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Académico de Inacap fue distinguido en los Premios Fuego 2018

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Y es que, precisamente, esta premiación y el galardón obtenido, es el reconocimiento gastronómico más importante de Chile y busca distinguir al chef que dedicara su vida a la formación de nuevos profesionales.

Y de esto, Thomen, que inició su carrera en 1972 en su natal Suiza, suma 22 años de trayectoria en la citada casa de estudios. Pero, antes de arribar y quedarse de manera definitiva en el Biobío, donde es dueño del Restorant Munot, de Tomé, de especialización en gastronomía suiza e internacional, el experto no sólo se desempeñó en distinguidos restaurantes en su país de origen, sino también en otros de Sudáfrica e Israel, en un crucero que lo llevó a desembarcar en 1991 en Puerto Montt, y tuvo pasos por Buenos Aires y Santiago.

Aún así, con todos estos años y rica experiencia, la distinción emociona enormemente al chef, sobre todo por la pasión que siente por el arte culinario y su enseñanza. "La cocina no es sólo una profesión: es una forma de vida. Hay que ser responsable, rápido, eficiente, puntual y poder trabajar bajo presión. Es complicado, pero como formador la idea es hacer que nuestros estudiantes entiendan todo eso, para que cuando salgan al mundo laboral estén preparados para las exigencias del trabajo", manifiesta.

En este sentido, lo que destaca de sus más de dos décadas como formador y su primordial motivo de satisfacción, es que está en la cocina, pero haciendo que su experiencia ayude a otros o, en su caso, varias generaciones de estudiantes que hoy son profesionales.

Premios Fuego

El objetivo primordial es reconocer a personas, instituciones y empresas que se destaquen por el aporte a la valorización de la cultura gastronómica en Chile.

"Al divulgar hay que movilizar pasiones más que una técnica"

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El doctor en Ingeniería y en Matemáticas Eric Goles irradia entusiasmo cuando habla de su trabajo y experiencias en torno a éste. No hay una razón más simple para entender esa energía que transmite que saber que es la matemática, una de sus más grandes pasiones, la que protagoniza cada hito de su trayectoria. Ésta ha sido el hilo conductor de una historia de ficción centrada en Kurt Gödel y vinculada con su propia experiencia, la novela "La conspiración de Babel" que presentó ayer en Concepción y cuya trama, sustentada en esta ciencia, estuvo íntimamente ligada con la charla de divulgación científica que ofreció en la Universidad de Concepción.

Es tan sólo una arista de su presente, donde también se desempeña como profesor e investigador de la Universidad Adolfo Ibáñez, pero tras de sí tiene décadas de estudio, con más de 200 artículos científicos y dos libros sobre ciencia publicados, desde que ingresó a formarse como ingeniero civil matemático en la Universidad de Chile en la década del '70, que lo llevaron a haber sido galardonado con el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1993, conducir entre 1997 y 2004 durante siete temporadas el emblemático programa de televisión "Enlaces" y presidir la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) del 2000 al 2006.

Y además de los resultados de su trabajo, si hay otro aspecto que destaca a Goles es su rol como divulgador de la matemática. Una ciencia que así como en él despierta pasiones, en otros genera miedos y evoca más de un mal recuerdo, viéndola erróneamente como una disciplina lejana de lo cotidiano. "Pero, está en el celular, en el computador, en la electricidad, en el modo en que percibimos el mundo y en cómo entendemos lo que percibimos. La matemática está en todas partes", afirma con certeza.

Es que la matemática es un lenguaje escrito en mucho de la realidad y que compara con el lenguaje musical, necesario para crear melodías y tocar instrumentos. En opinión del experto, ambos lenguajes son igual de complejos de entender para quien no tiene la facilidad y habrá quienes requieran poner menos esfuerzo en ello, en los dos se requiere aprender y practicar para obtener logros.

ENTUSIASMAR

Pero, ¿por qué la matemática parece alejada de tantas personas y la música se percibe como algo tan propio? "La matemática es una presencia más sofisticada, a pesar que es más común. No hay una matemática que se pueda decir que es popular, como si pasa con canciones que son de baja o nula calidad en cuanto a lo musical", sostiene, aunque sí cree que hay matemáticas que son más fáciles de entender o rápidas de explicar.

En este sentido, el doctor Eric Goles cree que una buena forma de derribar barreras: "hay que lograr que la gente se entusiasme", dice, y para ello, que las personas realmente perciban que existe lenguaje matemático en lo cotidiano y simple, plantea que una buena forma es a través de la lógica de los juegos, entre los que menciona el solitario, gato, sudoku y hasta el popular "Candy Crush". "La matemática no es otra cosa que tener un tablero y reglas de juego, y en algunos casos pueden ir cambiando", apunta.

De esta forma, plantea, se puede lograr mover los intereses y acercar ciertos conocimientos en las personas, porque es un fiel convencido de que es importante tener sociedades más enriquecidas culturalmente y que puedan dominar, en distintos niveles, variadas temáticas.

DIVULGAR POR VOCACIÓN

Pero, despertar entusiasmo en otros no es tan simple y de eso el doctor Eric Goles sabe, y ve en su propia actitud la clave: "para tener éxito, al divulgar cualquier tema o dominio hay que movilizar pasiones más que una técnica, por lo que si no hay entusiasmo en lo que haces, te va a ir mal. Cuando conduje 'Enlaces', mucha gente me dijo, casi como un lugar común, algo que yo nunca pretendí hacer: 'Goles hace fácil lo difícil'. Mentira, yo sólo contaba historias en las cuales me involucraba", sostiene.

Desde este punto, asevera que lo que más le gusta de la divulgación es que permite hacer "click" en la cabeza de alguien, precisando que "no porque la persona logre entender a cabalidad algo que le contaste, sino que lo que va a entender esa persona es el entusiasmo que tienes tú como interlocutor sobre lo que estás contando. Así, puedes lograr entusiasmarlo y despertar la inquietud de que quiera conocer un poco más".

En este sentido, se reconoce felizmente sorprendido por el alza de las iniciativas de divulgación científica, pues pudo verse como una utopía hace una década, pero es claro al afirmar que "tampoco me parece mal que haya colegas que no hagan divulgación, porque no tienen por qué hacerlo".

Por eso, cree que "divulgar no es un rol social de los científicos", como muchos sostienen, "sino, es una motivación personal". "Si hay vocación y te gusta hacerlo, hazlo, porque es bueno que quien tenga cualidades las muestre y eso le hace bien a las sociedades. Pero, hay profesionales que son muy buenos investigadores de laboratorio o que dominan muy bien sus conocimientos, así como profesores las materias, pero no necesariamente son buenos comunicadores. Entonces, quien no tiene dedos para el piano mejor que se quede callado, porque irradiarán desmotivación y no entusiasmo", finaliza.