"Tenemos un desafío de cobertura en niveles menores"
La cobertura nacional en lo que se refiere a la educación parvularia en general alcanza un 53%, por lo tanto es muy importante poder establecer las características del déficit que se presenta con la finalidad de priorizar las acciones para mitigar esta situación.
Así lo indicó María José Castro, subsecretaría de Educación Parvularia, quien asistió ayer a la inauguración de un jardín infantil en le comuna de Arauco. La autoridad sostuvo en su visita a la zona que en la actual administración del Estado se efectuará un "mapeo" de las condiciones en que se da dicho déficit.
"Es muy distinta la realidad a la necesidad. Hay necesidades en localidades más rurales, más distantes, en donde quizás hay que ir con otra modalidad porque los espacios de traslado, de transporte pueden ser difíciles, por lo tanto lo importante es conocer muy bien la demanda. Una vez que eso esté determinado podemos decidir cómo avanzamos en cobertura y calidad", señaló María José Castro.
-Efectivamente, en el Gobierno anterior el kínder se definió como obligatorio (para ingresar a primero básico), pero no quedó establecido como ley, es parte de lo que nosotros haremos ahora. En la práctica, en lo que se refiere a kínder, tenemos un 98% de cobertura de la capacidad real, independiente que se avance en esa legislación, no va a ser un gran cambio a lo que nosotros tenemos hoy. En prekínder -que también se pretende hacer obligatorio- tenemos una cobertura de 93% y pasa igual, queda una brecha que no es muy alta. (La alta cobertura en prekínder y kínder) se cumple en su gran mayoría por (su presencia en) los establecimientos educacionales.
El desafío mayor lo tenemos en los niveles medio menor (2 a 3 años) y medio mayor (3 a 4 años) y sala cuna. Hay que establecer cuál es la meta y hacer una propuesta de avance gradual de cómo vamos a cumplir con esa cobertura.
INCLUSIÓN
-Hay bastante trabajo en educación parvularia tendiente a la inclusión, entendiendo que ésta es aceptar las legítimas diferencias que todos tenemos, partiendo por aceptarse a uno, ya que cada niño tiene diferencias físicas, sicológicas, emocionales, etc.
Con respecto a la identidad de género y la labor concreta que se desarrolla, ésta la seguiremos haciendo siempre desde la base del pleno desarrollo y de la etapa que viven los niños, trabajando según su edad. Cada vez que hay casos particulares en los cuales hay niños con alguna señal de disforia sexual, evidentemente se trabaja con ellos según indiquen los profesionales que lo atiendan y en los jardines serán recibidos sin problema y estarán plenamente aceptados.
-Pueden aparecer señales y las educadoras están preparadas para trabajarlas, hacérselas ver, hablarlas con las familias y dar una guía adecuada. Por lo general son las primeras en detectarlas.