El Virus Respiratorio Sincicial (VRS) es uno de los patógenos más temidos si se trata de cuidar la salud de los niños durante la época invernal. Y con justa razón, pues aunque puede afectar a todas las personas, es en los menores de dos años, principalmente recién nacidos hasta los seis meses de vida, prematuros y bebés con alguna condición congénita, en quienes puede causar cuadros clínicos más graves, como bronquiolitis y neumonía.
Ésta es una realidad mundial, de preocupación cada año, ya que el VRS es la primera causa de hospitalizaciones infantiles y puede llegar a concentrar el 80% de éstas durante el invierno, precisa el doctor Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (Imii) y profesor asistente e investigador de la Universidad Católica.
Aún más nefasto podría ser en épocas de brotes, como el que hubo el 2004, que define como muy duro, pero también la motivación para iniciar un proyecto científico que sería el trampolín para dar un salto cualitativo en materia de salud pública mundial. Meta que logró, pues junto al equipo de expertos que lideró, tras 14 años de una investigación que sigue en curso, obtuvieron el conocimiento que permitió generar una vacuna para el VRS, la única en el mundo diseñada para ser administrada al nacimiento y la primera con estudios clínicos hechos en Chile, sostiene el experto que compartió su experiencia en el quinto seminario "Propiedad Intelectual e Innovación en Salud" de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, donde fue uno de los expositores destacados.
Al respecto, explica que "la vacuna fue producida en una planta con condiciones GMP (Buenas Prácticas de Manufactura, por siglas en inglés), aprobada por la FDA, y tenemos patentes, pero lo más importante es que con el primer estudio clínico, que se hizo en 24 hombres adultos sanos, demostramos que la vacuna es segura e inmunogénica", agregando que a partir del conocimiento adquirido, también desarrollaron otra tecnología, un anticuerpo monoclonal.
-La vacuna está diseñada para ser administrada en niños recién nacidos sanos y genera que el sistema inmune se defienda contra el VRS. El anticuerpo es una inyección de moléculas protectoras contra el agente, que se puede administrar en recién nacidos prematuros o con problemas congénitos. La ventaja de la vacuna es que, pensamos, genera inmunidad de por vida. El anticuerpo es de una duración que probablemente cubra el periodo de brote infeccioso.
-Está diseñada para recién nacidos, porque la idea es que las nuevas generaciones no tengan VRS. Pero, personas de la tercera edad y algunos adultos que tienen hiperreactividad respiratoria, tienen también vulnerabilidad a este agente, y nuestra formulación podría ser ocupada en ellos y en niños en etapa escolar, además de los recién nacidos, porque es de alta seguridad, no tiene efectos adversos.
HALLAZGOS Y AVANCES
El VRS, cuenta el doctor Alexis Kalergis, se conoce desde 1956, pero ha permanecido todas estas décadas como un agente para el que sólo existe abordaje paliativo. "El enfoque es terapéutico, porque no hay vacuna, no hay prevención, sólo confrontar el brote con medidas que causan sobrecupos en hospitales, en las camas, especialmente en el sistema público de salud, donde otras atenciones se deben postergar a raíz del VRS", asevera. Así, la contar con la vacuna es de un impacto invaluable y se puede entender aún más al pensar en la inversión, pero sobre todo el costo físico y psíquico del VRS. "No es un virus muy mortal, pero tiene altísima morbilidad. Le cuesta al Estado chileno un gasto público del orden de 30 millones de dólares anuales, pero, sobre todo, tiene un alto impacto en la vida de las personas y creo que es el agente infeccioso que más preocupa en la población", apunta el científico chileno.
-Porque no se sabía cómo enfermaba. Estaba claro que el virus infecta, pero no cómo una persona se enferma, si era porque el virus baja las defensas, si se multiplica muy rápido o porque hay falla en el sistema respiratorio, por ejemplo. Por eso, primero dedicamos muchos años a entender el mecanismo del virus para causar enfermedades, porque cuando lo identificas, sabes la causa real de la enfermedad y eso abre las puertas para generar una vacuna que tenga un fundamento racional, científico. Esa fue nuestra estrategia, así identificamos el mecanismo y la causa.
-Generalmente se habla de la sinapsis de las neuronas y en el 2000 se descubrió la sinapsis inmunológica, y ese fue el primer fenómeno que identificamos. Observamos que ese fenómeno está afectado por la infección que causa el sincicial. Si no hay sinapsis o hay una alterada, inmunológicamente hablando, se provoca que la respuesta inmune sea ineficiente.
Otro hallazgo relevante fue que una de las moléculas del VRS es responsable de interferir con la sinapsis. Así, diseñamos la vacuna para atacar esa molécula.
PASOS SIGUIENTES
Sobre la investigación y la futura disponibilidad de la vacuna, Kalergis cuenta que actualmente se está en el periodo final de la fase 1 de estudios clínicos, la publicación de sus resultados.
Terminada dicha etapa, la más importante en su opinión, se debe desarrollar el estudio clínico fase 2, que consiste en medir en más personas si la vacuna induce respuestas. "Esto nos permitiría definir la dosis que requeriría. La fase 3 sería un uso en varios miles de niños, la población blanco, una suerte de campaña de vacunación", apunta.
De desarrollarse esas etapas, éstas no deberían tardar demasiado tiempo hasta ver resultados, pero el experto recalca que lo más difícil y demoroso es conseguir los recursos para continuar progresando. Y en la búsqueda de fondos están enfocándose ahora, pues con los resultados, que tiene certeza serán efectivos, el siguiente y gran paso es hacer la transferencia tecnológica, que el doctor Kalergis espera se pueda hacer con el Ministerio de Salud, pues firmaron un convenio para que esta vacuna se pueda incorporar en el Plan Nacional de Inmunizaciones.
Así, el anhelo, es que a futuro gran parte de la población y las nuevas generaciones estén inmunizadas o protegidas contra este agente infeccioso, y contribuir a que éste deje de ser el problema de salud pública que es hoy.