Secciones

"La falta de proactividad afectó a las universidades del Estado"

E-mail Compartir

Durante su primer mes como rector de la Universidad San Sebastián (USS), Carlos Williamson Benaprés recorrió cada una de las sedes de la casa de estudios en Santiago, Valdivia y Puerto Montt. Su última parada fue Concepción, sede fundadora de la institución de Educación Superior que alberga a más de doce mil estudiantes, la tercera casa de estudios regional con mayor matrícula.

En su primera visita oficial, el economista, académico y columnista abordó los desafíos de la universidad que califica como "compleja" por sobre otras como la Pontificia Universidad Católica, (PUC) donde ejerció labores.

"La PUC, esta no tiene presencia regional, pero la USS si lo tiene, de hecho su matrícula regional es mayor a la de Santiago, por lo que requiere madurez para entender cómo funciona. Para mí lo que es una preocupación es el gobierno corporativo, el cómo se administran instituciones con tantas sedes", manifestó.

Además planteó que pese a las experiencias extranjeras exitosas de administración universitaria en varias sedes, "acá, sin embargo, las características hacen que cada sede sea una distinta universidad con calidades dispares. Eso no ocurre y no debe ocurrir en esta universidad, con cuatro sedes que corresponden a accidentes geográficos".

-Lo que me sedujo para aceptar esta invitación fueron dos aspectos muy presentes en Concepción: Esta es una universidad focalizada al segmento socioeconómico del Chile de hoy, con un ingreso familiar medio o bajo, un puntaje PSU dentro de la media, sin elitismo. Podemos entregar valor asociado, que no está presente en las universidades de elite.

-Es que esta es una universidad regionalista, ya que si hablamos de desarrollo inclusivo, debemos hablar de equidad en todo el país y no focalizar el desarrollo en Santiago. Que esta sea una universidad tan potente en regiones, con características únicas a nivel país. Cuando uno se proyecta hacia adelante, uno aspira a que sea la mejor universidad creada después de 1981; es claro que probablemente no superemos a la Chile, la Católica o la de Concepción, pero nuestra apuesta es instalarnos como una de las mejores del país.

-Esta universidad tiene una fortaleza notable, que ha permitido avanzar en pocos años e instalarse en el segmento de universidades de mayor prestigio del país. Se trata de un proyecto educativo potente, con un aspecto fundamental en la formación de pregrado, que es conectar al estudiante con el trabajo de investigación que realiza el profesor, volcando las habilidades en resolver problemas locales. La mitad de los estudiantes participaron en algún proyecto colaborativo con el profesor, solucionando problemas reales de la sociedad civil, dándole fuerza al proyecto educativo.

-Se avanza por un solo camino, que es fortalecer la investigación, con una densidad de trabajo más potente. Hay que identificar áreas, generar núcleos investigadores y profundizar el trabajo. También es clave mejorar la calidad de los profesores, que investiguen de manera profunda. Y otro elemento fundamental es que como universidad debemos participar mucho más en las políticas públicas. Entre las limitantes de su desarrollo está la debilidad en el diseño, implementación y medición de políticas públicas. No tenemos capacidad de evaluación, la que está en las universidades. El trabajo en esas áreas permitirá mejorar la acreditación y posicionarnos aún de mejor forma.

COMPETITIVIDAD Y REFORMA

-Creo más en la colaboración que en la competencia en el campo universitario. Lo único virtuoso es colaborar, hacer alianzas que permitan sumar. Tenemos un gran desafío que es buscar alianzas estratégicas con universidades que tengan las mismas aspiraciones que nosotros, por ejemplo la U. de Concepción, Católica de la Santísima Concepción o Bío-Bío, afianzando lazos con instituciones de la zona para colaborar para proyectos comunes. Eso no solamente es un imperativo del avance del país, sino que al interior de la universidad debe existir el mismo fenómeno de colaboración. La tendencia es que ocurra lo contrario, con cuotas de poder entre facultades y faltan puentes de acercamiento. Hoy es imposible pensar en resolver fenómenos sociales desde una óptica particular, bajo una mirada multidisciplinaria.

-Esta visión feudalista, al interior o exterior de las universidades, dejó de existir en el resto del mundo. Tras el acuerdo de Bologna, cambió el paradigma de la colaboración entre universidad en Europa. Hay que crear instancias de colaboración y el Estado tiene mucho que decir sobre ese tema, acá no hemos avanzado en movilidad universitaria.

-La reforma no lo abordó, de hecho solo se tuvo una política reduccionista hablando de gratuidad y financiamiento. Esta tendencia se viene, y las universidades estatales tienen una visión miope al despreciar la posibilidad de buscar alianzas con instituciones no estatales, sin especificar en las privadas, ya que eso es solo una característica jurídica y universidades como esta tienen un componente público enorme. Han sido poco proactivas y eso explica, en alguna medida, por qué han perdido peso específico en el sistema universitario con un 15% de matrícula a nivel nacional. Hay que olvidar los viejos paradigmas y debemos buscar cómo integrarnos.

-El TC falló de una forma bastante curiosa, con una de las reservas constitucionales demandadas. Este gobierno es consciente de una situación compleja, ya que la ley al echarse a andar generará problemas en autonomía y equidad, con la gratuidad que segmenta al mundo estudiantil. No hubo preocupación durante la tramitación de aquellos aspectos complejos. Es difícil manejarse en el aspecto de una ley operativa, pese a que el gobierno ha manifestado que buscará mecanismos para aminorar el impacto de la ley, con flexibilidades puntuales por ejemplo en temas de la Superintendencia. Este será un mundo de mucho oleaje y no será fácil moverse. Existe voluntad política del gobierno, pero modificar lo que actualmente está legislado es imposible.