Higiene personal y de espacios es la principal acción para evitar contagios
Sabido es que muchas de las enfermedades respiratorias, las que causan mayor preocupación durante la temporada otoño-invierno y colman las consultas en los servicios de atención médica, son adquiridas a través del contagio.
Y lo cierto es que así como son distintos los microorganismos responsables de patologías de las vías respiratorias como la influenza, bronquitis o neumonía, tienen también las más variadas, e incluso impensadas, vías de propagación y transmisión, haciendo que el riesgo de enfermarse esté hasta en un simple apretón de manos o al responder una llamada telefónica.
La enfermera Jane Fuentes, directora de Docencia de la Universidad San Tomás de Concepción, cuenta que los virus respiratorios más comunes en esta época son el de la influenza, adenovirus, rinovirus o virus sincicial, y que la principal vía de contagio es la respiratoria. "Al toser, estornudar o hablar se eliminan microgotas de saliva o moco que contienen estos patógenos y que pueden ingresar por la vía digestiva (boca) o respiratoria hacia un nuevo huésped que se contagia", aclara.
De esta forma, los lugares con grandes aglomeraciones de personas son aquellos donde más peligro de ser víctima del contagio de este tipo de enfermedades existe. Transporte público, centros comerciales, establecimientos de educación y recintos de atención médica son los principales ejemplos. Sobre este último, la profesional precisa que "por naturaleza concentran un alto número de microorganismos. De ahí la importancia de consultar en estos centros sólo cuando es necesario y de acuerdo a la complejidad. Si ésta es menor se recomienda consultar en centros de atención primaria, pues tienen una carga microbiana menos resistente que la que se encuentra en centros de atención de nivel terciario como hospitales y clínica".
En relación a lo anterior, la enfermera destaca que un factor que exacerba los riesgos de contagio son la humedad ambiental y la calefacción de los ambientes a través de artefactos como climatizadores o estufas, pues favorecen la multiplicación de algunos microorganismos. Si esto se suma al hecho de que los espacios permanecen cerrados para mantener la temperatura y no se escape el calor de los espacios, esto también deja encerrados a los microorganismos conviviendo junto a las personas, y el riesgo de contagiarse.
VEHÍCULOS DE TRANSMISIÓN
Es desde lo expuesto que Jane Fuentes también comenta que existen artículos-acciones puntuales que son vehículos de contagio, y que esto se relaciona con que son las manos una de las áreas de más alta concentración de microorganismos, por su uso esencial para casi cualquier actividad.
smartphones
EN LA OFICINA
De hecho, es por lo anterior que hay quienes sugieren que en las oficinas, los teléfonos fijos que utilizan varias personas tienen una carga tan alta de gérmenes que incluso podría superar a la que tienen las superficies de los baños.
Sebastián Seckel, gerente general de la empresa de servicios de mantención de limpieza Abanic, cuenta que hay investigaciones que sugieren que la carga microbiana de un teléfono de uso compartido y cotidiano en una oficina puede llegar a ser de 25 mil microbios por metro cuadrado. Esta cifra se puede entender porque muchos trabajadores que usan el aparato telefónico no se lava las manos tras ir al baño.
Relacionado también al contexto laboral, Seckel menciona que los teclados de los computadores son también elementos en que se pueden acumular suciedades que propician el desarrollo de bacterias y aparición de hongos que podrían causar infecciones en la piel y uñas.
MEDIDA BÁSICA
Es según lo expuesto que cobra especial relevancia la palabra higiene, tanto personal como de los espacios.
Como base, Jane Fuentes destaca que "hay que reiterar la importancia de la higiene de manos, pues permite disminuir importantemente la carga microbiana transitoria de éstas", ya que es uno de los principales transportes de patógenos.
Esta acción debe ser frecuente dice: antes y después de ir al baño, antes y después de comer, al llegar al hogar, colegio o lugar de trabajo, y después de toser, estornudar o eliminar secreciones con un pañuelo desechable.
Y es que mucho si mucho se habla de llevar una vida saludable para cuidar el estado de salud del organismo, los hábitos de higienización no se pueden dejar pasar por alto, y lo cierto es que tanto para que una persona como un lugar se mantengan en condiciones saludables lo primero que se requiere es limpieza.
En este sentido, hace énfasis en la relevancia del baño o aseo diario del cuerpo, apuntando que "elimina la flora microbiana transitoria que es la que produce más enfermedades y no sólo respiratorias. En condiciones de susceptibilidad, estos microorganismos ingresan al cuerpo por la vía respiratoria, digestiva o por una herida en la piel, produciendo enfermedad".
En cuanto a la limpieza de los ambientes, son varios los puntos trascendentales a considerar para disminuir el riesgo de adquirir enfermedades al combatir a los microorganismos que las causan. Recalca que medidas básicas y que se deben tomar a diario son la ventilación de los espacios y la higienización de superficies de contacto como los pasamanos, manillas de puertas, baños, escritorios y, por cierto, teclados, teléfonos fijos y dispositivos móviles.