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Museo Stom de Chiguayante se convierte en una fundación

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El amor que siente por la cultura y el patrimonio es lo que, de alguna manera, motiva a Tomás Stom Arévalo a asegurar el futuro del Museo Stom de Chiguayante. Abrió sus puertas en 1988 y desde entonces no ha cesado.

En la búsqueda de su continuidad por falta de financiamiento, es que el coleccionista de 78 años quiso convertir este espacio cultural en una fundación, que lleva su nombre, y que depende de un directorio.

"Me interesa que después de mí, este museo siga en pie. Todos tenemos una vida finita, y yo en particular ya tengo bastante edad. Entonces si esto no se convierte en fundación, el día que yo me muera pasará a poder de mis 8 hijos y ellos, seguramente, lo van a rematar. Resulta que no les interesa esta inversión tan grande y que me ha costado tanto conseguir", dice el dueño del espacio, que actualmente acoge 27 colecciones de su propiedad.

Y es que estos 30 años de trayectoria que suma la hoy institución sin fines de lucro, se deben únicamente a la autogestión de Stom.

"El museo nunca recibió aportes de otros. Ni de la Municipalidad de Chiguayante, ni del (ahora) Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio. Siempre me ha tocado financiarlo solo, lo cual me parece totalmente ilógico, porque se trata de un aporte que hago a la cultura, al turismo y al esparcimiento de todos. Un lugar de entretención para niños, adultos y ancianos", alude quien nació en Argentina y llegó a nuestro país en 1963.

UN FUTURO INCIERTO

La realidad actual del otrora museo, hoy Fundación Cultural Tomás Stom Arévalo, presenta riesgos. "Estamos en un extremo. Actualmente, el museo está pagando contribuciones muy altas a Bienes Raíces. Es el único museo del mundo que paga esto, por un error que se cometió (por ser una colección privada). Actualmente no puedo pagarlo, porque sólo el mantenimiento mensual cuesta $3 millones. Ya no estoy en condiciones de financiar todo solo", enfatiza Stom.

La incertidumbre de su futuro, en tanto, hizo que el dueño de este espacio llevara el caso al municipio de la comuna. "Estamos manteniendo reuniones con el alcalde Antonio Rivas para resolver este problema. La idea es declarar el terreno como museo perteneciente a la fundación para que esté libre de impuestos. ¡Pueden imaginar que incluso tuve aquí un embargo de Bienes Raíces, por no poder pagar esa deuda en Tesorería!. Entonces, es ilógico todo esto que ha pasado. Pienso que es justo que el municipio se haga cargo de esa deuda", sostiene el también dueño de las ópticas Suiza y Stom.

Pero éste no es el único problema que lo aqueja. La falta de espacio físico también es un tema que presenta complicaciones.

"De las 15 mil piezas del museo, en el espacio sólo alcanzan 5 mil. Entonces, el resto de las colecciones deben repartirse en distintos museos de Chile, porque acá no caben. Tener un objeto hermoso y no poder mostrarlo acá, es atroz, una pena. Por eso prefiero llevarlo a otros, antes de que estén guardadas en cajones", finaliza.