Trabajo realizado en consultorios de atención primaria del Gran Concepción reveló que la prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC), en distintos grados, es de 12%. Una cifra más que alarmante, pues es mayor a la que se esperaba encontrar. "En la Encuesta Nacional de Salud esta patología no pasa del 3% y en los consultorios se reportaba menos de 2%", precisa el nefrólogo Hans Muller, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Las Higueras y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, quien participó en la intervención.
Está claro que se pesquisó la ERC en gran cantidad de pacientes, probablemente, sin sospecha que la padecían; una metáfora de esta afección que es el destino común de distintas patologías que pueden afectar a los riñones.
Entre sus atributos nefastos está ser un daño irreversible, progresivo, silencioso y potencialmente mortal. Afirma que en un tiempo variable puede llevar a la pérdida de la función renal y en esa etapa, la 5, necesita terapia de sustitución renal, que puede ser diálisis o trasplante. Lo peor, es que en fases iniciales o medias es asintomática. "Los síntomas notorios empiezan cuando el porcentaje de la función del riñón desciende hasta el 20% o 15%", advierte. Para llegar a ello podrían pasar meses o años y el deterioro en la salud es tremendo.
CONDICIONES DE RIESGO
El escenario descrito podría ser distinto si hay prevención global y control en pacientes de riesgo, desafío que se asume en la Semana del Riñón (entre hoy y el 13 de mayo. Así, por estos días, se realizarán actividades en distintos servicios del Hospital Las Higueras y del Hospital Regional de Concepción.
Uno de los énfasis es concientizar que aunque las causas son múltiples, las primordiales son condiciones cada vez más prevalentes en la población: hipertensión arterial crónica, diabetes, obesidad y exposición a ciertas drogas y fármacos, como los antiinflamatorios, de uso común y no controlado. Altas dosis y/o consumo indiscriminado recurrente, explica, "a un paciente con condiciones de riesgo de base puede llevarlo a un daño renal agudo y eventualmente crónico. Sin condiciones de base el riesgo es menor, pero existe también la posibilidad".
Añade que el daño renal agudo también puede ocurrir, entre otros motivos, tras una hemorragia o deshidratación, y si bien es reversible y el riñón podría llegar a su función normal, deja más expuesto al paciente a sufrir daño crónico.
Las glomerulopatías y la genética son otras causas que menciona.
PREVENIR Y CONTROLAR
No se sabe cuántas personas hay en Chile con ERC, aunque según datos de Fonasa en terapia de diálisis son 20 mil, dice Hans Muller. No obstante, comenta que se estima que a esa fase llega apenas el 1% de los pacientes, ya que muchos mueren en el transcurso, la mayoría por enfermedades cardiovasculares.
Hasta llegar a los síntomas o últimas fases, la velocidad del avance depende de la causa y factores de riesgo. "En un paciente diabético que tiene daño renal con proteínas en la orina, el progreso puede ser muy rápido. En uno estable, sin proteínas, con presión arterial controlada, pueden pasar meses e incluso años", ejemplifica.
De ahí la importancia de que en este grupo de alto riesgo se mantengan las condiciones de base controladas y si existe daño renal crónico que haya responsabilidad en el tratamiento.
En ambos casos el estilo de vida saludable, con una dieta baja en sal y grasas saturadas, actividad física regular y control de peso, es un pilar. Y el llamado es a que sea así para todas las personas y durante todo el ciclo vital, desde la infancia. Así, se controlan y/o evitan patologías que son factores de riesgo para la ERC y para innumerables otras, recalca el nefrólogo.
MUJER Y ENFERMEDAD RENAL
Un dato relevante de la ERN es que es más prevalente en mujeres, aunque la razón no se sabe. En el estudio local se encontró que la incidencia en hombres era cercana al 7% y 14% en mujeres. "Las cifras se equiparaban a medida que avanzaba la edad, pero siempre se mantenía mayor en la mujer. El hallazgo también se ha demostrado en estudios internacionales", dice.
Por ello, la semana renal se centrará en la salud de la mujer. Muller se detiene en el embarazo, sobre todo en menores de 15 años, de los que en Chile se reportan más de mil cada año, que podría predisponer a desarrollar ERC. "En esas edades todavía hay inmadurez en muchos sistemas de órganos. Así, la posibilidad de que una adolescente embarazada haga problemas renales es alta. Tienen más incidencia de preeclampsia (hipertensión severa del embarazo), infecciones urinarias y hemorragias post parto, que pueden llevar a daño renal. Además de retardo del crecimiento intrauterino y parto prematuro", detalla.
Además, el nefrólogo asevera que cuando una mujer tiene daño renal, éste puede aumentar con el embarazo y así también el riesgo del feto, asociándose a problemas como retardo en el crecimiento intrauterino, parto prematuro, muerte fetal y preeclampsia. "Por ende, toda mujer con daño renal que quiere ser madre debe consultar con un especialista y planificar el embarazo", finaliza.