Exposición "Mares" invita al espectador a construir una realidad
El lenguaje pictórico que presenta Antonia Daiber enfrenta dos visiones. Por un lado, proyecta una realidad conocida por el espectador y, a su vez, lo distancia de ella a través de cálidos y fríos matices para llevarlo a sus recuerdos más profundos. "Mares" está compuesta por 11 óleos sobre tela y dos pasteles grasos sobre lija, exposición que estará en la galería El Caballo Verde, hasta el 29 de septiembre
La artista santiaguina licenciado de Artes Plásticas de la U. de Chile, explica que su trabajo consiste en una serie de playas a partir de modelos fotográficos que en su mayoría ella registró y luego llevó a las telas. "Me he enfocado en dar cuenta de las condiciones específicas que he escogido: luces de invierno, tardes y noches urbanas, lagos y ríos sureños, playas en esta ocasión", comenta.
No es primera vez que Antonia visita Concepción. Esta es la cuarta vez que exhibe su trabajo en el espacio dirigido por Carmen Azócar. "Creo que todas mis muestras se vinculan. Por eso, estoy muy agradecida de este invitación", acota quien dice siempre tendrá un gran cariño por el espacio ubicado en Caupolicán 321.
OBSERVAR Y CONSTRUIR
Al mirar el discurso de Daiber, es inevitable no sentirse atraído por sus tonalidades y la placidez que producen. La suavidad de la arena, esas sombras violetas de las lomas costeras, árboles posicionados en algunas y la luminosidad de las rocas que contrastan con el mar. Un serenidad que llama.
- Este lenguaje propio del dibujo y la pintura, bidimensional, silencioso e inmóvil, no deja de mostrarse a sí mismo. Sin embargo, trae contradictoriamente a nuestra retina un fantasma de la realidad o del mundo sensible. Esta ventana, que parece abrirse entre el ir y venir del modelo a la tela, de la realidad a la representación, es un punto de interés o inquietud permanente en mi trabajo.
Sobre este punto, Daiber señala que trabajar con un modelo implica estar dentro y fuera a la vez. "Mirar y no mirar, ver y no ver. Es un ejercicio de observación de la realidad y a la vez de un alejamiento. Eso tiene que ver con el lenguaje pictórico, que transforma lo observado en un conjunto de formas y colores que muestran parte de la realidad pero que, sobre todo, se muestra a sí mismo.
Entendiendo que el trabajo de un artista cambia, pues las experiencias, vivencias y búsquedas pesan al momento de optar por un nuevo camino. En el caso de Antonia Daiber, la materialidad ha sido su principal razón de giro.
En 10 años de experiencia, la pintora con un magíster en Artes Visuales de la misma casa de estudios, ha experimentado con varios soportes. Sin embargo, hay uno que ha logrado cautivar al espectador y críticos de arte. "Empecé hace años a trabajar con pastel seco sobre papel áspero. A partir de ese material pasé a la lija", explica, sobre este elemento que le ha permitido tantear nuevos terrenos, formas, generar movimientos y dar consistencia en sus obras.