El vocero de la agencia nacional de gestión de catástrofes de Indonesia, Sutopo Purwo Nugroho, entregó ayer tarde un balance del terremoto magnitud 7 que sacudió la isla Lombok (sur).

La autoridad informó que al menos 82 personas fallecieron como consecuencia del movimiento telúrico. Además, cientos de personas resultaron heridas y se produjeron diversos daños materiales.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que registra la actividad sísmica en todo el mundo, localizó el hipocentro a 10 kilómetros de profundidad y 2,4 kilómetros al este de Loloan, una localidad en el norte de la isla.

El mayor número de fallecidos, veintiocho, se registró en el distrito de Lombok Norte, mientras que hubo tres en Lombok Occidental, uno en Lombok Central, otro en Lombok Oriental y cuatro en la ciudad de Mataram, según los últimos datos oficiales citados por la agencia de noticias Antara.

Una de las víctimas es un estudiante de 14 años que fue aplastado al derrumbarse la escuela islámica en la que se encontraba rezando y que murió en el hospital de Mataram, la principal ciudad de Lombok.

ESCENAS DE PÁNICO

El ministro de Interior de Singapur, K. Shanmugan, que se encuentra en Mataram afirmó que hubo escenas de pánico y daños en el hotel donde se hospeda.

"Estaba en mi habitación, en la planta 10, trabajando con mi portátil. De pronto la habitación se agitó violentamente, se abrieron grietas en las paredes, era prácticamente imposible mantenerse de pie. Escuché gritos", indicó Shanmugan en su cuenta de la red social Facebook.

La movimiento se sintió con fuerza en la vecina isla de Bali, uno de los destinos turísticos más populares de Indonesia, donde residentes y turistas salieron a las calles a raíz de este hecho.

Este es el segundo terremoto que sacude a la isla de Lombok en una semana. El 29 de julio, un sismo de magnitud 6,4 -pero mucho menos profundo- dejó 16 muertos y dañó cientos de edificios.

Los ocho "cuadernos de las coimas" redactados por Óscar Centeno, chofer del ex subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Gobierno argentino, Roberto Baratta, donde llevó un acucioso registro de los pagos efectuados por empresarios a las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, ayer fueron revelados en su totalidad por el diario La Nación.

Los apuntes comenzaron en febrero de 2005, en una malograda libreta de tapa roja donde Centeno da cuenta de las costumbres y gustos del ex ministro de Planificación, Julio de Vido.

En un segundo cuaderno aparecen las visitas médicas del político y su familia. En 2007, Centeno empezó a escribir la tercera libreta, donde pasó a ser "el chofer de Roberto Baratta".

Allí el funcionario apuntó nombres de las personas y lugares que frecuentaba el ex subsecretario, datos que continúan en la cuarta libreta, iniciada el 26 de enero de 2008, a poco más de un mes de asumido el Gobierno de Fernández.

Es en este punto donde Centeno comienza a llevar el detalle de los pagos a la Casa Rosada efectuados por empresarios. La quinta libreta, con anotaciones hechas entre 2009 y 2010, consigna, además, las órdenes directas que Kirchner daba desde su casa de campo para recolectar el dinero.

El sexto cuaderno, de 2010, cuenta cómo se vivió la muerte del ex Mandatario, situación que afectó al chofer y lo mantuvo sin escribir hasta 2013, donde cita una reunión "que tuvo el ministro De Vido, Baratta y la Sra. Presidenta en la cual los instruyó para que sigan recaudando" fondos para la campaña.

"Pensé que después del fallecimiento no se haría más el 'valijeo'. Pero sí disminuyó la frecuencia", escribió Centeno en la séptima libreta.

El último cuaderno es de 2015, cuando cayó el kirchnerismo en Argentina y las "recaudaciones" se dispararon: en 21 páginas se cuentan más de US$ 20 millones.