La Patogallina propone algo más que teatro en Concepción
La agenda de Martín Erazo (43) ha sido intensa en nuestra ciudad, a la que arribó el miércoles, para ser parte de tres actividades centradas en la compañía La Patogallina, que lidera hace 21 años.
La última, sin embargo, programada para mañana, a las 17 horas, se proyecta como la más "masiva". Ello se explica, porque la presentación que realizarán del montaje "Paloma ausente" está prácticamente agotada -1.200 entradas- en la única función programada en la Sala Principal del Teatro Biobío (los tickets gratuitos se retiran en boletería del espacio artístico de la Costanera).
"Es una obra de un lenguaje repleto de imágenes construidas de manera artesanal", señala el actor, director y músico, sobre el montaje estrenado en septiembre del año pasado, y que fue parte de la programación del ciclo Conce a Mil, en enero de este año.
Centrada en la figura de Violeta Parra, "Paloma ausente" se interna en las diferentes facetas y dimensiones de la artista. "Rescata su espíritu y legado a través de los múltiples roles sociales que desarrolló en su vida", explica Erazo, en atención a los roles de recopiladora, cantante, madre, guitarrista y artista visual que desarrolló Parra en sus cortos 50 años de vida.
Ello, agrega, implica un ritmo de carácter vertiginoso en el escenario. "Siempre acompañado por la potencia de la música en vivo", acota, sin olvidar las imágenes, que conectan la propuesta con el cine como lenguaje narrativo y forma expresiva.
Lo del séptimo arte se grafica en el modo de utilizar el montaje paralelo, en el que "se entrelazan tres líneas de acción, de tres época diferentes de Violeta".
Erazo reconoce el apego que siente por las películas, por lo que sus propuestas -ésta es la sexta como director- se escriben como guión cinematográfico y no como texto dramático. "Por eso la relación con la música, imagen y acción es la base de nuestro lenguaje (...) Es la búsqueda de la poética visual", dice quien se ha caracterizado por plantearse desde la perspectiva de un teatro físico, donde se expone la manipulación de objetos y muñecos, además de efectos especiales teatrales.
Todo ello forma un tipo de apuesta de lenguaje popular y callejero, en este caso, para homenajear a la cantautora nacional, pero "lejos del folclorismo y el teatro costumbrista".
INTERCAMBIO ES CLAVE
Con un promedio de 1.500 personas por función, hasta ahora la obra ha sido vista por más de 30 mil personas, y ahora llega al espacio penquista, con financiamiento del programa de Intermediación Cultural 2017 del Cnca.
"Estamos contentos de ser parte de esta primera etapa del Teatro, y nos parece fundamental que se creen estos espacios en todo Chile, que permitan recibir compañías nacionales, internacionales, como también dar fuerza a las compañías locales y de la Región".
- Por supuesto, sin intercambio no se genera el diálogo vital para la evolución de las artes. Este Teatro tiene un alto estándar, incluso nos recuerda escenario en que hemos actuado en otros países.
- Importante es contar con una programación que logre mantener en movimiento un lugar con tanta capacidad de público. En países europeos este tipo de salas cuentan con una subvención para programar obras locales, nacionales e internacionales.
SEGUIR HACIENDO
En sintonía con uno de los propósitos artísticos de La Patogallina, en el marco del señalado programa de intermediación, el colectivo artístico finalizará hoy un proceso formativo -gratis previa inscripción- para actores profesionales, estudiantes y/o artistas vinculados a las Artes Escénicas, que busca generar una producción local de "Teatro de calle". "Esto para poner en valor los espacios públicos, fomentar la formación de audiencias y asegurar el acceso abierto a bienes culturales a la comunidad", explicaron los encargados de este taller que hoy, entre las 10 y 14 horas, realizarán la última clase en el Centro de Creación de Concepción (C3).
Los resultados de esta iniciativa se pondrán en escena mañana, a partir de las 16.15 horas, en el frontis del Teatro Biobío. "Se trata de una muestra de máximo 10 minutos", adelanta Erazo, indicando que ésta mantiene la naturaleza estética de La Patogallina, por lo que considera música en vivo.