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Estudian potenciales efectos tóxicos de las nanopartículas

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Analizar los potenciales efectos tóxicos que pueden tener las nanopartículas y, así, vislumbrar futuras posibles nuevas terapias es el objetivo del trabajo de un grupo de científicos del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (Cinv), quienes están siendo liderados por el investigador José Antonio Gárate, ingeniero en Biotecnología Molecular.

Para lograrlo, se están aplicando técnicas computacionales que permitirán entender a nivel atómico el funcionamiento de sistemas biológicos, para así conocer la interacción entre minúsculas proteínas humanas (enzimas del estómago encargadas de digerir alimentos) y determinados fármacos y material particulado pequeño, elaborado de carbono entre los que se encuentran nanotubos, fullerenos y grafeno, detalla el experto.

"Existen muchos estudios sobre el grafeno -superficies del grosor de un átomo- tales como un antibiótico, dado que éste funciona como un nano-bisturí, cortando la envoltura o membrana que cubre a las bacterias. Por lo tanto, el conocimiento de sus efectos sobre células humanas es esencial para el desarrollo de futuras terapias", explica Gárate sobre la importancia del estudio.

Esto es clave, sostiene, debido a que en el futuro será inevitable estar expuesto a nanopartículas que provengan de productos o procesos industriales a diario.

DINÁMICA MOLECULAR

Sobre la investigación que se está desarrollando, aclara que es a través de la dinámica se simulación molecular y cuenta que la razón de ello es que las proteínas son grandes moléculas compuestas por miles de átomos, lo que vuelve complejo predecir el comportamiento que tienen cuando se ven enfrentados a principios activos de un fármaco o interactúan con nanopartículas.

En este sentido, Gárate especifica que la dinámica molecular es "una técnica de simulación computacional que modela moléculas como esferas conectadas por resortes, permitiendo visualizar el movimiento de las partículas, como si fuera una película, y en cuyo escenario los actores principales son las proteínas".

Además, la simulación permite responder una necesidad de estudio de partículas como las de tamaño nano, que no se pueden observar mediante un microscopio electrónico tradicional o que tienen tiempos de acción tan acotados que medir en laboratorio es imposible. "Estos procesos se entienden con mayor claridad a través de herramientas computacionales y ejercicios numéricos", manifiesta.

Para finalizar, plantea que la técnica permite manipular tamaño y características de las moléculas, lo que es significativamente más económico y óptimo que realizar un experimento tradicional en un laboratorio.

Nanopartícula

Se trata de una partícula reducida a una minúscula parte, que se encuentran en el mismo nivel que los átomos, según explica el investigador José Gárate.

Investigadora local fue seleccionada miembro de prestigiosa sociedad inglesa

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Fue nominada anónimamente y por ello que su nombramiento como miembro de la prestigiosa Royal Society of Medicine, con sede en Londres, ha sido una noticia que no termina de sorprender a Valentina Echeverría Morán, bioquímica e investigadora de la Universidad San Sebastián (USS) de Concepción.

La experta recibe la confirmación con profunda alegría y satisfacción, pero sobre todo orgullo, pues se trata de un hito en su carrera que contempla un largo currículum que incluye los grados de doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, y post doctora del Centro Nacional de Biotecnología de España y las universidades McGill y John Hopkins, de Canadá y Estados Unidos, respectivamente, además de ser revisora de la Sociedad de Parkinson de Inglaterra e integrante de la Sociedad de Alzheimer Americana, y una activa científica dedicada al estudio del sistema nervioso central y ciertas enfermedades neurodegenerativas, que ha publicado, incansablemente, desde 1993, más de 60 artículos sobre sus hallazgos.

SELECCIÓN Y TRABAJO

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Otro punto que para la investigadora es digno de destacar es que si bien se trata una prestigiosa sociedad médica, ella no es médico, aunque reconoce que "muchas personas creen que soy médico porque escribo mucho sobre temas médicos. Me he ido sumando al área médica y al área clínica médica, pero mi trabajo se orienta más a los temas de neurología".

