"Librerías de viejo" se niegan a desaparecer y celebran al libro
Como un complemento a la celebración del Día Internacional del Libro y del derecho de Autor, en el marco de los fallecimientos de Cervantes y Shakespeare con un día de diferencia, 22 y 23 de abril de 1616, respectivamente, los libros usados siguen manteniendo su magia.
Lo anterior, un gran detalle que la venta de libros online no ha podido bajar o, incluso, parar. Y es que para algunas personas leer un libro en papel aún resulta una experiencia. La textura, el olor de los textos viejos y el cambiar de página todavía apasiona a un grupo de personas.
Entre ellas Guillermo Parés, dueño de una de las librerías de segunda selección más antiguas de Concepción.
"Hace 50 años que tengo esta tienda y la gente todavía viene a comprar libros, sobre todo, antiguos, porque eso ya no se encuentra en internet" explica.
A pesar de la competencia importante que existe de los títulos online, este tipo de "librerías de viejo" son una opción a las que los lectores recurren por gusto, pero también por necesidad.
Según Parés, lo que se vende en más cantidad son los textos obligatorios para los estudiantes, pero "también hay gente que busca libros de historia, de filosofía, literatura y poesía".
Otro de los espacios que ha logrado mantener su clientela a lo largo del tiempo es "Jotalibros", que se especializa en ciencias sociales con alrededor de 10 años en la calle y hace 6 en su tienda formal en calle Diagonal Pedro Aguirre Cerda. Su dueño, Jota Arévalo, afirma que este tipo de libros es indispensable para cierto grupo de gente, entonces, se venden relativamente rápido.
"Siempre hemos mantenido un público, que no es eventual, no es un alguien que va a comprar un libro un día y dos años después compra otro. Por el contrario, es la persona que le gusta la lectura, que busca y que necesita el libro para desarrollar el área en la que está trabajando o estudiando", señala el librero.
LOS QUE LEEN BUSCAN
Ambos representantes concuerdan en que a sus librerías asiste gente de todas las edades, desde estudiantes hasta docentes y trabajadores.
Al respecto, Arévalo cuenta la historia que le ha quedado marcada en el tiempo. "Una persona de unos 65 años, de clase media baja viene unas 2 veces al año, junta sus lucas y se compra alrededor de 60 ó 70 mil pesos en libros de filosofía", comenta, señalando que no es el único.
Recuerda a un joven porteño que "cada vez que viene a Concepción pasa a comprar algunos libros".
Otra de las aristas de "Jotalibros", que hace que la gente acuda al espacio es que también tienen editoriales y publicaciones locales. "La particularidad es que a estos autores no se le cobra. Ese libro me lo entregan a un precio y nosotros lo entregamos con ese mismo precio al público con el ánimo de difundir", explica.
Indica que ellos cuentan con su propia editorial, en la que ya han publicado dos obras. El 3 de mayo se lanzará el tercero, con cuentos de la periodista Rina Cárdenas.