La industria cuprífera nacional presenta importantes desafíos para mantener la productividad. Sin duda que la caída progresiva de las leyes de mineral, lo que significa que se requiere procesar mayor cantidad de material para obtener la misma cantidad, ha sido uno de los factores que explican la baja productiva. De acuerdo a la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), durante el año 2017, la industria fue capaz de producir 5,503 millones de toneladas de cobre, 0,9% por debajo que lo obtenido en 2016 (5,552 millones) y 4,7% respecto al cierre de 2015.
El investigador Iván Ñancucheo Cuevas, académico de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián, dice que los yacimientos más profundos, implican una mayor proporción de sulfuros primarios (calcopirita) que tienen la particularidad de ser altamente complejos de procesar por procesos bio-hidrometalúrgicos convencionales.
El académico comenta que "los yacimientos chilenos además presentan minerales de arsénico asociados a los sulfuros primarios, lo que se traduce en que nuestros concentrados de cobre obtenidos por flotación presenten arsénico en la forma de arsenopirita o enargita". Esto implica que será fundamental contar con tecnologías para eliminar el arsénico del concentrado. El doctor Ñancucheo indica que China representa uno de los mayores importadores del concentrado de cobre chileno, sin embargo, es un hecho que no procesará material que contenga más de 0.5% de arsénico.
Es en este contexto que surge una alianza entre la USS y la UdeC para investigar la forma de tratar el arsénico contaminante y sulfato de tal manera de garantizar las exportaciones de cobre y evitar caídas en el precio.
Apoyo a investigación
Con el objetivo de enfrentar esta situación Codelco-Tech, la filial de desarrollo tecnológico de Codelco, ha propuesto identificar diferentes mecanismos para remover arsénico de los concentrados finales antes de exportarlo.
Por otra parte, el profesor Ñancucheo dice que en términos de gestión de recurso hídrico, desde el año 2010 a la fecha, la División Andina de Codelco ha invertido US$ 400 millones en obras para optimizar el uso sustentable del agua en sus procesos productivos. Un ejemplo de envergadura es la planta de tratamiento de drenajes ácidos (Tada) que permitirá la captura y el tratamiento de este tipo de aguas de contacto originadas en el proceso minero, iniciativa que tuvo una inversión de US$ 35 millones.
El académico de la USS plantea que este fenómeno de aguas ácidas es una de las mayores problemáticas que enfrenta la industria minera metálica, no solo a nivel nacional. "Bajo este escenario, desde el año 2011, Chile cuenta con una ley que regula el cierre de faenas mineras al término de su vida útil, por lo cual, diferentes técnicas de tratamiento están siendo estudiadas por la comunidad científica internacional que puedan ser implementadas durante el proceso de extracción de cobre y post-cierre".
Asimismo, durante el año 2016, Cochilco ha realizado un análisis de las diferentes técnicas utilizadas en el cierre de faenas mineras, sin embargo, se señala que nuestro país no cuenta con una vasta experiencia en esta temática.
En nuestra Región, el profesor doctor Alex Schwartz, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, y el doctor Iván Ñancucheo, de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián, han trabajado por más de una década en la problemática de los drenajes ácidos.
Los investigadores han dirigido diferentes proyectos financiados por el programa Fondecyt, como también por la empresa minera brasileña Vale y cuentan con una serie de publicaciones internacionales donde estudian este fenómeno y proponen diferentes estrategias para su minimización y tratamiento.
Dada la necesidad de potenciar estos estudios, ambos doctores han formado una alianza colaborativa para concretar líneas de investigación en esta área de tal manera de contribuir al conocimiento y desarrollo en una de las problemáticas más atingentes que enfrenta la minería chilena.
A consecuencia de este trabajo colaborativo y de los resultados obtenidos por ambos grupos, durante julio se iniciará un nuevo proyecto co-ejecutado por ambas instituciones y financiado por Codelco-Tech.
El doctor Schwartz explica que este proyecto colaborativo presenta como objetivo abordar el tratamiento de aguas de proceso, para la eliminación de sulfato y arsénico, con metodologías y ópticas disciplinares diversas basadas en procesos biotecnológicos. "Esta alianza demuestra claramente como las universidades regionales de la Región del Biobío pueden colaborar para alcanzar de forma más rápida y eficiente un mismo objetivo y contribuir a que nuestra región pueda ser líder en innovación y desarrollo", concluye.