Secciones

"Nave Cósmica", la pyme que impone sus mochilas y bananos

E-mail Compartir

La vida los llevaba por rumbos diferentes. Ella estudiando Geografía en la Universidad de Concepción y él comunicación audiovisual en el DuocUC. Pero bastó que el destino los juntara como pareja para empezar a crear pequeños emprendimientos.

Makarena Vega y Francisco Arratia partieron vendiendo cocadas y alfajores elaborados por sus propias manos. Pero dieron un giro cuando el joven descubrió una máquina de coser que nadie ocupaba en su casa y por el lado de ella siempre estuvo de alguna manera ligada al mundo de la costura, porque su madre se ha dedicado a eso durante muchos años.

"La verdad es que crecí en ese ambiente, pero nunca me había metido en la máquina hasta que mi mamá me enseñó hace unos 5 años a hacer un bolso", contó Makarena, al tiempo que Francisco agregó que al final se fueron por caminos distintos, porque de la costura pasaron a fabricar otras cosas.

Pero todo prendió cuando la joven comenzó a vender ropa que intervenía a través de redes sociales y sumó un morral que había diseñado y fabricado. Al publicarlo llamó la atención de muchas personas, las que comenzaron a pedirle más cosas y proponiéndole diseños, como una mochila.

De esta manera, ambos comenzaron a revisar internet para aprender a confeccionar, sacar ideas de productos que están en tiendas y, también, empezar a coserlas y pegarles los detalles. Como las sugerencias empezaron a crecer, les pidieron un banano, algo que en el pasado vivió un boom y que hoy ha prendido mucho. "En el fondo, la web es nuestra universidad", apuntó la estudiante de educación superior, a quien solo le falta su tesis para terminar su carrera.

Fue así como nació el emprendimiento "Nave Cósmica", un nombre que salió de una canción de la banda nacional Mecánica Popular llamada "Azul contra rojo". En una de sus frases finales dice "por ti, dama cósmica" y buscando y haciendo juego de palabras dieron con el concepto que al final eligieron para su floreciente emprendimiento. Francisco remarcó que en el fondo el cuño se identifica con las telas que usan, que son muy coloridas, bien galácticas, algo así como de planetas.

Además de los colores, el foco está en la calidad, pues todo lo que hacen es impermeable en la parte interior.

ALGO PROPIO

A juicio de Francisco, el éxito que están logrando se debe a que intentan desmarcarse de otras creaciones. "Tratamos de hacer algo propio en cuanto a telas, las que buscamos en diferentes partes, tanto en Concepción como en Santiago. También damos la posibilidad a que los clientes puedan armar su producto, en el sentido que puedan escoger los géneros, sus diseños o si quieren agregar algo pequeño, lo hacemos… creo que eso nos identifica", contó.

La estudiante de Geografía agregó que si bien el fuerte han sido las redes sociales (como Instagram o Facebook), desde el verano se han ido sumando a ferias de emprendimiento, pues la idea es no solo recibir las sugerencias de los consumidores, sino que también plasmar y dar a conocer sus propios diseños. "A la gente le gustan, aunque nos manejamos en las dos áreas: que la gente nos entregue sus propuestas y nuestro espacio o gusto".

Aparte, el placer por viajar está en los dos, así que de a poco se han ido sumando a encuentros, algo que ya es parte del negocio. Por ahora han visitado lugares de la Región y Temuco, una zona donde reciben muchos pedidos. Sin embargo, los clientes son de varias partes de Chile e, incluso, gracias a una de las plataformas digitales enviaron una mochila a México, el primer destino internacional de la naciente pyme.

Han fabricado, aparte de mochilas y bananos, estuches, cosmetiqueros y hasta tabaqueras, porque, como afirmó Makarena, siempre están innovando para forjar nuevos accesorios, en especial, porque la clientela es transversal, pasando por niñas que están en la enseñanza media hasta mamás, incluso a las adolescentes, a quienes les llama la atención las cosas brillantes.

Ahora, si bien ambos tienen o están a las puertas de ser profesionales, en el fondo este emprendimiento los tiene con todos los sentidos enfocados. "A mí, por lo menos, es lo que me llena el corazón. El diseño es lo que me gusta y todos los días me levanto pensando en que cosa nueva hacer", hizo ver la universitaria.

A su vez, el comunicador audiovisual contó que en un principio trabajaba en lo suyo y en paralelo estaba en la venta y elaboración de los bolsos y estuches, pero finalmente decidió centrarse en el emprendimiento, que, por mientras, tiene como centro de operación sus respectivas casas, pero están buscando un lugar.

MÁS LOCAL

Por ahora les gusta la forma en que están trabajando (incluso hoy estarán en una feria del odeón de la Plaza Independencia) porque tienen contacto directo con la clientela, compartir experiencia, aunque no descartan la opción de poder tener sus productos en tiendas, aunque sí de origen local.