Esta semana la Universidad de Concepción vivió dos procesos significativos para el desarrollo de políticas con perspectiva de género y de participación triestamental. Primero porque este martes se cerró el trabajo entre las representantes de rectoría y las mujeres autoconvocadas respecto al petitorio interno, levantado durante las tomas feministas de mayo, y luego de cinco reuniones tras el fin de las tomas en julio.
Y segundo porque este viernes terminó el proceso de recepción de comentarios para perfeccionar el borrador de protocolo de actuación en caso de denuncias por acoso, violencia de género y discriminación, las cuales se canalizarán en nuevo documento que podría derivar en una tercera versión para su posterior aprobación, este año.
Proceso liderado por la dirección de Equidad de Género y Diversidad, creada en abril pasado, y que desde junio lidera la doctora en Sociología de la Universidad de Essex, Inglaterra, Lucía Saldaña, quien reconoce que el trabajo recién comenzó con estos procesos y valoró la buena disposición que han mostrado los estudiantes para participar en cada proceso.
"El balance que hacemos es positivo ya que así como fue el trabajo al comienzo de la mesa de negociación, el trabajo fue bastante fluido, con un diálogo constructivo y enriquecedor, y salieron propuestas muy interesantes. Cuando llegamos había varias facultades en toma, con carreras paralizadas, y pese a las contingencias que había cuando asumimos, veníamos con un espíritu para abordar estos temas en base al programa de rectoría, y a eso se complementaron las solicitudes de las alumnas", inicia.
-Quedo con varias sensaciones. La movilización buscó generar presión para conseguir ciertas cosas. Y aunque nosotros no necesitábamos las tomas para entender que el protocolo de actuación debía estar para ayer, y responder a los casos de acoso, abuso y discriminación ocurridos, las estudiantes pensaban que estas debían ser las acciones para lograr ser escuchadas. Y aunque dimos distintas señales, esas no fueron suficientes en ese momento. Llegamos a puntos de diálogo de dos quiebres de la mesa, varios acercamientos, y luego del fin de las tomas se construyeron confianzas de manera sólida.
-En la segunda etapa del trabajo vimos que había confianza, las estudiantes vieron que nosotras en la dirección de Equidad de Género -solo trabajamos mujeres, pero queremos que cambie- estamos trabajando los temas; teníamos un borrador de protocolo a fines de mayo, por otro lado también hay un proceso informativo donde las estudiantes comenzaron a entender cómo se abordan las denuncias, la entrega de antecedentes, los conductos regulares y el debido proceso. No se puede presentar una carpeta con 17 denuncias anónimas, o sin la cantidad de información básica para ver que se puede hacer y exigir cautelares de noche a la mañana literalmente. Eso es imposible y si se hacía, era una falta enorme de profesionalismo y seriedad de parte nuestra.
-Durante todo el proceso de negociación y mesa de trabajo con las alumnas, que ha durado tres meses y medio, señalamos que el espíritu generalmente ha sido el mismo, muy similar. Las profesoras de la mesa, casi en su totalidad, somos feministas desde su amplia diversidad. El espíritu acá es la igualdad de género, la eliminación de la violencia sexual y discriminación.
PROTOCOLOS
-El documento que tenemos es extraordinario. Si lo aprobamos tal como está, me quedo tranquila, ya que recoge el debate internacional, temas como los derechos humanos, está conciliado con nuestra normativa en términos jurídicos. Creo que es un trabajo prolijo, dedicado y con muchas horas para generar las nuevas versiones.
-Rescato el trabajo de nuestra subdirectora Ximena Gauché y muchos académicos expertos que llevan años discutiendo temas de género; es rico ya que cuenta con muchas miradas distintas a lo largo de todo su proceso, con todos los miembros de la comunidad que han contribuido en cada una de las etapas. El consejo académico nos pidió poner un plazo final para recibir los últimos comentarios -que venció este viernes- y que va desde los decanos hasta los sindicatos. Será un documento adecuado a nuestra realidad universitaria.
PROYECCIÓN
-Pensamos en la promoción de buenas prácticas, y hemos trabajado en eso con la Dirección de Docencia, desde que las personas ocupen lenguaje inclusivo a que tengamos los resguardos en distintos temas. Empezamos a avanzar en la sensibilización en la comunidad para generar condiciones de igualdad y buen trato, con un ajuste de las expectativas formativas y la naturalización de prácticas de violencia simbólica o discriminación. Esas prácticas deben irse eliminando y debemos aprender a que no son exageraciones, hablamos de derechos humanos, no de oprimir a los varones, ya que el feminismo desde sus distintas venrtientes busca la igualdad de derecho.
-La dirección tiene un rol de apoyo a la institucionalidad, generando un trabajo transversal y con muchas otras unidades, pero también un rol como actor universitario y organismo que apoya a las necesidades de la comunidad, apunto a cualquier estudiante, funcionario, directivo o académico que necesiten nuestro apoyo. La UdeC avanza hacia una institución más participativa, lo que se vio en las mesas de trabajo con un potencial enorme. Buscamos ser una universidad con perspectiva de género, pero no con un horizonte de tiempo específico; no lo haremos en cuatro años que dura la rectoría, pero si queremos sentar las bases, avanzar en el buen trato igualitario y promoción de buenas prácticas. Es un desafío enorme el avanzar a un cambio cultural de igualdad de todo tipo y que las personas sientan a la universidad que es una segunda casa, como un espacio resguardado con ambientes seguros y que nos generen bienestar.