El 56% del total de accidentes fatales de trabajo se concentra en las regiones Metropolitana (27%), Biobío (15%) y Valparaíso (14%), según cifras de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs). La ocurrencia de accidentes o lesiones graves o fatales (LGF) está lejos de ser un evento ocasionado solo por la motivación y acción de la persona lesionada. Cuando hablamos de este tipo de eventos, debemos reconocer que tienen conexiones directas con los sistemas de seguridad, la cultura y el liderazgo de la organización.
Así lo hizo ver Andrés Herreros, gerente de la División de Seguridad y Salud Ocupacional de la Achs, quien afirmó que a partir de los propios análisis, y de acuerdo con el trabajo desarrollado junto a Dekra, consultora internacional líder en seguridad con la cual tienen una alianza estratégica, saben que este tipo de accidentes se genera a partir de "precursores". Estos corresponden a situaciones de alto riesgo en las que los controles de seguridad están ausentes, son inefectivos o no se ejecutan correctamente y donde, si la cultura permite que continúe en el tiempo, podría provocarse un accidente grave o fatal.
Afirmó que según esta definición, pueden señalar algunos aspectos organizacionales que influencian estos precursores, como el liderazgo del equipo gerencial para desarrollar una cultura que favorezca la aplicación de procedimientos y reglas críticas, el liderazgo de la línea de supervisión y jefaturas para la ejecución disciplinada de esos controles, la cultura de la organización donde la ausencia, deficiencia o no aplicación de controles es permitida, la efectividad del diseño e implementación de los controles de seguridad y la disposición y conocimiento de líderes y colaboradores para seguir los protocolos de seguridad, así como para detener el trabajo ante exposiciones de alto riesgo.
METODOLOGÍAS
- A nivel internacional, históricamente se ha trabajado con modelos de prevención que se enfocan en reducir la frecuencia de accidentes, pensando que con el solo hecho de bajar esta tasa también disminuirían las lesiones graves y fatales. Sin embargo, las cifras demuestran que no ha sido así. De acuerdo al análisis hecho por ambas instituciones, confirmó que un 20% de todos los accidentes tienen potencial de terminar en una lesión grave o fatal (LGF). Es decir, dos de cada diez trabajadores accidentados con lesiones menores tuvieron, en realidad, suerte de no sufrir mayores consecuencias a causa de esos accidentes. Esto debido a las exposiciones a lesiones graves y fatales.
- Conforme el estudio realizado junto a Dekra, donde identificamos que alrededor de un 20% de nuestros accidentes tiene el potencial de ser un accidente grave o fatal, se trata de una realidad que nos preocupa, ya que podemos dimensionar la amplitud y complejidad del tema, la cual hasta ahora solo ha estado sustentada en el número total de casos consumados. Por ello, como Achs queremos liderar e impulsar un nuevo enfoque a nivel país en relación a la gestión preventiva de las LGF. Abogamos por un enfoque mucho más preventivo que reactivo y para ello se requiere de la participación activa de los distintos actores de la sociedad, sobre todo de los líderes de las empresas y autoridades regulatorias.
- En un 81% se presentan en actividades rutinarias y un 42% tiene que ver con una regla de oro que no se cumplió, no existía o era poco efectiva, como por ejemplo, no introducir la mano en una máquina en movimiento. Aparte, en un 29% tiene que ver con una planificación de tarea no efectuada. Estos hallazgos han generado un cambio de paradigma, esto es que las compañías deben poner un mayor foco en los precursores, vale decir, las situaciones de alto riesgo donde los controles de seguridad están ausentes, son inefectivos o no se ejecutan. Producto de este conocimiento, la Achs ha desarrollado un modelo de inteligencia para entregar a sus empresas adherentes un índice que revela el nivel de exposición que tienen las empresas de lamentar una lesión grave o fatal dentro de su organización. Este indicador se construye a partir de la información recopilada de cada accidente, independiente de la gravedad efectiva de la lesión.
RECOMENDACIONES
- A partir de estos aprendizajes, se han identificado algunas recomendaciones para ayudar a los líderes de las organizaciones a prevenir las LGF, como asegurar el involucramiento del alto liderazgo en la prevención de estas lesiones, pues solo desde este nivel se pueden dirigir cambios a los sistemas y a la cultura organizacional. También está el considerar las lesiones graves y fatales como una categoría específica, junto con determinar el potencial LGF de los incidentes, con la finalidad de medir su nivel de exposición y darles visibilidad.
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- La primera etapa de la campaña para sensibilizar sobre lesiones graves y fatales, denominada "No te mueras nunca", que fue lanzada a fines de 2017. Con ella quisimos generar alerta en la comunidad, en los trabajadores de Chile y en las entidades adheridas a la Achs sobre este tipo de accidentes y sobre la necesidad de generar una estrategia distinta para poder prevenirlos. Este año, en la segunda etapa de la campaña, presentamos la estrategia de prevención a las empresas, a través de una plataforma que les permite conocer el nivel de exposición a las lesiones graves y fatales a través de un indicador de riesgo. Con ello queremos promover que las empresas se capaciten y puedan descargar herramientas para implementar un modelo de gestión de este tipo de accidentes.
- Primero, es importante aclarar algunos conceptos. Se trata de cuatro categorías de actividades o tareas donde se concentra el 65% de los accidentes fatales de trabajo. Estas categorías son transversales a los distintos sectores económicos. A su vez, cada una de ellas, se encuentra vinculada a las "Exposiciones LGF" de mayor impacto. Por ejemplo, el accidente fatal durante la actividad de conducción de un vehículo automotor se encuentra asociada, entre otras, a exposiciones de LGF como colisión en vehículo motorizado contra objeto móvil o fijo, volcamiento o salida descontrolada del camino o golpeado por vehículo motorizado. Lo que podemos concluir, es que los precursores vinculados a las exposiciones de LGF no se encuentran correctamente identificados y gestionados, en este tipo de actividades. Entonces, si bien la capacitación es importante, no es suficiente por sí sola.