Los viajes de turistas al espacio siempre han llamado la atención de las personas, probablemente porque acercan un poco -sólo un poco- esta experiencia de salir de la Tierra a personas que no son astronautas.

Por años, empresarios han prometido tickets y asientos a miles de dólares, sin embargo, ahora una de las ofertas parece que se ha concretado.

Se trata de la apuesta que ha anunciado SpaceX, la empresa espacial de Elon Musk, que ahora no sólo quiere llegar a Marte, sino también ahora realizará un viaje en torno a la Luna y llevará a bordo del cohete a una persona, específicamente, un turista.

Musk ha detallado que la fecha del viaje y la identidad de esta persona, será revelada el próximo lunes 17 de septiembre. Inicialmente, el viaje se realizaría con el cohete Falcon Heavy, el mismo que realizó su primera prueba de vuelo el 6 de febrero de este año, y una cápsula Dragon que llevaría a dos personas.

Sin embargo, los planes cambiaron un poco y ahora SpaceX ha detallado que utilizarán el Big Falcon Rocket, o como también es conocido, el BFR, para esta misión con una apariencia renovada.

Objetivo: Marte

La carrera espacial de Musk busca, finalmente, llegar a Marte con una colonia humana y formar una civilización interplanetaria para la humanidad.

Fue en 2011 cuando la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, Conicyt, lanzó el programa de Valorización de la Investigación en la Universidad, VIU-Fondef, destinado a promover y desarrollar negocios basados en investigaciones realizadas en universidades chilenas.

En el caso de la Universidad de Concepción, la entidad comenzó a trabajar con este fondo de financiamiento desde que entró en vigencia. Su incubador de negociosa, IncubaUdeC, ha recibido a 104 proyectos que han trabajado con este programa.

Este año, en la octava versión del concurso, la casa de estudios logró adjudicarse diez de los 59 proyectos considerados para su financiamiento, seguida por la Universidad de La Frontera con 8, lo que sitúa a la UdeC en el primer lugar, con el 17% de los proyectos adjudicados.

DAR VALOR

El programa de Conicyt busca promover nuevos negocios basados en la investigación realizada en las casas de estudios del país, en las que participen de forma asociada alumnos de pre o postgrado, profesores e investigadores. Esto, con énfasis en el desarrollo de investigación, desarrollo e innovación científica y tecnológica.

Esteban Zapata, ejecutivo de Conicyt, sostuvo que el fondo, "ha contribuido a que las universidades que participan en este instrumento, valoren la investigación científica y tecnológica. Y también poner esta investigación a prueba, a que compita, a ponerla en valor y que cumpla con llegar a ser catalogada como innovadora".

De acuerdo a las cifras de Conicyt, en estos ocho años más de mil proyectos han sido postulados al fondo y se han logrado prototipos de tecnología, patentes y la creación de nuevas empresas.

María Andrea Rodríguez, vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UdeC, aseguró que la casa de estudios le da gran importancia a las actividades que fomentan la investigación universitaria con impacto en la sociedad.

"El liderazgo que ha mantenido desde la creación de la línea Fondef -VIU, con un porcentaje tan alto en comparación con otras universidades, demuestra el compromiso de nuestra casa de estudios con la innovación y el emprendimiento que sean aporte a la economía local", afirmó.

Francisca Starck, alumna ganadora del Séptimo Concurso VIU de la Facultad de Ciencias Biológicas UdeC, manifestó que los proyectos VIU son una excelente oportunidad para que investigadores jóvenes puedan desarrollar emprendimientos que han surgido durante investigaciones de tesis.

"Además del apoyo económico, nos permite adquirir experiencia en cuanto al desarrollo, administración y dirección de proyectos", precisó.

En la sociedad del conocimiento del siglo XXI, el desarrollo de la ciencia como actividad fundamental para el avance de la sociedad también enfrenta desafíos. Entre ellos, la necesidad de despertar interés por la investigación científica en las nuevas generaciones.

En esta realidad social cambiante no es sencillo vislumbrar las características y condiciones generales para la formación del hombre de ciencia de mañana. En la búsqueda de algunas certezas básicas es pertinente entonces recurrir a la historia de los avances y especialmente a la de sus protagonistas. Entre los hombres de ciencia cuyas investigaciones transformaron la sociedad destaca Michael Faraday, el naturalista inglés descubridor del fenómeno de la inducción electromagnética que es el principio por el cual funcionan los motores eléctricos.

Por las circunstancias en que vivió y desarrolló su trabajo, su historia personal es por sí misma un legado tan importante como sus abundantes logros científicos. Creció en una familia de clase baja y marginada, llegó a la edad adolescente apenas sabiendo leer y escribir y se vinculó inicialmente con el conocimiento científico de la época por su oficio juvenil de aprendiz de encuadernador de libros. No tuvo educación universitaria, sin embargo, realizó avances fundamentales en temas que eran investigaciones de punta de la época y en tiempos en que la ciencia era una actividad reservada para la aristocracia en la Inglaterra del siglo XIX.

Se trata de un espíritu autoformado, que en su más temprano desarrollo se interesó por la electricidad que era un fenómeno poco comprendido que comenzaba a ser estudiado. Diseñó su propio método de aprendizaje que consistía básicamente en reproducir en su improvisado laboratorio lo que había aprendido de los textos que él mismo debía coser. Incluso sus biógrafos informan que era un interesado lector de lo que hoy conocemos como autoayuda-hágalo usted mismo, y llegó a aplicar una serie de recomendaciones para mejorar sus propias capacidades.

Estos elementos de la biografía de sus años iniciales son de gran vigencia. El método e interés del joven Faraday reflejan una potente conexión con su realidad inmediata, su progreso es el resultado de un proceso intencionado impulsado por un genuino deseo de aprender, características que reunidas y bien conducidas en su caso fueron suficientes para superar las limitaciones causadas por la falta de instrucción formal.

Nuestro país hoy no es la Inglaterra clasista del siglo XIX, el conocimiento estimulante está a un clic de distancia y el laboratorio improvisado puede ser incluso un accesible computador de escritorio. El hombre de ciencias del mañana de nuestro país está hoy en el sistema escolar y en el hogar, expuesto desde temprana edad al conocimiento científico y en tiempos en que más que el solo hecho de conocer, lo importante es saber qué hacer con ese conocimiento, el ejemplo universal del joven Faraday debiera ser una inspiración para todos.

Christian Canales Valenzuela

Dr. en Ingeniería Bioquímica y

académico Facultad de

Ingeniería y Tecnología USS