La unión de Alejandro Sieveking con la zona es de carácter vital, por sobre lo profesional. Ello, porque el dramaturgo nacional de 84 años pasó parte de su infancia -unos 4 años- en Talcahuano. "Siempre íbamos a los cines de Concepción, como también de paseo. Por lo mismo, ahora vuelvo un poco a casa, a la inocencia perdida (...) Esto me hace rejuvenecer, por lo tanto, muchas gracias".
Palabras simples y directas, que sin adornos (innecesarios) lo dicen todo. Ponen de manifiesto el sentir del este hombre de hablar sencillo, que se siente sincero y que es considerado una de las firmas claves y un referente de la escena teatral chilena.
Razones más que suficientes, las que lo ligan a esta tierra y las profesionales, para que el departamento de Español, a través de la facultad de Humanidades y Arte de la U. de Concepción promoviera hacerle un homenaje al también actor nacional.
De este modo, es que ayer de manos del rector de la casa de estudios del Campanil, Carlos Saavedra, le fue otorgada a Sieveking la medalla como Visita Distinguida. En este caso, por "su aporte a la dramaturgia nacional", como también por estar considerado uno "de los autores que contribuyeron a la renovación y profesionalización del quehacer teatral", que comenzó a desarrollarse a comienzos de la década de 1940, en Santiago y Concepción.
El Premio Nacional de las Artes de las Representación 2017 se mostró agradecido por tal distinción. "Me encanta venir a esta ciudad, no sólo por los recuerdos de mi lejanísima infancia, sino porque hay algo en esta ciudad que tiene una impronta positiva. Es lo que he sentido, y no sólo por el premio que, sin duda, es estimulante, sino por las calles, el lugar, por el río Biobío, el maravilloso Teatro (Biobío) y las esculturas nuevas que he visto (...) Ésta es una ciudad que se está renovando permanentemente y eso me produce un entusiasmo grande", apuntó el escritor nacido en Rengo, el 5 de septiembre de 1934.
Alejandro Sieveking, quien llegó a la capital regional en el marco de la XVIII Muestra Nacional de Dramaturgia organizada por el ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, junto al Sindicato de Actores de Chile, señaló que consideraba no ser el único que merecía esta medalla como profesional de su área.
"De hecho, hay gente que tiene una carrera fantástica, también. Por eso esto lo tomo como un reconocimiento a la gente del Teatro, que consiste en saber muchas cosas, plástica, literatura, no sólo conocimientos de lo teatral. Esto no es ponerse un traje y salir al escenario, sino que algo mucho más complejo", apuntó
- Bueno, una de mis mejores obras, "La mantis religiosa" (estrenada en 1971) ocurre en Talcahuano, en una de las casas que yo iba a espiar de niño (...) Partes de mi personalidad se formaron en Talcahuano, la afición por nadar, el agua, la playa, los gatos.
- Tengo una afición por los gatos terrible, que me la gané, justamente, en Talcahuano, porque muy chico andaba por las calles y me iba detrás de los gatos. Y tengo en mi casa desde que me casé (en 1962 con la actriz Bélgica Castro). Luis Poirot (fotógrafo) me regaló uno para mi matrimonio, y desde entonces he tenido gatos, son parte de mi vida, me animan, alegran y me quitan las neurosis.
Un paneo al pasado de las tablas nacionales, apuntan a Alejandro Sieveking como uno de los dramaturgos que, a su modo y medio contra las reglas, marcó las historias del Teatro de la Universidad de Concepción (TUC).
Y aunque sus obras -su debut fue con "Encuentro con las sombras" en 1955- no fueron escenificadas por el citado elenco universitario, formaron parte de un repertorio teatral especialmente seleccionado, para "contribuir a lo que actualmente se llama formación de audiencias y que en la década de 1960, formaba parte de una obligación para el TUC", en palabras de Patricia Henríquez, directora del Departamento de Español de la casa de estudios.
Contra esto, dos de sus obras fueron grabadas y transmitidas a través de Radio UdeC durante esos años: "Parecido a la felicidad" y "El huasito y el pino".