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Gobierno español levanta la supervisión de las cuentas públicas de Cataluña

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El nuevo Ejecutivo español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, decidió ayer levantar la supervisión de las cuentas regionales de Cataluña, controladas por el Ministerio de Hacienda desde septiembre de 2017 para evitar que dinero público se destinara a promover la independencia de esa comunidad autónoma.

La nueva vocera del Ejecutivo, Isabel Celaá, explicó que la decisión sobre Cataluña se tomó como gesto de "normalidad política" y con la confianza de que "funcionará bien".

El anterior Gobierno español, destituido la semana pasada, gestionó la administración de Cataluña desde octubre de 2017 -cuando destituyó a las autoridades regionales por promover y declarar la independencia- hasta el 2 de junio pasado, cuando tomó posesión un nuevo gobierno catalán, salido de las elecciones autonómicas de diciembre.

El Ejecutivo de Sánchez dio ayer instrucciones a los bancos para que los nuevos gobernantes catalanes puedan abordar los pagos que le corresponden sin necesidad de pasar por la supervisión del Ministerio de Hacienda.

Según Celaá, se trata de una "medida de normalización", aunque el Gobierno central estará informado de las eventuales partidas que "pudieran dirigirse a cuestiones catalanas".

reunión

Fuentes del gobierno catalán informaron que Sánchez habló ayer, por primera vez, con el presidente regional de Cataluña, el independentista Quim Torra, y que "muy pronto" se reunirán.

Antes de esa conversación, Celaá informó que Sánchez se entrevistará bilateralmente con todos los gobernantes regionales de España, incluido Torra, aunque no dio fechas.

Según la vocera, "el gran objetivo" de esta reunión es "normalizar institucionalmente el país", en alusión a las tensiones entre las administraciones regionales y el ejecutivo español de la etapa anterior.

Precisó además que Sánchez llevará "la Constitución en una mano y el diálogo en la otra con la voluntad de avanzar" e insistió en que solucionar el conflicto catalán es una cuestión "prioritaria" para el nuevo Gobierno central. Por último, situó la integridad territorial como "el principal problema" que tiene España.

Primera jornada de la cumbre del G7 relaja ánimos en un grupo tensionado

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Los ánimos se relajaron en la cumbre del G7, que comenzó ayer en La Malbaie (Canadá), tras la tensión desatada en las últimas horas por los gestos y cruce de declaraciones entre el Presidente de EE.UU., Donald Trump, y sus aliados.

Fuentes europeas señalaron a la agencia de noticias EFE que la tensión comenzó a rebajarse durante el almuerzo, donde hubo "una discusión relativamente relajada".

A la comida acudieron, aparte de los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

temas de la cumbre

A esta distensión contribuyó que los temas tratados durante el almuerzo, perspectivas económicas e inteligencia artificial, no son los más explosivos de esta cumbre, como puedan ser las relaciones comerciales, el cambio climático y Rusia.

Los líderes del G 7 también hablaron durante la comida de los movimientos migratorios y la desigualdad por ser dos de los elementos que están influyendo en la frustración de la opinión pública en los países del bloque, "pese a la buena situación económica", indicaron las fuentes.

distensión tras polémica

La distensión se hizo patente durante la tradicional foto que siguió al almuerzo. Los dirigentes aparecieron relajados, sonrientes y conversando unos con otros ante las cámaras en los jardines del hotel Le Manoir Richelieu de La Malbaie, donde se desarrolla la cumbre.

Al final de la foto se pudo observar cómo la Canciller alemana, Angela Merkel, se quedaba rezagada para charlar brevemente con Trump.

Otro ejemplo de las muestras de distensión fue el "breve encuentro" que mantuvieron Macron y Trump poco antes de que arrancara oficialmente la cumbre. Horas antes, ambos se habían enzarzado en un intercambio de tuits, en el que Trump acusó a Macron y al Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, de cobrar a EE.UU. "aranceles masivos", después de que esos dirigentes advirtieran de que serán firmes con Washington.

El Presidente francés advirtió a su homólogo estadounidense de que la cumbre del G7 puede terminar con un acuerdo firmado solo por seis países y sin EE.UU.

tusk contra trump

A pesar de la distensión que mostraron los Mandatarios, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, volvió a avivar el fuego al acusar a Trump de querer "cambiar el orden internacional".

Tusk, quien calificó esta cumbre como "la más difícil en años", dijo que las discusiones de los líderes del G7 "serán bastante dificultosas" por los desacuerdos entre Trump y sus aliados.

Tusk también rechazó frontalmente la propuesta del Mandatario estadounidense y del Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, de readmitir a Rusia en el G7 (ver recuadro).

"Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", afirmó Tusk poco antes de iniciarse la cumbre.

"Es evidente que el Presidente estadounidense y el resto del grupo siguen estando en desacuerdo sobre comercio, cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán", añadió.

"Pero lo que más me preocupa es que el orden internacional basado en normas está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente no por los sospechosos habituales sino por su principal arquitecto y garante, los Estados Unidos", continuó Tusk.

El dirigente también señaló que la UE seguirá intentando convencer al Presidente estadounidense que "socavar este orden no tiene ningún sentido" porque sólo favorece a los que buscan un "nuevo orden en el que la democracia liberal y las libertades fundamentales dejarán de existir".

"Quiero ser muy claro, los valores del mercado y el orden basado en reglas son principios por los que merece la pena luchar y siempre los defenderemos, porque son los cimientos de las democracias liberales. De ninguna forma vamos a ceder en esto", terminó señalando Tusk.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que aunque Trump cree que EE.UU. ha sido tratado de forma injusta en cuestiones de comercio por Europa y otras naciones, los europeos "no queremos negociar bajo amenazas".

Trump buscó reintegrar a Rusia

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Antes de viajar a Canadá para la cumbre, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que Rusia debería volver a formar parte del G8, que pasó a ser G7 tras la expulsión de Moscú después de la anexión de la península de Crimea en 2014. "Soy la peor pesadilla de Rusia (...) Pero dicho esto, Rusia debería estar en esta reunión", afirmó. "¿Por qué tenemos una reunión sin Rusia? Te guste o no, y puede que no sea políticamente correcto, tenemos que gestionar los asuntos globales", agregó. Su propuesta fue rechazada por el presidente del Consejo Europeo.