Compañía teatral siente que la memoria no debe extraviarse
Es una obra que, ciertamente, no podía estar ausente de un ciclo como el propuesto en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en Santiago.
"Prometeo nacional", de la compañía penquista La Obra Teatro, será parte de esta iniciativa con una temporada de cuatro funciones, en el marco del ciclo "Historias de la dictadura", cuyo programa incluye títulos de Valparaíso, Santiago y Perú como invitados internacionales.
El montaje local, inspirado en la figura de Sebastián Acevedo, estará en escena desde este jueves, con funciones diarias hasta el domingo. "Sin duda, para la compañía es importante. Esto lo vemos como una necesaria toma de espacios para descentralizar y mostrar lo que estaba sucediendo en el resto del país, en esa época, en materia de luchas sociales", señala Gisselle Sparza, dramaturga y directora del montaje.
Éste se interna en uno de los más recordados hechos del régimen de Pinochet: la inmolación de Sebastián Acevedo Becerra, el 11 de noviembre de 1983, frente a la Catedral penquista.
"El hecho de don Sebastián trascendió las fronteras del país y abrió una puerta al reconocimiento de que las cosas que estaban sucediendo en Chile no estaban del todo bien, sobre todo, en términos de imagen hacia el extranjero", agrega Sparza, de las fundadoras del grupo en 1999.
UN TEMA NO RESUELTO
"Prometeo nacional", durante sus 70 minutos, cruza la dramaturgia con las artes visuales y la música. La idea con ello, señalan, es proponer nuevas relaciones de los/las espectadores/as con el arte escénico, contando así con el favor de quienes la han visto desde su estreno el 12 de agosto pasado.
Sobre la presencia en el auditorio santiaguino, la directora de la compañía contó que supieron de este ciclo, a través de colegas de allá, quienes sugirieron presentar el dossier del grupo al Museo.
"Tuvimos una reunión con los programadores, a quienes les interesó la obra y confirmaron nuestra participación", cuenta, agregando que en ello también tuvo un papel la postulación que hicieron al Fondart Regional (circulación). "De todo modos, como compañía, habíamos decidido participar con o sin apoyo", explica Giselle Sparza sobre el montaje que, además de Biobío, tuvo funciones en las regiones de Maule y Araucanía.
- Claro que sí, es una herida abierta, precisamente, porque las políticas de la memoria y la forma en que se cuentan las historias oficiales permiten que así sea. Se activan historias únicas que no permiten se conozca la diversidad de opiniones y experiencias, poniendo unas sobre otras. En ese sentido, visibilizar esta historia, sobre todo, en un país como el nuestro, es importante donde el músculo de la memoria no es ejercitado. Recordarla nos lleva a las cosas importantes y nos trae hacia el presente para preguntarnos ¿qué estamos haciendo hoy en términos de derechos humanos?
- El ciclo pretende establecer un nexo entre la historia reciente y el teatro como una práctica válida para producir saberes. En ese contexto, nuestra participación se da en el marco de la dramaturgia de la obra, pero también de la forma en que incorporamos en el dispositivo escénico elementos de la etnografía y el gesto documental.
- En el fondo, Prometeo Nacional es una interpelación a la forma en que se ha construido la historia y se narra el patrimonio de nuestro territorio.
Con ese objetivo, es que el espacio escénico de la obra fue diseñado pensando en un museo.