Evaluar y planificar es base para mejorar el rendimiento escolar
Poco queda para que miles de escolares den la bienvenida a las vacaciones de invierno, un respiro en medio del año para continuar con los meses que llevarán al final del curso e, idealmente, la promoción hacia uno superior. Y el cierre de este periodo puede dar luces respecto a si los avances son según lo esperado o se avecina la necesidad de tomar acciones para repuntar.
Así lo plantea Lilian Poveda, directora de las carreras de Educación del Instituto Profesional Santo Tomás de Concepción, precisando que "al finalizar el primer semestre se puede tener un indicador de cuáles son las asignaturas que presentan mayor dificultad en el logro y en base a ellas se debe hacer un plan de acción para el segundo semestre que asegure la mejora en los resultados".
La profesora de Educación Diferencial, magíster en Educación, detalla que lo primordial del proceso educativo y de un buen rendimiento es que el estudiante aprenda y que según el sistema educacional chileno, que considera la evaluación numérica en una escala de calificaciones del 1,0 al 7,0, "sobre nota 4,0 la persona cuenta con los contenidos mínimos que la asignatura busca que aprenda".
MÁS QUE LA CALIFICACIÓN
Y si bien la nota es un dato concreto sobre el desempeño académico de un escolar, para la profesional no se debe considerar como el indicador absoluto. "El aprendizaje es integral, busca el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes. Si nos centramos sólo en las notas, éstas indican sólo un número, una calificación, sin entregar información acerca de si el estudiante aprendió realmente o no", dice.
En este sentido, aclara que la nota es un determinante para saber si se aprueba o reprueba un curso, pero no necesariamente de la existencia de un buen o mal rendimiento, por lo que enfatiza que siempre es importante mantener contacto continuo con los profesores (reuniones de apoderados o entrevistas) para ir obteniendo información actualizada y pertinente sobre el rendimiento en las asignaturas y la forma en que se va dando el proceso de aprendizaje. Asimismo, es trascendental la buena comunicación en la familia. "Hay que entregar espacios de confianza donde el estudiante pueda exponer libremente sus dificultades sin sentirse frustrado, entendiendo que eso también es parte del proceso de formación y aprendizaje", asevera.
Y es que en opinión de la experta en Educación entregar una atención real en los procesos de aprendizaje del estudiante es clave para dar el apoyo emocional y de acción necesario.
Al respecto, cree que antes de tomar una medida concreta para consolidar aprendizajes y mejorar las calificaciones, es importante que el estudiante tenga consciencia que lo que se trabaja en la escuela es de importancia para la vida.
EVALUAR Y PLANIFICAR
Considerando lo expuesto, la psicóloga Ximena Rojas, doctora en Ciencias de la Educación y académica de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián, afirma que repuntar el rendimiento es siempre posible si se realizan cambios profundos en la planificación, procrastinación y motivación. "Por tanto, rendirse o definir una situación de reprobación en el primer semestre más bien perjudicaría las posibilidades de cambio, recuperación u otros", sostiene.
Por el contrario, el término de este periodo y próximo inicio de una semana de vacaciones son una oportunidad para indagar cómo están los mencionados aspectos y evaluar dónde se requieren modificaciones drásticas. La psicóloga también comenta que en este periodo es beneficioso el replanteamiento de metas a corto y mediano plazo para ver si juegan un rol en el desempeño escolar, y realizar una buena planificación de cara al segundo semestre.
"Es importante que el estudiante revise en qué podría necesitar refuerzo y en qué está más fortalecido para despejar las necesidades", apunta. Así, es importante identificar patrones, si es un solo aspecto débil o una combinación los que están provocando el resultado.
De esta forma también es posible evaluar si el estudiante puede lograr autónomamente mejorar sus resultados o requerirá apoyo extra, como clases particulares, pues existen vacíos de conocimientos. "Hoy las jornadas escolares son largas, por lo que el apoyo extra debe ser ponderado, algo realizable según el caso, que no signifique sobre estresar a un estudiante", recalca.
REFUERZO CAMUFLADO
Muchos padres se preguntan si se recomienda reforzar el estudio durante las vacaciones, por ejemplo, contratando un profesor particular, pero Rojas y Poveda coinciden en que lo primordial es tener claro que niños y jóvenes, al igual que los adultos, requieren descanso y desconexión de los requerimientos del sistema escolar, y que ese es el objetivo de las vacaciones.
No obstante, hacer un plan de repaso de estudio, sin que se sienta un castigo, sino como un cambio necesario es aconsejable, dice Rojas. Poveda agrega que, especialmente con los niños, es positivo propiciar actividades lúdicas que permitan el disfrute y que en su ejecución estén camuflando el refuerzo de habilidades que requieren trabajo continuo como la lectura y su comprensión a través de un cuento entretenido o una película infantil con subtítulos, o la visita a una biblioteca o museos.