La presencia de un teatro en una ciudad como Concepción reviste, desde mi punto de vista, una importancia esencial.

Es esencial porque como institución, responde a un núcleo de concentración potencial de atributos y cualidades de una cultura, que en su espacio pueden ser difundidos y apreciados por los habitantes de la ciudad, como también del país entero.

En este sentido, un teatro se convierte en el mecanismo dinámico por el cual las ideas de reiteración y también renovación serán recordadas, por una parte, y proyectadas como elementos de una posible reforma, quizás revolución, por otra.

Si uno considera esta última disposición, se llega a la conclusión que para que un lugar sea considerado cultural y representativo para esa región, es decir, de cuenta de su identidad territorial, debe contar con uno o más espacios que alberguen las manifestaciones artísticas nacientes de su territorio.

REPRESENTACIÓN

Hablemos en general y no nos concentremos sólo en este teatro en ciernes. Recordemos que la Universidad de Concepción, años atrás, dispuso en su organismo de un teatro que transmitiera sus impulsos dinámicos de creación y recreación propios de una alta casa de estudios.

En este sentido, el Teatro Concepción revestiría, durante muchos años, estas características.

Cuántas funciones, cuántas puestas en escena en un sentido trágico o cómico, en su efecto tragicómico fueron presentadas en su espacio.

También cuánta información acerca de la cultura del pasado, del presente y, en ocasiones, del futuro serían proyectadas para la percepción ciudadana.

La presencia del Teatro regional (Teatro Biobío) a punto de ser inaugurado (esta tarde se realiza la ceremonia) será, al contrario, una representación dramática de nuestro devenir andino ya no sólo pencopolitano.

Este Teatro regional tendrá que ser andino, ¡qué bello concepto!, y representar en una situación septentrional las condiciones de nuestra cultura local y sus posibles medios de presentación a un público necesitado de cultura.

De esta manera, éste nuevo espacio cultural y artístico asumirá, de eso estoy seguro, la función de encarnar y proyectar a través de sus puestas en escena y diferentes propuestas nuestra realidad cultural, nuestras necesidades de diferenciación estética y nuestras utopías.

Por Eduardo Meissner Grebe.