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Cuadros alérgicos primaverales podrían prevenirse siguiendo simples acciones en la vida cotidiana

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Aunque el clima por estos días se asemeja más al invierno, la primavera ya llegó, pronto comenzarán las jornadas con temperaturas más cálidas, la mayor cantidad de actividades al aire libre y también síntomas como congestión nasal, irritación de ojos, estornudos, picazón de garganta y tos en parte de la población. Y es que ésta es una manifestación de los cuadros alérgicos que se vuelven frecuentes esta época, especialmente los causados por el pólen.

Pero, según el broncopulmonar Ronald Reid, especialista de Clínica Universidad de Los Andes, muchas reacciones alérgicas pueden mitigarse o prevenir.

Para ello, básico es evitar el contacto con los alérgenos, lo que es posible cuando se tienen identificados, para lo que aconseja acudir al especialista ante la sospecha de alergia, quien también evaluará si es preciso seguir tratamiento farmacológico.

Agrega que es importante ventilar las casas en periodos cortos e idealmente en primeras horas de la mañana, pues hay menos alérgenos, y también evitar secar ropa en exterior, sobre todo en las horas de mayor circulación de pólenes, pues éstos ingresan a la fibra de las telas que están húmedas.

Al transitar por la calle o realizar actividad física en el exterior, Reid dice que es importante utilizar lentes de sol, pues funcionan como una barrera y contribuyen a prevenir la conjuntivitis alérgica. Asimismo, en lo posible recomienda evitar caminar en la mañana, pues hay más liberación de pólenes; así como el contacto con irritantes como el humo del tabaco o aire acondicionado, pues podrían desatar una reacción alérgica.

En el caso de andar en auto, afirma que es mejor usar el aire acondicionado y no abrir las ventanas.

Por último, releva que frutas y verduras pueden traer polen en su superficie, por lo que es importante lavarlas muy bien.

Música alta y audífonos inadecuados: factores de riesgo de pérdida auditiva

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La audición es una de las formas que el organismo tiene para percibir el entorno y juega un rol clave para el desarrollo de aspectos tan importantes como el lenguaje y el habla, para socializar. No obstante, esto parece no traducirse en su cuidado, pues un estudio de los centros auditivos Gaes reveló que 91% de los chilenos cree que se presta poca atención a los oídos y sólo 6% afirma tener una revisión periódicamente de éste; mientras que 30% reconoce que no oye bien.

El anterior es un evidente signo de pérdida auditiva o hipoacusia, lo que puede tener un gran impacto en la calidad de vida, pero saber que para la Organización Mundial de la Salud podrían prevenirse el 50% de los casos, pues muchas veces esta condición tiene entre sus causas a la irresponsabilidad, es una noticia que puede servir para tomar consciencia; algo que muchos expertos relevan en el Día Mundial de la Discapacidad Auditiva 2018.

LA HIPOACUSIA

Manuel Luna, director de Fonoaudiología de la Universidad San Sebastián y experto en Audiología, afirma que "alguien sufre hipoacusia cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo umbral de audición es superior a 20 decibeles (dB)".

Detalla que según el grado de pérdida, la hipoacusia se puede clasificar en leve, moderada , severa y profunda; pudiendo ser unilateral ( un oído) o bilateral (ambos oídos), y con compromiso reversible o permanente, lo que tiene que ver con la porción del oído afectado.

Cuando la lesión se encuentra en el oído externo y/o medio, como las otitis, son hipoacusias de conducción y suelen ser transitorias, afirma.

Existen otras neurosensoriales, que afectan el oído interno o las vías nerviosas que conducen el estímulo auditivo, como las sorderas súbitas. Asevera que éstas suelen tener un carácter permanente, pero que "cerca del 20% de las personas que padecen pérdida auditiva pueden mejorarla con ayudas técnicas tales como audífonos y/o implante coclear".

Por otro lado está la hipoacusia mixta, una "pérdida auditiva cuya naturaleza se origina por una alteración del oído externo y/o medio, además de compromiso del oído interno", precisa.

RIESGOS SEGÚN EDAD

La edad en la que aparece la pérdida de la audición también determina el tipo de hipoacusia, plantea el fonoaudiólogo magíster en Audiología Walter Zavala, coordinador de prácticas profesionales de Fonoaudiología de la Universidad del Desarrollo, detallando que "antes de aprender a hablar se conoce como prelocutiva; entre la aparición del habla y el aprendizaje lectoescrito como perilocutiva; postlocutiva si se presenta después de haber adquirido la lectoescritura; y presbiacusia cuando está asociada a la tercera edad".

Con esto se relacionan también los factores de riesgo. "Hay infecciones intrauterinas que dañan la vía auditiva como la rubeola, la prematurez puede afectar el desarrollo de la audición e infecciones como la meningitis también. Además, en niños son comunes las otitis, de las que existen diferentes tipos que afectan la audición de forma transitoria y con tratamiento médico remiten, pero si se hacen reiterativas el riesgo incrementa", asevera.

Por otro lado, el envejecimiento y la exposición constante al ruido, suelen ser causas en adultos y generalmente se asocian a una hipoacusia que avanza de manera paulatina. Sobre esto, Zavala dice que quienes están en mayor riesgo son individuos que trabajan o se desenvuelven en ambientes ruidosos como la construcción, sobre todo si no utilizan medidas de resguardo para sus oídos como el uso de protectores auditivos.

Estrés, golpes y otitis pueden ser causa de pérdida auditiva en distintas etapas vitales, por lo que se recomienda acudir al especialista ante la sospecha y también detectar y tratar adecuadamente las infecciones al oído medio.

MÚSICA Y AUDÍFONOS

millennials

Al respecto, la fonoaudióloga Gloria Sanguinetti, analista de Audiología y Calidad del centro, recalca que escuchar música sobre 80 dB puede causar pérdida de la audición y que lo adecuado es utilizar los audífonos supraauriculares o que cubren todo el pabellón auditivo. "Escuchar música con audífonos intraauriculares y con un volumen muy alto podrían causar traumas en la percepción de los tonos agudos del oído. Al principio sólo sería un daño que duraría unas cuantas horas, pero con el tiempo las frecuencias medias también se irían, se reducirían, lo que terminaría en una merma importante de la capacidad auditiva", finaliza, como llamado a ser responsables con esta acción y otras como la visita regular a un especialista para revisar la salud auditiva.

señales de pérdida auditiva o hipoacusia

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Según el fonoaudiólogo Walter Zavala, en los niños la pérdida auditiva se puede notar en un desarrollo del lenguaje que no es según lo esperado; y en etapas preescolares pueden aparecer errores articulatorios (en el habla) que difícilmente se corrigen con el modelado de los adultos. "En escolares pueden aparecer conductas disruptivas o alteraciones conductuales asociadas a las dificultades auditivas", apunta.

En adultos, en tanto, suele ser más complejo notarla, incluso por la misma persona y sobre todo en etapas iniciales, pues quienes la padecen van compensando a través de ciertas estrategias. No obstante, señales como tinnitus (sensación de zumbido en el oído), escuchar a volumen más alto de lo habitual la radio o televisión, hablar más fuerte o muy bajo, dificultades para escuchar en ambientes ruidosos, necesidad de que repitan palabras y aislamiento pueden estar dando cuenta de hipoacusia.