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El desafío de trabajar al servicio de otros

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Trabajar en el servicio y atención a otros implica un alto desgaste para quienes ejercen estas labores, llegando incluso a estar expuestos a episodios de violencia. Ya que estas tareas intervienen de manera directa en la calidad de vida de las personas, se ha evidenciado la necesidad de desarrollar el autocuidado como una herramienta para potenciar el trabajo de todos quienes cuidan, protegen y asisten a otros, sea el área de la salud, atención psicológica o emocional, programas de reinserción social o de acogida y protección infantil.

burn-out

Por ello, instituciones o programas deben brindar recursos, espacios y tiempos adecuados para incorporar en la planificación del trabajo el autocuidado de los equipos, lo que debe estar expresado en sus objetivos estratégicos. En los equipos de trabajo se deben desarrollar prácticas protectoras que favorezcan la generación de espacios y emociones positivas, como la resiliencia y empatía. Prácticas y herramientas diarias a modo de pequeñas intervenciones pueden ser una buena forma de desarrollarse como equipo, en espacios de comunión que ayudan a evitar el desgaste en contextos de riesgo.

mindfulness

Hoy, es fundamental que las organizaciones, los equipos y los profesionales entiendan la necesidad de incorporar estos elementos a la planificación laboral y que es relevante contar con un discurso transformador hacia el autocuidado de los profesionales, para valorar a quienes están dispuestos a ejercer un trabajo de alta especialización y compromiso personal, más allá de lo laboral.

psicóloga y dir.

Bienestar

Organizacional Consciente,

Rukalihuen

Intervención temprana de la tartamudez será foco de jornada

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La tartamudez se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla que se acompañan de tensión muscular de cara y cuello, miedo y estrés. De esta forma, es definida como un trastorno de la programación del habla y se reconoce como un problema de comunicación que puede afectar la calidad de vida de las personas. No obstante, esto puede evitarse al máximo si hay un diagnóstico precoz, idealmente antes de que termine la etapa preescolar.

Es por ello que se realizará una jornada de actualización sobre esta dificultad del habla, la que es organizada de manera conjunta por los Departamentos de Pediatría y Fonoaudiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción. La actividad está dirigida a estudiantes y profesionales fonoaudiólogos, médicos cirujanos, pediatras, neurólogos, psicólogos, educadores básicos y/o diferenciales, entre otros relacionados, y según explica Arnaldo Carocca, fonoaudiólogo y expositor de la jornada, el objetivo es abordar la relevancia de la detección en las consultas infantiles, ya que la evidencia que existe demuestra que el tratamiento tiene que comenzar precozmente para obtener más y mejores resultados". Aclara que las investigaciones realizadas muestran que un cuadro de tartamudez se puede compensar hasta los 7 años de edad en un alto porcentaje, es decir, antes de que se afiancen los aprendizajes en el lenguaje infantil.

Añade que en la infancia temprana, entre los 3 y 5 años, la incidencia de esta dificultad es de 5% y 1% permanece con tartamudez en la adultez.

Cabe destacar que para profundizar en cuanto al concepto de la tartamudez, mitos de la condición y la intervención, además de Carocca, en la jornada expondrán la neuróloga Katya Reinbac y la otorrinolaringóloga Marisa Bordagaray, y la expositora internacional Anelise Bohnen, fonoaudióloga.

Vitamina C es mucho más que fortaleza al sistema inmune

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Es una costumbre arraigada en gran parte de la población aumentar durante el invierno el consumo de ácido ascórbico o vitamina C para así prevenir los resfríos, tan típicos de esta época en las que existe mayor incidencia de las enfermedades respiratorias incrementan su incidencia. Así, es común oír a los padres decir a sus hijos que coman cítricos como naranjas, pues es uno de los alimentos más reconocidos por aportar este macronutriente, o bien comprar tabletas en las farmacias, especialmente populares para dárselas a los más pequeños y fortalecerlos.

Y lo cierto es que en este caso la sabiduría popular va transitando en el camino correcto, pues si bien el rol de la vitamina C no tiene que ver específicamente con la prevención de los resfriados, sí tiene un efecto relevante a nivel de la respuesta del sistema inmunológico.

Jane Fuentes, enfermera y coordinadora de Docencia de Santo Tomás de Concepción, explica que varias células del sistema inmune puede acumular esta vitamina y la requieren para sus funciones. "La vitamina C mejora la producción y el funcionamiento de los fagocitos, que son los glóbulos blancos encargados de ingerir y absorber patógenos o liberar enzimas para acabar con ellos. Entre algunos de los efectos está que mejora la resistencia a patologías como el resfrío común", detalla.

