una dirigida".
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La aplicación que esto ha tenido es de gran impacto y podría serlo aún más, pues Winter utilizó este proceso para producir anticuerpos para ciertas enfermedades y en 2002 se autorizó el primer medicamento generado a partir de este método, usado para la artritis reumatoide, psoriasis, enfermedades inflamatorias intestinales y para curar el cáncer.
SUSTENTAR E INSPIRAR
Si lo expuesto fuera poco que destacar del trabajo de los tres científicos galardonados, para el doctor Eduardo Pereira hay también una contribución hacia el trabajo de otros científicos, quizá menos tangible, que se debe valorar. "Ellos trabajan en lo que conocemos como ciencia básica: desarrollar conocimiento que permite el avance hacia nuevos conocimientos. Pero, posteriormente se dedican a aplicar ese conocimiento a algo útil para la humanidad. Así, tenemos una excelente combinación y ejemplo de que como científicos podemos hacer ciencia básica, entender los procesos, pero una vez entendidos llevarlos a una aplicación que tenga utilidad".
Asimismo, los avances logrados, que los tres expertos se han dedicado a perfeccionar con el paso de los años, son también hoy el sustento del trabajo de otros investigadores en el mundo, ya sea para irlos mejorando o adaptando a sus necesidades para atacar problemas que están analizando y/o ir desarrollando nuevas aplicaciones.
Y si bien Pereira reconoce que no sabe sobre todas las líneas de investigación en Chile que pudieran vincularse con el trabajo de estos científicos, precisa que "hablamos de bioingeniería, bioquímica e ingeniería de proteínas, que son todas áreas que se desarrollan en el país y también particularmente en la UdeC, de manera que este conocimiento (y el premio) puede servir para impulsar las investigaciones que se están actualmente desarrollando y ser fuente de motivación e inspiración de muchos de nuestros científicos, especialmente jóvenes".