Teniendo como foco de creación e inspiración el particular lenguaje cinematográfico desarrollado por Raúl Ruiz, quien para muchos fuera el cineasta más importante que ha tenido Chile, la compañía local Teatro de Masas se empeñó en trabajar su nuevo montaje "Trigre", que agendó su pre-estreno para este lunes, a las 17 horas, en el Gimnasio Leopoldo Salazar (Castellón 1670).
La obra callejera busca ahondar en los recuerdos y la nostalgia de la identidad chilena, recogiendo ese estilo único que caracterizó siempre al realizador recientemente mencionado, libre de las reglas narrativas convencionales.
"Es una propuesta que recoge sus formas de narrar, sus personajes y lugares comunes, para construir una historia nueva donde cada escena es una historia en sí misma", dice Pablo Villablanca, director de la compañía.
Se trata de una adaptación libre del primer largometraje de este teórico del cine nacional, "Tres tristes tigres" (1968), que pretende apegarse fielmente a la propuesta que diferenció a Ruiz, relacionada con la deconstrucción de la teoría del conflicto central.
En cuanto al proceso creativo, Cristian Astudillo, director de la obra, dice que "partimos de la libertad que él nos enseña sobre cómo tomar una historia y desarrollarla. El tiempo nos obliga a tener un principio y un fin, pero el modo en que contamos la historia deja al espectador con la duda sobre cuál es el principio y cuál es el fin. Jugamos con los tiempos y las dimensiones de los personajes y el público".
CULTURA EN LAS CALLES
De la película, que muestra las historias de tres chilenos deambulantes, la compañía Teatro de Masas crea un único personaje.
"En ese trabajo descubrimos su gran capacidad de interpretar la identidad chilena, y queremos profundizar en esos referentes que él muestra, con primeros planos, con un estilo cercano; de recuerdos familiares que quizás todos alguna vez hemos vivido. Tomamos esas historias y las llevamos a los lugares comunes que nos evocan la nostalgia: el bar, el puerto, la médium, el campo, el espacio público", detalla Villablanca.
Para estrenar la obra, la compañía local se ha preparado con extensos ensayos. "Hemos estado ensayando mucho en Balmaceda Arte Joven,quienes nos facilitaron gentilmente el espacio", comentan.
El espectáculo de teatro callejero mezcla todas las artes escénicas en una duración de aproximadamente 60 minutos.
La idea fue enriquecida con una residencia artística que realizó el equipo en Bali, donde se buscó profundizar en elementos del teatro antropológico, trabajando la interpretación, la complejidad del detalle, la conciencia del cuerpo y la escenografía.
El elenco, compuesto por artistas locales de teatro, música y danza, llevarán la esencia de Ruiz a la calle. "Hasta un lugar de educación, un espacio democrático. Queremos terminar este proceso con un espectáculo que pueda seguir trabajándose como una itinerancia para mantenerlo vivo. Masificar la obra, pero también al artista impresionante que fue y es Ruiz", apunta.
Para el estreno de esta propuesta artística, financiada por un Fondart Regional de Creación, la compañía se ha preparado con mucho ensayo. "Para su pre-estreno y estreno, a fines de junio, nos hemos preparado en colaboración con Balmaceda Arte Joven, entidad cultural que nuevamente nos ofreció sus instalaciones para el proceso de creación, ensayos y todo lo que tiene relación con el trabajo técnico de montaje (vestuario, escenografía, máscaras, etc.)", cuentan.
La dirección musical de la obra está a cargo de Carlos Stockle; el diseño integral y textos son de Cristian Astudillo y la producción de Caro Reyes.
En el elenco participan Paulina Marín, Paolo Marisio, Julio Olave, Daniela Ortiz, Patricia" Chispi" Torres y Claudia Urbina.
La musicalización está a cargo de Simón Orellana, Gabriel Rojas y Hernán Valenzuela; la adaptación coreográfica es de Ni Wayan Sekariani y Caro Reyes; el equipo técnico quedó bajo la responsabilidad de Francisca Cuadros y Rodrigo Salinas; y, finalmente, el vestuario es de Alejandra Rivas.
El LEGADO DE RUIZ
Para la compañía, el legado de Raúl Ruiz es fundamental para el arte nacional, puesto que dejó una filmografía con más de 100 películas de diversos géneros y formatos audiovisuales.
"En ellas mostró las diferentes posibilidades expresivas de sus ideas, con elementos surrealistas y un lenguaje simple, experimentando y alejándose por completo de la clásica forma del cine industrial con un protagonista, un antagonista y un conflicto central", sostienen los integrantes de la agrupación.
Formó parte de una generación de directores chilenos que cambiaron el cine nacional, aportando con una renovación del lenguaje cinematográfico, en consonancia con lo que ocurría en los países latinoamericanos.
El creador, político y migrante estuvo exiliado en Francia, donde pasó sus últimos hasta su fallecimiento en 2011.