Una población, Aurora de Chile que, desde principio del siglo XX, ha sido protagonista de una historia potente, la cual emerge ahora en formato teatral.
Lo anterior, en una técnica expresiva de carácter social, como es la del Teatro Lambe Lambe. Durante el fin de semana tuvo un verdadero cónclave de compañías en Valparaíso. Más de 25 espectáculos nacionales e internacionales participaron en la V versión del Festival Internacional de Teatro Lambe Lambe.
La cita creada y organizada desde 2014 por la fundación Oani Teatro, tuvo entre sus invitados a la compañía de la población penquista no profesional en el dominio de esta apuesta teatral en miniatura realizada dentro de pequeñas cajas. "En la realización de los lambe trabajaron unos 20 pobladores", cuanta Walter Blas, fotógrafo y coordinador del proyecto "El retrato de Aurora", donde se enmarca la iniciativa dramática.
En ella, también se vieron implicados escenógrafos, directores de teatro, técnicos en sonidos, músicos, artistas plásticos y carpinteros. "En total fueron más de 30 personas quienes trabajaron en el proceso creativo", acota en relación a la iniciativa instalada hace 2 años en el sector.
Como proyecto, "El retrato de Aurora", pretende identificar, preservar y poner en valor el patrimonio fotográfico de la población, lo que se está encarando desde 4 perfiles distintos.
Un primer abordaje, "Memoria y duelo", que tiene relación con la fotografía estenopeica. "Desde febrero (pasado) los pobladores están construyendo este tipo de cámaras con objetos domésticos que tienen alguna historia dentro de las familias", sostiene Blas, indicando que tienen armadas 8 cámaras de este tipo.
Otra etapa tiene que ver con retratar la intimidad de 100 familias aurorinas colonas, con varias generaciones en la población. "Somos 10 fotógrafos que hemos seleccionado con un determinado perfil para que se involucren con las familias y retraten el día a día".
La tercera parte implica el rescate, administración, digitalización y puesta en valor del patrimonio fotográfico familiar. "Un primer catastro realizado sobre las fotografías en álbumes familiares, permite establecer que hay registro de las últimas 8 décadas de la población, superando los 20 mil documentos", destaca el coordinador de la actividad totalmente autogestionada.
SE ABRE EL TELÓN
Precisamente, la otra vereda tiene que ver con la construcción de 3 teatros Lambe Lambe (al festival los locales llegaron con 2).
"Cuentan la historia de la población, lo que nos permite abrir espacios para debates y conversatorios sobre memoria, patrimonio e identidad", resume el representante, agregando que en todo el proyecto han trabajado -hasta ahora- más de 100 de personas.
- El hecho de hacer Lambe Lambe en la Aurora nace como una herramienta más para ver la realidad y poder contar la historia de otra manera (en cuadros de 2 a 3 minutos se proyecta el origen de la población hacia 1892, los años 70 y el presente desde el terremoto de 2010). Se puede hacer una manifestación, una protesta, una denuncia, pero en secreto, de uno en uno, muy íntimamente. Personalmente creo es el valor social del Lambe, lo potente de quien lo hace, pero también de quien lo recibe (visionados unipersonales).
- Creo que el trabajo que fuimos haciendo en las otras etapas del proyecto desarrollaron habilidades para esta puesta. El año pasado estuvimos en el Fifv (Festival Internacional de Fotografía de Valparaíso) y el contar la historia del proyecto más allá de lo técnico y estético de la fotografía también nos prepara en la puesta en escena. Igualmente, el Teatro Lambe no necesariamente exige de profesionales de las artes escénicas, pero sí habilidades especiales: hacer las escenografías, plantear los storyboard (guión en dibujo), las plantillas de movimientos, el diseño de los personajes, la realización de las marionetas (...) Se necesita de muchas ideas y atenciones, pero también inyectarle alma, de lo contrario, las historias no cuentan nada.
- Las historias se cuentan solas, uno las encuentra a la vuelta de la esquina, en una once, conversando en la puerta de una casa. Parte de esta idea es que la Aurora no es solamente una población marginal, sino que es un personaje en sí mismo, Tiene un rostro, un humor y un carácter particular y de esfuerzo. Eso hace que en cada caja aparezca "La Aurora", como esa pobladora representada en muchas personas.