El incendio en el sector de Pontahue, Laja, que al cierre de esta edición consumía más de 500 hectáreas, es una de las razones por las que se mantiene la alerta amarilla en la provincia de Biobío. El resto de la Región se mantiene en alerta temprana preventiva gracias a la acción de las brigadas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y las empresas forestales que se desplegaron en los nueve focos que se mantenían encendidos ayer.
Con 25 incendios en distintos puntos de la Región, el pasado lunes se convirtió en el día con mayor ocurrencia de incendios forestales en lo que va de la temporada 2017-2018, según consignó el director regional de la Corporación Nacional Forestal, Sergio Valdés Valenzuela.
Durante la jornada, los incendios que más preocuparon a la Corporación fueron los de Laja y Mulchén, que consumieron 509 y 245 hectáreas respectivamente. Lo anterior determinó la decisión de implementar alerta amarilla en las provincias de Concepción y Biobío, mientras que Ñuble y Arauco se mantuvieron con alerta temprana preventiva.
"Ayer (lunes) tuvimos un día bastante activo, tuvimos del orden de 25 incendios y de esos, nos quedan nueve que están activos todavía, en combate o en faenas de término de extinción. Una vez más, afortunadamente, se logró controlar los incendios gracias al trabajo en conjunto con las empresas forestales, lo que nos ha permitido controlar los incendios de una forma eficiente", dijo Valdés.
EN INVESTIGACIÓN
Respecto a las causas de los incendios, el director de la Conaf, Sergio Valdés, descartó que los focos se hayan producido de manera simultánea, por lo que por ahora está descartada la acción intencionada de terceros en los siniestros.
Eso sí, dijo que "no tenemos una condición de intencionalidad, pero habrá que estudiar después por qué se originaron los incendios".
Agregó que "la verdad es que eso de la intencionalidad es tan complejo detectarlo, salvo que hayan focos simultáneos. En el caso del incendio de Laja hubo pavesas producto del viento, lo que nos provocó otro foco, pero eso es el resultado natural de la evolución del incendio, que es el peligro que tenemos siempre que el viento supera los 40 kilómetros por ahora".
TÉRMINO DE TEMPORADA
Pese a que hace algunas semanas Sergio Valdés había dicho que la temporada de mayor ocurrencia de incendios forestales podría extenderse hasta abril o mayo, ayer el director de la Conaf dijo que "por ahora está contemplado que termine el 31 de marzo".
Sin embargo, confirmó que la situación se está analizando diariamente, por lo que cualquier cambio meteorológico (aumento de temperaturas o baja en la humedad) podría gatillar que la temporada se extienda por uno o dos meses más.
En lo que va de la temporada, en las regiones de Biobío y Ñuble se han registrado 1.729 focos de incendio, lo que significa un 5% más respecto de la temporada 2016-2017. Eso sí, la superficie afectada es de 5 mil 270 hectáreas, un 96% menos que la temporada anterior.
"No hemos tenido la temperatura que tuvimos el año pasado ni tampoco la intensidad de vientos de la temporada anterior, pero también hemos reforzado el trabajo en el ámbito público y privado. Eso nos ha permitido actuar en todos los incendios, sin importar si los incendios son de particulares o de Conaf", destacó el director regional del organismo.