Secciones

Fortalecer autoestima de hijos previene conductas de riesgo

E-mail Compartir

Los padres son los primeros llamados a favorecer desde que sus hijos son pequeños el desarrollo de factores protectores del riesgo de caer en el consumo problemático de drogas y alcohol. Para ello es primordial que exista un estilo de comunicación cercano, directo y claro, donde el pilar será, desde etapas tempranas, fortalecer su autoesima y promover su autocuidado. "Un niño o joven que se conoce y se quiere a sí mismo es menos influenciable y posee mayor capacidad para tomar decisiones según lo que estima que le conviene, versus uno más inseguro, que no ha desarrollado la capacidad de decir que 'no', de cuidarse de la influencia de otros y de no dejarse llevar por las opiniones de los demás", explica al respecto la psicóloga Claudia Soto, coordinadora del programa Aprender en Familia de Fundación CAP, que se ejecuta en 89 establecimientos educacionales de Chile, incluidos de la Región del Biobío.

Durante la primera infancia se recomienda usar cuentos, juegos y dibujos sobre la importancia de confiar en adultos cercanos para contar cualquier cosa que suceda y saber cuidar su propio cuerpo, detalla, y en la etapa escolar es posible ir entregando información más directa y clara sobre el consumo de drogas y sus consecuencias.

También agrega que "para prevenir es fundamental conocer los grupos de amigos de los hijos e hijas, saber a qué lugares concurren y así acordar ciertas reglas, como las horas de llegada".

En este sentido, la psicóloga precisa que hay que ayudar a los hijos a que tengan presente los límites que deben poner en su círculo social. "Esto se va dando naturalmente cuando desde niños se les enseña a reconocer y ser capaces de expresar qué les parece bien y qué les molesta, para que puedan decir 'no' cuando algo les desagrade", dice.

Desde allí, destaca que la autoridad de los padres no debe ser autoritaria, pues esto cierra puertas a que los hijos adolescentes expresen sus necesidades e intereses, que muchas veces pueden ser distintos a los de papás y mamás. Lo recomendable es que afecto y compresión sean las bases de las relaciones en las familias, incluso para abordar temas difíciles como el consumo de drogas, pues permitirá que prime la confianza y el respeto.

En este sentido, Claudia Soto dice que la conversación debe ser directamente con el adolescente si hay sospecha de que ha consumido algún tipo de droga, pero en una instancia de cercanía, confianza y contención, no de ataque.

Si la respuesta es afirmativa, hay que preguntar si es habitual, qué tipo de drogas ha probado y analizar en conjunto qué motivos lo llevan a hacerlo, mostrando una oposición clara a la conducta y verbalizando que si es necesario se buscará ayuda de especialistas.

"Aprender en Familia"

El programa de Fundación CAP busca potenciar el aprendizaje y desarrollo de niños y jóvenes, involucrando a los padres y/o apoderados en el proceso educativo.

Sexismo en el español desde una mirada técnica

E-mail Compartir

Probablemente hay una buena intención al reemplazar vocales por arrobas y equis, sin embargo, llamar "inclusivo" a este nuevo lenguaje, indicaría que el español no tiene esa característica.

Respecto a la particularidad del español de que los colectivos sean en su mayoría de género masculino, es importante señalar que el género de la palabra difiere de la sexualidad de la palabra. El género es una categoría gramatical de sustantivos y pronombres que puede o no tener relación con el sexo del sustantivo. Un ejemplo de esto son las palabras "criaturas" y "personas" donde ambos sustantivos, de género femenino, no tienen sexualidad definida.

En su artículo: "Es sexista la Lengua española?" García Meseguer indica que el sexismo lingüístico contempla tres agentes responsables: el hablante y su contexto mental, el oyente y su contexto mental y la lengua como sistema. A diferencia de éste, en el sexismo social no hay responsabilidad del sistema lingüístico, sino solamente de los interlocutores. Cuando hay sexismo del hablante (en su intención) o del oyente (en su interpretación) es por el uso del sistema lingüístico y no por el sistema propiamente tal.

En relación con el idioma en sí y la integración y vigencia de las palabras en el diccionario, éstas nacen desde la oralidad y luego se representan gráficamente en la escritura por el Pleno Académico de la RAE. El diccionario no se impone a la gente, sino que refleja a la gente. De este modo, mientras las personas otorguen connotación machista, racista o xenofóbica a palabras que originalmente tienen otro significado, el diccionario debe explicar ese uso. Si estos usos no se dieran, en la práctica desaparecerían del diccionario.

Respecto a los arrobas y equis, la RAE indica que se estaría creando una representación gráfica de una palabra que no existe, yendo totalmente en contra de los protocolos establecidos. También indica que "arroba" no es un signo lingüístico y que su uso en estos casos es inadmisible.

Cuando desde lo técnico se establece que nuestro sistema idiomático es inclusivo, y descartamos un sexismo lingüístico atribuyendo la responsabilidad a los usuarios del sistema, es muy importante enfocar toda nuestra atención a la problemática social. Desviar las energías hacia la creación de palabras nos hace creer que la cuestión social está siendo abordada, cuando en realidad es inminente trabajar directamente en el contexto mental del hablante y el contexto mental del oyente, los que claramente se ven afectados por aspectos que van mucho más allá de las arrobas y equis.

docente Fac. de Educación, Universidad de Las Américas