Alfredo Perl feliz de volver a encontrarse con la escena local
Aunque no recuerda con exactitud en qué año registró su última visita a la capital regional, Alfredo Perl siente que éste es un muy buen momento para volver.
"Ha pasado mucho tiempo sin estar en Concepción. Vine a tocar en los años 80, 90 y creo que a comienzos del 2000, así que ya estaba siendo hora de tocar acá nuevamente", dice el pianista radicado actualmente en Alemania.
Su reencuentro con el público penquista se llevará a cabo esta tarde, a las 19 horas, en la Sala Principal del Teatro Biobío.
"Me causa mucha curiosidad este espacio recientemente construido. La última vez que vine a Chile, en marzo pasado, estuve dando un concierto en el Municipal de Santiago y coincidió con la semana de inauguración de este teatro, por lo tanto, he estado pendiente de él y eso es lo que más me llama la atención", comenta quien dio sus primeros pasos en la música junto al maestro Carlos Botto.
Se trata de una cita especial, que se da en el marco del programa "Veladas musicales" de Goethe-Zentrum Concepción, donde piezas de Schubert , Mozart y Beethoven, serán las protagonistas.
TRES EJES
Hoy, considerado uno de los pianistas más importante del país, divide su experiencia profesional en tres ejes principales.
"Lo que siempre voy a mantener es el piano, ya sea como solista, en música de cámara o trabajando con cantantes. A veces con más o menos actividad concreta, pero siempre va a estar, y eso es independiente a los conciertos que tenga, para mí es una necesidad. También está la dirección orquestal, que me tiene muy motivado, porque tengo proyectos muy interesantes con la Orquesta de Cámara de Detmold, la cual dirijo actualmente (desde 2009). Y, finalmente, está la pedagogía que practico desde que tengo una cátedra de piano en la Escuela de Música de Detmold. Ésas son las principales actividades que me mantienen ocupado y preocupado también, porque no es fácil", señala Perl.
En ese contexto, su dominio del piano lo ha llevado a pisar el Concertgebouw de Amsterdam y Herkulessaal de Munich, entre otros escenarios. También ha tocado junto a célebres agrupaciones como la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de Viena y la Orquesta Gewandhaus de Leipzig.
Y a pesar de su trabajo en el extranjero, Perl nunca ha dejado de visitar su país natal. "Tengo que decir que siempre tengo contacto con Chile, vengo bastante a menudo. Si eso dejara de ser así, sentiría una pérdida", indica.
Estas visitas de origen le han permitido ver buenos resultados en cuanto a la escena musical actual. "He observado que ha habido más creación y un grado más de descentralización, lo cual es muy positivo, porque ahí está el futuro no sólo de la música clásica, sino de muchas expresiones artísticas que se pueden llevar a cabo en Chile", sostiene el pianista de 53 años.
El músico también es preciso en dar su opinión acerca del mercado que rige actualmente en el mundo. "Todo lo que es el mercado de la música se ve tremendamente enredado. Está también relacionado con los sellos discográficos y las grandes agencias, que se han transformado en una especie de selva, donde yo a veces pierdo la orientación", apunta.
En relación al consumo de música clásica, dice que actualmente no se distancia mucho de la popular. "A una persona que le interesa la música clásica puede satisfacer ese interés sin tener que gastar más plata de la que gasta yendo a ver música popular. He visto valores de entradas de músicos en el Movistar Arena muy caras", expresa.
El medio le ofrece un lugar muy amigable. "Entre músicos compartimos intereses, inquietudes y preocupaciones. Para mí el aspecto de la solidaridad es más grande que el de la competitividad", enfatiza.
DE CARA AL FUTURO
Para Perl no existen mayores perspectivas de cambio actualmente. "Por ahora no tengo planes de dejar Alemania, pero uno nunca sabe lo que pueda surgir. El mundo para mí no es sólo Europa o Chile, sino que también hay otras regiones que pueden ser muy interesantes", precisa.
Sin embargo, al consultarle sobre sus proyecciones a largo plazo, responde que "debo confesar que tengo pocas oportunidades para hacerme esa pregunta. Estoy muy concentrado en el día a día de cada una de mis actividades. Es cierto que me planteo si es que quiero seguir en esto tal cual los próximos 10 ó 15 años y la respuesta es no, pero tampoco sé cuáles van a ser los cambios. No es que esté aburrido, sino que creo que es necesario asumir nuevos desafíos y estímulos", finaliza.