Por otro lado, añade que el ácido ascórbico es reconocido por su altamente efectivo poder antioxidante además de ser es un antioxidante altamente efectivo y es capaz de regenerar otros antioxidantes como la vitamina E. Precisamente, durante las infecciones, sobre todo virales, se genera mucho estrés oxidativo.

Pero, lo anterior no es el único efecto del ácido ascórbico en el organismo y, de hecho, su papel específico es muy relevante para el sistema locomotor. Y es que según detalla la enfermera, esta sustancia se encarga de sintetizar el colágeno, que es un componente importante para los vasos sanguíneos, tendones, ligamentos y huesos.

"También sintetiza el neurotransmisor norepinefrina y carnitina (importante para el transporte de grasa a las células), lo que favorece el metabolismo del colesterol a ácidos biliares", añade.

EFECTOS DEL DÉFICIT

Considerando lo expuesto, Jane Fuentes afirma que hay distintas enfermedades que pueden producirse por el déficit de esta vitamina, entre las que menciona el escorbuto, enfermedades cardiacas, ictus, ciertos tipos de cáncer, cataratas y gota.

De ahí la importancia de mantener niveles adecuados de esta vitamina en el organismo y para ello es fundamental aportarla, especialmente a través de la dieta, ya que no es producida por el propio cuerpo.

Al respecto, precisa que "la dosis diaria varía de acuerdo a la etapa del desarrollo del individuo, pero lo recomendado va de 75 a 500 miligramos al día". Eso sí, existen condiciones como el tabaquismo, alcoholismo, lactancia, embarazo, estrés y consumo de medicamentos que requieren un cálculo y ajuste de la dosis indicada, por lo que recomienda consultar con especialistas ante dichos escenarios.

Asimismo, importante es atender a los signos que dan cuenta que se podría estar frente a una deficiencia de vitamina C, que se manifiesta con alteraciones vinculadas con sus funciones.

En este sentido, Fuente especifica que entre las principales se encuentra el cabello seco, piel seca y áspera, cicatrización lenta de heridas, gingivitis y encías inflamadas y sangrantes, hemorragias nasales frecuentes, aparición de moretones con facilidad y también un sistema inmune debilitado.

APORTE NATURAL

Dado que la vitamina se debe entregar al cuerpo, ya que éste no la produce de manera natural, es importante saber que existen numerosos alimentos de origen vegetal que son una buena fuente.

Los más populares y reconocidos por ello son los cítricos como naranja y pomelo, pero no los únicos. Así, Jane Fuentes agrega a las frutillas o fresas, tomates, papas, pimientos rojos, brócoli, zanahoria, arándanos, apio, espinaca, ajo y kiwi. Esta última, fruta característica del invierno, es la con mayor cantidad de este elemento.

"Es importante incorporarlos en forma diaria en nuestra dieta y aumentar su consumo en forma natural en épocas de invierno, periodos de estrés o en estado de enfermedad", sostiene. En este sentido, plantea que si bien el consumo de tabletas de vitamina C no está contraindicado, ideal es aportarla de manera natural. "Si bien el ácido ascórbico tiene un efecto positivo en el organismo, al no ser natural trae algunas dificultades para el organismo en su sintetización y eliminación, por lo que el consumo de frutas y verduras es mas recomendable", asevera.

Desde allí, recalca que para saber si se requiere suplementación es fundamental consultar a un especialista para así evitar los déficit que tengan consecuencias en el estado de salud, pero también prevenir los excesos. "Si bien la vitamina C es beneficiosa por sus efectos antioxidantes, una dosis demasiado alta puede provocar el efecto contrario y oxidar progresivamente nuestros cromosomas", finaliza.

prevención de resfríos

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Mario Rodríguez, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, cuenta que un metaanálisis de 29 estudios clínicos (2013) sobre el vínculo entre la suplementación con vitamina C y prevenir resfriados muestran que no existe un papel significativo en esto. "La única medida que ha demostrado disminuir los resfriados de manera significativa es el lavado de manos. Este acto evita la propagación de virus respiratorios, sobre todo en la población infantil", afirma. Eso sí, releva su poderoso efecto antioxidante y que éste incide en una mejora de la respuesta inmune.