"Chokman" observa la condición de ser persona entre pares
"Chokman" es de aquellas propuestas que llaman a pensar sobre nuestra condición. La de ser humano y persona en el ajetreado "sistema productivo" del diario vivir. Ese donde todos cumplen una labor (¿un rol?), y cuya retribución económica -independiente de la suma- sirve para vivir el mes que viene, siempre y cuando las cuentas no apremien y los números no se vayan a cero.
A partir del texto escrito por Nicolás Salazar, la mirada y dirección de Enzo D'Arcangeli apuesta por un montaje construido por una serie de cuadros/hechos durante el desarrollo de una jornada laboral. Está protagonizada por las dos obreras de una fábrica de dulces -de ahí el título- interpretadas con solvencia por este elenco de este dúo en escena.
Leslie Sandoval y Bárbara Jarpa llevan el hilo conductor de este montaje que la compañía La Daniel López Company estrenó en 2014. Por lo tanto, ha tenido su maduración, considerando que el teatro es una expresión viva.
PASAR POR EL CONTROL
Durante 70 minutos, son ellas las que centran la atención. En este caso, privilegiando los diálogos por sobre la acción física en escena (avanza desde el latir de las palabras).
Es el pie para que estas obreras -una racional y la otra emocional- expongan vidas, anhelos y deseos frente a sus propias circunstancias.
En este plano aparecen las carencias, los temores y aquellos actos que no necesariamente representan un mejor futuro. Es decir, para ambas la vida es contar y contar, literalmente. Determinar que los dulces pasen el control de calidad en forma manual, pues aún no se automatiza: no depende una máquina.
Es ahí donde la puesta en escena pone énfasis. En cómo la sociedad -seres humanos- han cambiado sus perspectivas y modos de pensar, según el paso del tiempo, épocas y años.
Contando con actuaciones que llevan al espectador por planos físicos e íntimos -unos más logrados que otros- igualmente "Chokman" tiende a plantear un relato que se queda mucho en las explicaciones de ideas parecidas. Esto lleva su desarrollo a una cuestión reiterativa. No juega a favor del avance de una obra a la que -se siente- aún se le pueden hacer ajustes en materia de edición.
Contra lo anterior, anotemos que "Chokman" se aprecia, se lleva y disfruta, pero también baja en tensiones dramáticas. Esto apuntando hacia ideas sociales y políticas que, quizás, también pudieron actualizarse desde el contenido del mensaje, que encuentra en la música Vivaldi transiciones que apoyan la reflexión de fondo.