Duques de Sussex brillan como renovación de la monarquía
Hija de una afroamericana y un descendiente de irlandeses, estadounidense, reconocida actriz, defensora de la igualdad de género, divorciada, tres años mayor que su actual marido, y propulsora del buen comer, la bohemia y el estilo, la duquesa de Sussex, Meghan Markle, y el príncipe Harry, mostraron ante las cámaras de todo mundo la esperada renovación de la monarquía británica.
Un Rolls-Royce Phantom IV, construido en 1950, llevó a la duquesa y su madre -quien lució con elegancia su piercing en la nariz y cabello rasta, acomodado bajo un clásico tocado verde agua -hasta el Castillo de Windsor, al oeste de Londres, Inglaterra.
La novia llegó con la conocida puntualidad británica, siendo precedida, tal como manda el protocolo, por el arribo de la reina Isabel II, enfundada en un alegre traje verde limón decorado con detalles púrpura.
Ambas fueron vitoreadas por los apenas 30 mil habitantes del pueblo, sumados a decenas de turistas. Más de 19 millones de personas siguieron tuvo la transmisión en directo realizada por Youtube.
igualdad de género
La nueva integrante de la familia real entró sola a la Capilla de Saint George, lo que fue interpretado como un signo de independencia, en línea con su activismo por la igualdad de género. El padre del novio, el príncipe Carlos, sólo acompañó a Meghan en el último tramo hasta el altar.
Allí el príncipe Harry la esperaba nervioso y sonriendo al resto de la familia real, acompañado por William, su hermano y padrino de matrimonio. Los dos vistieron sus uniformes de Blues and Royals, el segundo regimiento más antiguo del Ejército Británico.
Meghan llegó sonriente a su reclinatorio, escoltada por un séquito de pequeños nobles, entre ellos los príncipes George y Charlotte, hijos de William y Kate Middleton, quienes llevaron el velo de cinco metros
commonwealth
La pieza de tul de seda fue un homenaje a la Commonwealth, es decir, la Mancomunidad de Naciones Británicas, 53 países que mantienen lazos históricos con el Reino Unido.
Cada territorio fueron representado en el velo mediante el bordado de su flora autóctona, reconocimiento biológico enmarcado en el nombramiento de Harry y Meghan como embajadores de la juventud comunitaria, en abril pasado.
Los novios permanecieron tomados de la mano durante casi toda la ceremonia, oficiada por el párroco de Windsor, David Conner, junto al obispo de la Iglesia Anglicana, Michael Bruce Curry, y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby. Curry fue el encargado de realizar la homilía, centrada en el amor.