Ampuero llama a Morales a tener "sensatez" en el "lenguaje y las formas"
El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, afirmó ayer que el Presidente boliviano, Evo Morales, ha usado la demanda marítima en La Haya con fines políticos y le pidió "sensatez" en "el lenguaje y las formas".
"Es un Presidente que está en campaña electoral para mantenerse en el poder hasta el año 2025, y eso también explica porque de pronto se sale de la argumentación netamente jurídica para llegar a una argumentación política, histórica y emotiva", dijo Ampuero en el programa "Mesa Central", de Canal 13.
Esta semana finalizaron en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya los alegatos orales de la demanda que presentó Bolivia para que el tribunal obligue a Chile a negociar la restitución de una salida soberana al mar al país vecino.
Ampuero insistió en que Chile "no aceptará ni está dispuesto a entregar ni un centímetro de su territorio" y reiteró la importancia del Tratado de 1904, que ambos países firmaron varios años después del término de la Guerra del Pacífico, en la que Bolivia perdió el litoral.
Según el canciller, un fallo favorable para Chile en la CIJ sería que "impere el derecho internacional" y no se cuestione más el tratado de 1904.
Ese acuerdo, dijo el secretario de Estado, es la "piedra angular" entre Chile y Bolivia y "ha ofrecido a los dos países un marco de tranquilidad, estabilidad y de paz". Añadió que bajo la premisa de respetar ese tratado "tenemos todas las posibilidades de avanzar con Bolivia".
Al ser preguntado sobre las diferencias en las estrategias comunicacionales de ambos países, que en el caso de Bolivia incluyó, entre otras cosas, el despliegue de una bandera gigante, Ampuero destacó que hay estilos distintos.
"Se trata de dos escuelas distintas y la escuela chilena es de sobriedad, seriedad, de coherencia y coexistencia. No estamos para ir a una corte como la de La Haya para buscar montar algún tipo de espectáculo", sostuvo el canciller, rechazando la estrategia del país altiplánico de caer en el sentimentalismo y de politizar un asunto jurídico.