Sobre esto, precisa que en la USS, donde llegó en 2015, están desarrollando investigaciones en el campo de la neurokinesiología, neurociencia y áreas del cerebro.

Además, por no ser inglesa, Echeverría es parte del selecto grupo de extranjeros que en esta organización permiten ingresar como becarios honorarios, cuyo requisito es que sus contribuciones al ámbito de la medicina sean relevantes, sean profesionales médicos distinguidos o de las ramas de las ciencias y humanidades aliadas, dice.

fellows

Al respecto, plantea que "creo que me han invitado por mis descubrimientos en el área de Alzheimer y el estrés postraumático".

Además, agrega que ha estado estudiando los efectos de la 'cotinina', un derivado de la nicotina, en la memoria y el Parkinson, razón por la cual desde la Sociedad de Parkinson inglesa solicitaron un capítulo sobre sus estudios en un libro editado por un profesor de la Universidad de Oxford, prestigiosa institución con cuyos investigadores también ha tenido importantes colaboraciones.

VALOR

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Royal Society of Medicine

En 1805 se estableció "The Medical and Chirurgical Society of London" y 102 años después se unió a 17 sociedades médicas especializadas. Una carta real complementaria les convirtió en la Royal Society of Medicine.

Las palabras son la verdadera globalización

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La lengua de Cervantes, es el idioma oficial en más de 20 países y es el idioma materno de 400 millones de personas, además de otros 100 millones que lo hablan como segunda lengua.

Es una herramienta maravillosa que nos permite saber quiénes somos, de dónde venimos y en qué creemos.

A diferencia de lo que las personas piensan, va evolucionando de manera vertiginosa y su atractivo mayor es que cambia, evoluciona, palabras se inventen y otras caen en desuso. Estamos llenos de tecnicismos, neologismos, modismos, y, en nuestro caso, chilenismos.

Todo tiempo pasado fue mejor, dicen los puristas, tal vez... lo incuestionable es que los tiempos cambian y eso no se puede evitar, porque estemos de acuerdo o no, el chat y los mensajes de texto existen y ya está. El mundo entero conversa con el resto del planeta, sin frontera alguna, en mezclas de idiomas, que son fusiones nuevas, parchadas, inventadas, pero reales. Ya no existen las fronteras con pasaportes ni maletas, sino personas comunicándose con otras personas, sin límites conocidos.

El mundo ha cambiado y no son los abuelos los que enseñan cómo es, a través de sus fábulas de otros tiempos, nuestros niños aprenden por internet, a una velocidad astronómica, que los adultos apenas somos capaces de vislumbrar.

Este idioma fabuloso, el de Neruda y la Mistral, nos permite entender todo: nuestra identidad étnica que hoy se mueve a la velocidad de la luz, pues miles de familias toman sus maletas, hijos, costumbres, idiomas, religiones y comidas y arman sus "nidos" a kilómetros del original; ¿cómo entonces podríamos basarnos en las mismas reglas de hace 20 años? Cuál es el punto, se han perdido las fronteras geográficas, se han diluido y el mundo está unido en un lenguaje que se las arregla para existir con todas sus diferencias y matices.

Borges, tan sabio, nos decía que "el lenguaje no lo hace ni la academia, ni el poder, ni los letrados, ni los escritores; lo hacen los pescadores, los trabajadores, los caballeros y, por sobre todo, los tipos sinceros".

¿Sería necesario agregar algo más? No lo creo, el idioma, con su maravillosa diversidad, tiene por objetivo comunicar al ser humano con otros, de la manera más honesta posible, para crear una aldea global, que utilice las palabras para enunciar su verdad y que esta sea heredada y trasmitida a los que vendrán dotados de la misma capacidad: preservar la libertad de pensamiento y proteger una manera particular de ver la vida.

docente Programa de Lenguaje y

Comunicación, Duoc UC sede

Concepción